—Esto no se quedará así.—He hecho una pregunta, ¿quiénes son ustedes? ¿Y por qué están haciendo cosas indecentes? Estamos en un hospital, ahora fuera de aquí. Esta habitación será ocupada por un paciente, no es para que ustedes par de jóvenes hagan lo que se les plazca. ¡Consigan un hotel!—Ocúpate de tus asuntos mujer.—¡Insolente!Pude ser testigo de cómo él cambia su mirada hacia la mujer, quien, por cierto, parecía tener cerca de sesenta años y al parecer es una enfermera por su uniforme.—Lo lamento, señora. Ya nos vamos.Respondo agarrándolo de la mano, comienzo a empujarlo fuera de la habitación para que no le haga nada a la mujer.—¿Qué no te enseñaron a respetar a tus mayores?Pregunto enfadada por su tacto a los demás. No soy amante a las injusticias, era obvio que le recriminara por su comportamiento hacia la mujer.—No me interesa. Vámonos.—Ya te dije que no iré contigo, debo ir con Mía. Si me necesitas para algo, pues tendrás que aguantarte, porque no iré contigo.Empie
—¿El té?—Sí, el té.—¿Por qué yo?—Porque me agradas.—Bueno, no voy a refutar eso.Esta vez mi comentario hace que no solo sonría, sino que también ría a carcajadas. Era agradable verlo sonreír de esa manera.—Eres muy graciosa.—Gracias por el cumplido.—Entonces, ¿qué dices?—Bueno… Acepto, pero tendré que acomodar mi horario para poder pasar un tiempo con usted. Ya sabe que soy madre, también estudio y trabajo. Usted entenderá.—¡Ya veo! Esperaré a que estés libre.—De acuerdo, aunque con Mía aquí, creo que podremos tomar el té más tarde. Claro, si no le molesta tomar el té en esta habitación.—No hay ningún problema, será más tarde entonces.—Está bien.—¿Cómo sigue tu hija?—Está mejor, su cirugía salió muy bien. Mi abuela es quien la cuida en este momento, mientras yo voy a casa a tomar una siesta y una ducha.—Me alegra escuchar que está bien.—Gracias. Me retiro por ahora, pero volveré más tarde. Con permiso.—Deja que mi nieto, Jason, te llevará a tu casa.—Abuelo…—No es n
Apenas termino de arreglarme, tomo mi teléfono y pido un taxi para ir con ellas. Cuando escucho que ya ha llegado el taxi que he pedido, salgo con mis cosas, pero me llevo una sorpresa no muy agradable.—¿Ahora qué?El fastidioso cavernícola de Jason estaba sentado en el capo de su auto con los brazos cruzados, me observaba fijamente con el ceño fruncido. Lo ignoro y camino hasta el taxi, estaba por subirme, cuando siento que me jalan haciendo que tropiece y caiga al suelo.—Pero, ¿qué...?—¡Largo!—Señorita, ¿se encuentra bien?—Dije largo, ¡Y tú! ¡Sube al auto!—No iré a ningún lado contigo.—¡He dicho que subas al auto!—¡Y yo he dicho que no!Mi grito fue tan fuerte que hasta yo misma me he sorprendido por la fuerza que le he dado a conocer a este cavernícola. Me levanto muy enojada y lanzo una pata rápida, pero certera en su entrepierna.Este cae de rodillas en el suelo y es ahí cuando aprovecho para subirme rápido en el taxi antes de que consiga atraparme.—¡Vámonos! ¡Rápido!—¡
Al principio quedé estupefacta, pero después comencé a reírme como una verdadera loca.—Lo... Lo siento...No podía parar de reír, ¿Acaso era una broma? Cuando observo que ambos estaban muy serios, dejo de reírme.—Es una broma, ¿Verdad?Ninguno dice nada, miro al cavernícola, pero este ignora mi mirada. Procedo a ver al señor White y este tenía el ceño levemente fruncido, no había ninguna gracia en él.—Lo... ¿Lo está diciendo en serio?—Por supuesto que sí, muchacha.—Pero... Pero...—Verás Zoe, nuestra familia es una de las más poderosas que existe en este país. Tenemos muchos enemigos, incluso dentro de nuestra propia familia. Los padres de Jason...—Abuelo, ella no necesita saber lo de mis padres.—No me interrumpas.La batalla entre ambos era realmente intensa, ninguno de los dos quería dar el brazo a torcer. Me quedo en total silencio esperando a que uno de los dos hable, puesto a que la incomodidad hacia su presencia entre nosotros.—Como sea...¡Y el abuelo gana!—Como decía.
