(JHAZLYM ESCOBAR) No puedo. Que conozca a la verdadera Jhazlym Estrada y dejar entrar a mi vida a alguien más que no sea yo, podría ser muy malo ¿quién podría aceptarme tal como soy? Nadie. Así es nadie. Nadie. Nadie podría hacerlo, todo lo que toco lo destruyo. Por eso me alejo cuando el cariño comienza a crecer, quisiera dejar de hacerlo, pero no puedo, ya es algo programado en mí, parece que soy un robot, parece que soy alguien sin corazón, que el palpitar bajo mi pecho solo es la energía que me mantiene viva, pero sin una gota de amor por entregar y sentir, lo único por entregar son comentarios sarcásticos y frialdad. Duele. Duele cuando mamá dice que no tengo corazón, que soy mala, fría y sin corazón, que antes no lo era. Yo creo que sigo siendo yo, solo que he cambiado, que ya no veo las cosas como antes solía hacer, crecí, cambie, mejore o empeore soy fría y despiadada cuando debo hacerlo, pero también soy cálida y amorosa. Todo ha cambiado. Todo ha cambiado, ya nada v
(JHAZLYM ESCOBAR) Jhazlym cerró los ojos reviviendo aquella noche, cuatro o tres meses atrás, después que su padre muriera. Arrugo la nariz mientras una esquina de su labio se levantó. «Un corazón destrozado es mucho mejor que la pesadilla que viví noche tras noche», pensó Jhazlym mordiéndose el labio inferior. Un fuerte golpe escuchó cuando aseguró la puerta a sus espaldas, cerró los ojos cuando otro golpe atravesó la puerta, asustando a la niña que se desplomaba en el suelo, mordiendo su labio inferior, arrastrándose por el suelo, escondiéndose debajo de la cama, volviendo a cerrar los ojos, apretándolos y llevando sus manos a sus oídos. Un culpable no es necesario buscar en esta ocasión porque nadie tiene la culpa de lo que sucedió a su corta edad. Ni su madre, ni tampoco su fallecido padre, eran cosas que necesitaba vivir para que algo mejor venga a su vida, o al menos, eso es lo que se repitió cada día desde sus cortos diez años, pero nadie tiene la culpa. ¿Es oscuro? Claro que
(JHAZLYM ESCOBAR) André le susurro, pegando sus labios a la mejilla de ella, depositando un suave beso en esta. Ella se paralizo por unos segundos, atrapando su labio inferior con sus dientes perlados, mientras un color rojizo pintaba sus mejillas. André sonrió ante la joven y volvió a depositar un suave beso en su mejilla. —Muy hermosa. Él consiguió murmurar, ni siquiera se dio cuenta que ella pudiera escuchar y, de un minuto para otro unos murmullos de voces masculinas se escucharon, y al siguiente unos quejidos cansados desde lo alto de la escalera. —Par de idiotas. Bufó Sandra, bajando las escaleras que daban al vestíbulo y la puerta principal. Sandra rodo los ojos, caminando hacia el recibidor en el cual se encontraba Jhazlym y André. —Estos idiotas de mis primos dicen que las piernas de Jhaz son riquísimas —dijo en un tono de burla, sentándose en el otro extremo de la habitación. —Oh, y dicen que tienes suerte de estar con ella... —bufó—. ¿Pueden creerlo? —dijo con ironía
(JHAZLYM ESCOBAR) ¿Qué es el amor? Ni adultos ni adolescentes conocen su significad, pero ahí van, a enamorarse como si no existiera un mañana, como si nada importará, como si solo bastará un momento entre ellos para que sea suficiente. Sea como sea, Jhazlym se enamoró de un completo desconocido, de alguien que no conocía de nada, pero que vio tan solo un segundo y cayó directa a sus pies. ¿Había hecho mal en caer tan rápido? No tiene la mínima idea, pero tampoco se queja al respecta, ama ese pequeño momento que vivió con él. Joven y caliente, cuando eres uno, o lo otro, siempre pierdes la razón por cualquier persona que llamé la atención de uno, es justo lo que le pasó a ella. «¿De verdad me amo alguna vez André? Quisiera decir que así fue, pero ahora mismo, no estoy segura de eso porque su forma de actuar conmigo fue... No lo sé. ¿Por qué me odiaba? No entiendo porque razón me odiaba tanto André, él no me quería para él, pero tampoco quería que fuese feliz, me decía «Te Amo» cu
