Al llegar al final de las escaleras, ahí están ellos otra vez: Alaric, su abuela Zelda y Margaret. Desde que Zelda llegó, se han vuelto inseparables, mientras yo me mantengo al margen. Durante las noches ceno en mi habitación con la excusa de que estoy estudiando, lo cual no es del todo falso; siemp
—Dorothea, mi mejor amiga, está desaparecida —respondo —. Esta de aquí es su abuela quien ha venido a buscarla porque pensaba que estaba conmigo. —Desaparecida es una palabra muy fuerte —interviene Margaret, con un tono casi burlón—. Seguro está con algún hombre por ahí, divirtiéndose como de cost
—Tenemos que hablar. —No veo qué tengamos que hablar. Suéltame. No creo que quieras que tu abuela nos vea tan cerca —intento zafarme, pero su agarre es firme—. Alaric, por favor. —Sí, tenemos que hablar. De muchas cosas. Hay algo que todavía tengo que... —¿Qué hacen ustedes aquí? —Margaret aparec
|Dorothea Weber| —¿De verdad me dejarás ir? —pregunto, sin ocultar la emoción que se filtra en mi voz. Artem me lanza una mirada de desdén.—¿Cómo quieres que reaccione? Tengo familia, idiota. —Será libertad condicional —responde, poniéndose de pie. Me deja desnuda en la cama—. Vendrás a verme cuan
Salgo de la habitación ya lista. No me molesto en empacar nada porque todo lo compró para mí, pero sigue siendo suyo. Si se masturba con mis bragas, entonces que use toda la ropa que queda y se descargue con ella. Roco me indica que Artem está esperándome en el auto, así que salgo en su compañía y
—No es culpa tuya —respondo, con una mueca—. Pensaste que estaba con mis padres, y es lo normal. Ese tipo fue muy astuto. —A Artem, te refieres —dice, poniendo una mueca y endureciendo el rostro. Le cuento todo, desde el primer enfrentamiento con Artem hasta el secuestro y lo que le hizo a esos c
Me acosté con ella. Esa es la única respuesta. Con la inesperada presencia de mi abuela, no he podido estar a solas con Aisling ni hablar con ella. La última vez que intenté confesarle lo que hice, Margaret apareció y lo arruinó. Ahora todo se ha complicado aún más. Mi abuela está encantada con cóm
|Aisling Renn| Mis ojos permanecen fijos en el plato, intocado desde que la cena comenzó. La noticia del embarazo me inmoviliza, tanto que me descubro conteniendo la respiración, como si liberarla pudiera delatarme. Las voces de Zelda y Elena resuenan con felicitaciones, un entusiasmo que no comp