—¿Qué crees que estás haciendo?—Solamente ignora mi presencia.—Oye... Ve a tu casa, no puedo seguir tolerando tu presencia.—No es mi problema.—Claro que lo es. Escucha... Ya he dicho que lo pensaré, no tienes que perseguirme como si estuvieras acechando a tu presa, es verdaderamente incómodo y estoy odiando eso. Así que, por favor, vete a tu casa y déjame ir a estar con mi hija en paz.No espero su respuesta y me voy. Sin embargo, él ignora mi petición y me sigue. Resoplo y resoplo, porque sabía que no iba a ganar esta batalla. ¡Él es realmente testarudo!Cuando llegué a la puerta de la habitación en la que está a Mía con mi abuela, lo miro con intención asesina y abro solo un poco la puerta para meter mi cabeza e impedirle que vea a Mía. Me daba miedo que se enterará de cosas que no quería como, por ejemplo, la falsificación sobre el registro de nacimiento de Mía.—Abuela...—Hija, llegaste.—Lamento la tardanza.—¿Por qué no entras?—Ve a casa, abuela, yo me quedaré con Mía y cu
Estaba demasiado nerviosa por la situación. Me dejé llevar y parecía que él lo disfrutaba.No dejo de regañarme mentalmente por haber sido una completa idiota. ¿Qué rayos me sucede? ¿Por qué lo he besado? ¡Soy una idiota!Cómo Mía es aún muy pequeña, debía quedarme a su lado. Insistí para que él se fuera, pero ha sido imposible. Es muy testarudo. Al final, pasamos la noche en aquella habitación.Al despertar, me sentí un poco desorientada y cuando he conseguido recordar que estábamos en pediatría, estaba por reaccionar cuando de la nada lo escucho hablar. Cierro mis ojos de nuevo y como dice mi abuela, alzo la oreja para escuchar todo lo que él dice.—Eres una pequeña con suerte. Aunque no me simpatizas, eres suertuda. Tu madre se ha preocupado por ti, pronto seremos familia, espero que no me des dolores de cabeza. Esto será un secreto entre tú y yo.Quería reírme, pues había descubierto su secreto. Así que, el cavernícola tiene su lado cursi, no lo creí posible, pero parece que si es
Este hombre da miedo cuando se lo propone. Mi cuerpo se ha erizado por completo al ver su aura dominante. ¿Por qué es tan cruel?Luego de que se fuera sin antes advertirme nuevamente que vendría alguien con los papeles para el certificado matrimonial, me desplomé. Mis piernas me fallaron tras volverse gelatina y caer al suelo.Aún me sorprendía que fuera capaz de controlar el llanto de Mía y de que volviera por ello, aunque él no lo reconozca, una parte de mí dice que ha vuelto por Mía, pero por su comportamiento comienzo a dudarlo. Creo que ha usado su llanto como una estrategia para conseguir que finalmente aceptará firmar los malditos papeles.No me moví durante un buen tiempo. Los pensamientos de tener que realizar el funeral a mi abuela o a mi hija, me daba temor. Tanto, que mi cuerpo no ha dejado de temblar.¿Por qué me debe pasar esto? ¿Por qué?—Señorita... Señorita...—¿Qué...?Levanto mi mirada y observo a un hombre de unos cuarenta años, tenía algunas canas ya asomándose po
Cada minuto que pasaba se volvía una completa tortura. No sabía en qué momento ingresarán por esa puerta con los documentos que me llevarán al infierno y a una tortura constante.Estaba tan concentrada sobre cuándo llegarán los abogados que no me di cuenta de que Mia había despertado. Me acerco a ella cuando la escucho balbucear y le sonrío para que no se dé cuenta de que estaba sintiéndome mal por dentro. Debía ser fuerte por ella y mi familia. Debía serlo.Siento un enorme escalofrío correr por mi columna cuando escuché la puerta abrirse. Era como estar en una película de terror, la típica escena en la que si te giras estás muerto. Así era como me sentía en ese preciso instante.—Zoe.Me sobresalto al escuchar la voz de Kevin. Respiro profundo dos veces antes de girarme para verlo a la cara como si nada pasara.—Te ves un poco pálida, ¿Estás bien?—Sí.Sabía que él no me estaba creyendo en lo absoluto. Su ceño fruncido era muy obvio, me estaba analizando y como todo un abogado, trat