(JHAZLYM ESCOBAR) André sonrió malicioso y divertido, alzando una ceja, seductor. Jhazlym rodo los ojos, aparto la mirada y se humedeció los labios. —Eres un ridículo ¿qué estás haciendo? ¿Coqueteándome? Qué m****a ¿Soy tu juguete o qué soy para ti? André la miro y ensancho la sonrisa. —Quita esa m*****a sonrisa —dijo Jhazlym fastidiada a punto de abofetearlo. André ríe divertido y negó su cabeza lentamente, chasqueando su lengua, como si estuviera negándole un juguete a un niño pequeño. Algo que a Jhazlym enfurecía. —No seas agresiva mujer, relájate. Jhazlym suspiro ruidosamente, desviando la mirada, perdiendo la paciencia. —Deja de tratarme así. — ¿Cómo? André vacilo, acercando más su rostro al de Jhazlym. Se humedeció los labios, divertido, mirando fijamente los ojos de la peruana que no podía desviar la mirada. — ¿Qué haces? —preguntó ella con la voz temblorosa. —Sé que tú también lo deseas —respondió André en un susurro, chocando su aliento contra los labios de ella,
(JHAZLYM ESCOBAR) La peruana se distrajo con el teléfono unos segundos, sintiendo la incomodidad como ronda en cada partícula de su ser, estas personas no tolera ni un poco pero ahí está de masoquista, intentando ser amiga de personas que no la valoran como debe ser ni tampoco ven las fortalezas en ella, y ese amor que desborda. Pero sincera jamás pudo ser, ni siquiera con ella. Su madre, en silencio, cree que es la edad y más de una vez le dijo que tan equivocada es que estaba, pero ella decidió más de una vez, no escuchar, hacer caso omiso. —Jhaz, joder ¿a dónde vas? La dueña del nombre se volvió en dirección contraria cuando escucho la pregunta de Gino, no deseaba escucharlo, ni tampoco estar cerca de él, pero al parecer a él no parecía interesarle lo que ella deseaba porque se quiso acercar un poco más a ella, pero esto fue imposible. Frunció el ceño y rodo los ojos. Ese gesto preponte y a la defensiva, siempre presente. —Creo que sabes muy bien a donde quiero ir: ¡LEJOS DE TI
(JHAZLYM ESCOBAR) —Delicioso. Jhazlym cogió una pajita, le dio otra a Nini y ambas movieron sus correspondientes bebidas, probaron un poco de este, disfrutando del licor que ardía suavemente por sus gargantas. —Delicioso —dijo Nini, dejando reposar el vaso entre sus manos. Jhazlym asintió su cabeza, haciendo una ligera mueca de disgusto. Dejo descansar el vaso entre sus manos, para volver en sus pies y caminar hacia la sala, sentándose en el sofá de dos cuerpos. Nini la siguió, sentándose a su lado— ¿Quieres helado? Vi que tienen un poco en el frigorífico —le preguntó Nini, bebiendo otro sorbo de su bebida alcohólica. Jhazlym asintió su cabeza en un gesto temeroso, acercando el vaso a sus labios, bebiendo muy despacio de su vaso. —En la alacena hay galletas de chocolate y miel. Nini asintió y camino hacia la cocina, Jhazlym la siguió segundos después, sacando los recipientes medianos, partió las galletas, mientras Nini servía el helado de chocolate. Alguna vez había escuchado a su
(JHAZLYM ESCOBAR) «Ese día mi cabeza dolía muchísimo, no podía creer lo que acababa de hacer, decirle la verdad a Gino, jamás creí que sería suficientemente fuerte para decírselo, jamás lo imagine. Pero ya las cosas estaban hechas ¿no? Ya todo estaba dicho, estaba finalizado o al menos eso es lo que creí, lo que imaginé, pero todo estaba saliéndose de control, mis sentimientos seguían siendo los mismos, excepto por algo, que había empezado a odiar a Gino. Él cada vez más, me hacia la vida imposible, me hacía querer desaparecer, evaporarme de la faz de la tierra. Pero... el sentimiento murió cuando conocí a Adam, salimos por un tiempo, cibernéticamente, ya que vivíamos en la misma urbanización, pero no teníamos tiempo para conocernos. Hasta que él día llegó, el día que me entere que era solo un juego para él. Nos conocimos, salimos y me entere que había besado a su ex novia, haciéndome sentir una completa idiota». Jhazlym Estrada se acomodó la playera blanca, aliso las puntas de