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Llega a la casa. Toca el timbre. El sonido pone en alerta a Víctor. Se levanta. Acomoda sus pantalones y se asoma por la ventana. Es Raul. No esperaba verlo tan pronto. Sale de la habitación. Baja las escaleras. Abre la puerta. Raul lo saluda. Le pregunta si puede pasar a ver a Luisa. Víctor le dice que no. Trata de convencerlo diciendo que salió y que no sabe a qué hora va a regresar. Raul duda de su respuesta. Puede olerla. Es ella. Está en la casa y por alguna razón Víctor no quiere que la vea. Se pregunta por qué. ¿Qué es lo que esconde? ¿Acaso tiene que ver con la inesperada muerte de Rose. No lo cree. Siente que eso ya está formando parte del pasado.

Aun así, no entiende porque Victor está tan nervioso. ¿De qué o quién se está escondiendo? No logra entenderlo. Mientras tanto el aroma de la joven no tarda en llegar hasta sus fosas nasales. Se da cuenta de que está en celo. Ahora entiende todo. Víctor la quiere para él. Eso a Raul le molesta. No se lo puede permitir. Empuja a Víctor y entra a la casa. Sube corriendo las escaleras y con el olfato sigue el dulce aroma de la joven. Está cerca. El olor de sus feromonas es irresistible y a la vez excitante. Lo empuja a querer estar con ella.

Por fin llega a la habitación. Abre la puerta. La joven está suplicando por un poco de atención. Raul no lo piensa dos veces y corre a ayudarla. Le abre las piernas y le dice: Tranquila. Dentro de poco te sentirás mejor. Sacá su pene del pantalón. Lo ponen en posición. Lo mete poco a poco hasta que da una sola estocada rompe el Himen de la joven. Ella grita. El pene de Raul pronto se tiñe de rojo. Para la joven fue doloroso, pero a la vez resulta ser un alivio.

Sigue sus instintos y le pide que se mueva. Raul asiente con la cabeza y comienza a mover sus caderas con fuerza y brusquedad, mientras la besa con amor, pasión y lujuria en los labios. Por otro lado, ninguno de los dos se da cuenta, pero Victor se encuentra parado bajo el marco de la puerta observando con atención, la flamante escena que montan ellos dos. Se decepciona al ver lo que está pasando. En especial porque comprende lo que aquello significa. Ahora su hija le pertenece a Raul…

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Se aleja del marco de la puerta, mientras escucha cómo su hija gime y disfruta del pene de Raul. Baja las escaleras. Va a la sala. Mira a su alrededor. Hace un esfuerzo por controlar sus impulsos. Ganas no le faltan de romper todo lo que está en la sala. Ya sea mueble y otros objetos. Pero, ¿Por qué? ¿Acaso le molesta que Raul haya tomado la virginidad de su hija antes que él?. Sale de la sala y va a la cocina.Abre la heladera. Saca una botella de cerveza. La destapa y bebe un sorbo. Se sienta a la mesa. Bebe otro sorbo. Deja la botella sobre la mesa y coloca los codos en ella.

Con sus manos cubre su cabeza y deja escapar un leve suspiro. Trata de pensar y reflexionar. ¿Qué es lo que le pasa? ¿De verdad, está molesto por aquello que no pudo tener con su hija? ¿Tanto le molesta que Raul haya tomado su inocencia?. Decide no divagar más y mira por la ventana. Pronto va a oscurecer. Se pregunta, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que hizo el amor con su mujer?. ¿De verdad importa eso ahora?. Sigue bebiendo de la botella de cerveza. Arriba su hija sigue disfrutando del placer que le da aquel alfa. Sus gritos y gemidos se escuchan por toda la casa. Eso a Raul le excita más. Tanto que no puede evitar mover más rápido y fuerte sus caderas: ¡DIOS, QUÉ RICO!, exclamó ella, mientras sigue sumergida en un océano de puro placer y lujuria.

Raul: ¡AAAAAAH!, ¡DIOS!, ¡SÍ QUE ESTÁ MUY RICO!, ¡AAAAAH!, ¡Te AMO!, grita mientras acelera más y más los movimientos de cadera. Le avisa que está a punto de correrse dentro de ella. Luisa le pide que lo haga. No le importa quedarse embarazada. Raul le pregunta si está segura, a lo que ella responde que sí lo está. Raul obedece y se corre a grandes chorros de semen dentro su vagina. Deja un rato su pene y luego lo saca, solo para ver como sale el semen del interior de Luisa. Sonríe. Acerca su rostro al de la joven. Vuelve a sonreír y la besa con amor en los labios.

Raul: Eso estuvo muy rico, amor-le comenta-pero ahora falta lo mejor. Que seas completamente mía. Dirige su rostro al cuello de ella y clava sus colmillos en él. Sus esencias se mezclan. Ahora, Luisa es pareja de Raul. Lo que significa que ningún otro alfa podrá estar nunca más con ella. Ni siquiera su padre, quien una vez más ha presenciado todo lo que pasa con su hija…

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