(JHAZLYM ESCOBAR) La peruana se distrajo con el teléfono unos segundos, sintiendo la incomodidad como ronda en cada partícula de su ser, estas personas no tolera ni un poco pero ahí está de masoquista, intentando ser amiga de personas que no la valoran como debe ser ni tampoco ven las fortalezas en ella, y ese amor que desborda. Pero sincera jamás pudo ser, ni siquiera con ella. Su madre, en silencio, cree que es la edad y más de una vez le dijo que tan equivocada es que estaba, pero ella decidió más de una vez, no escuchar, hacer caso omiso. —Jhaz, joder ¿a dónde vas? La dueña del nombre se volvió en dirección contraria cuando escucho la pregunta de Gino, no deseaba escucharlo, ni tampoco estar cerca de él, pero al parecer a él no parecía interesarle lo que ella deseaba porque se quiso acercar un poco más a ella, pero esto fue imposible. Frunció el ceño y rodo los ojos. Ese gesto preponte y a la defensiva, siempre presente. —Creo que sabes muy bien a donde quiero ir: ¡LEJOS DE TI
(JHAZLYM ESCOBAR) —Delicioso. Jhazlym cogió una pajita, le dio otra a Nini y ambas movieron sus correspondientes bebidas, probaron un poco de este, disfrutando del licor que ardía suavemente por sus gargantas. —Delicioso —dijo Nini, dejando reposar el vaso entre sus manos. Jhazlym asintió su cabeza, haciendo una ligera mueca de disgusto. Dejo descansar el vaso entre sus manos, para volver en sus pies y caminar hacia la sala, sentándose en el sofá de dos cuerpos. Nini la siguió, sentándose a su lado— ¿Quieres helado? Vi que tienen un poco en el frigorífico —le preguntó Nini, bebiendo otro sorbo de su bebida alcohólica. Jhazlym asintió su cabeza en un gesto temeroso, acercando el vaso a sus labios, bebiendo muy despacio de su vaso. —En la alacena hay galletas de chocolate y miel. Nini asintió y camino hacia la cocina, Jhazlym la siguió segundos después, sacando los recipientes medianos, partió las galletas, mientras Nini servía el helado de chocolate. Alguna vez había escuchado a su
(JHAZLYM ESCOBAR) «Ese día mi cabeza dolía muchísimo, no podía creer lo que acababa de hacer, decirle la verdad a Gino, jamás creí que sería suficientemente fuerte para decírselo, jamás lo imagine. Pero ya las cosas estaban hechas ¿no? Ya todo estaba dicho, estaba finalizado o al menos eso es lo que creí, lo que imaginé, pero todo estaba saliéndose de control, mis sentimientos seguían siendo los mismos, excepto por algo, que había empezado a odiar a Gino. Él cada vez más, me hacia la vida imposible, me hacía querer desaparecer, evaporarme de la faz de la tierra. Pero... el sentimiento murió cuando conocí a Adam, salimos por un tiempo, cibernéticamente, ya que vivíamos en la misma urbanización, pero no teníamos tiempo para conocernos. Hasta que él día llegó, el día que me entere que era solo un juego para él. Nos conocimos, salimos y me entere que había besado a su ex novia, haciéndome sentir una completa idiota». Jhazlym Estrada se acomodó la playera blanca, aliso las puntas de
(JHAZLYM ESCOBAR) «¿Lo eche a perder?, se preguntó por un segundo y luego vaciló meneando su cabeza en negación. No, claro que no. Fui sincera… si no le agrada ¡que se joda!», pensó Jhazlym alzando una ceja y haciendo una mueca de disgusto. —En fin ¿vas hablar? —le preguntó Jhazlym, recorriendo su mirada por el rostro tensó de Adam. Éste pestañeo un par de veces, intentando salir del trance en el cual se encontraba. Jhazlym cambio el peso de sus caderas y tamborileó sus dedos en cuanto llevo otra vez sus manos a sus caderas. —Jhaz… —susurro Adam en voz muy baja. Jhazlym lo observo como si le estuviera preguntando «¿ya?, ¿Vas a decirlo por una jodida vez?» Adam tragó saliva y se volvió a humedecer los labios, nervioso. — ¿Qué? —masculló Jhazlym en un suspiro largo y ruidoso. Adam fijo su mirada en ella, nervioso y abrió la boca, pero luego la cerró. Esto hizo enloquecer a la ariana que se llevó las manos al cabello, atando su melena suelta en una coleta—Adam ¿vas a decir por una ve
(JHAZLYM ESCOBAR) «No es la primera decepción amorosa, en estas noches ya exploré algunas citas que tuve con algunos hombres que honestamente no quisiera recordar, pero por supuesto, si lo sigo ocultando en lo más profundo de mi ser, creo que nunca voy a sanar. Me prometí que, para llegar a ser mi pareja ideal, porque así llegó a mi propia pareja ideal (ejem, mi billonario), tendría que sanar todas esas etapas, momentos y situaciones que guardé en lo más profundo de mi mente. Creo que tengo culpa de eso porque son muchas cosas que no me tome el tiempo de enlistar, y tampoco quiero hacerlo. ¿Es por qué lo evado? Puede ser, pero cada que me siento a escribir no se siente bien, no puedo sentirme en calma de ninguna manera y no me gusta, no me gusta sentirme así porque me siento como una inútil para después optar para descartarlo como todo lo que estuve haciendo desde el primer momento en que inicie todo esto. ¿Está bien? No, no lo está, pero creo que no importa, solo tengo que hacer lo
(JHAZLYM ESCOBAR) —No, vamos a salir todos. Jhazlym renegó en silencio, apretando los puños antes de caminar de vuelta a su dirección, tropezando con el colchón inflable en la que su prima pequeña estaba durmiendo. Maldijo en silencio, alzó el edredón delgado para poder doblarlo, luego la sábana y las almohadas, llevando todo a la sala para poder guardar el colchón debajo de la cama y poder tender su cama esta vez. Prefiere moverse primero antes que su madre la esté gritando y molestando. Más tarde saco todo de la cama para poder tender la cama antes de que meterse a la ducha después de sus primas. La pequeña de ellas antes de que desaparezca Jhazlym en el baño la abrazo sin importar que estuviese envuelta en la toalla y media mojada. —Hola, Jhazy —se paró de puntitas para dejar un beso en su mejilla antes de soltarla, que la mayor aprovecho para abrazarla por unos segundos más, porque eso justamente necesitaba: un abrazo—. Alístate, y vamos, vamos. Su prima menor festejo, pero la
(JHAZLYM ESCOBAR) La castaña comenzó a mover el lapicero de un lado hacía otro, sin importarle que tanto le estaba molestando el costado de la diestra y una lágrima que cae por su mejilla, lágrima que limpia con su mano libre antes de moverse para rodar en la cama y mirar hacia arriba, el techo que tiene algunas estrellas que brillan en la oscuridad. En su habitación de niña tenía estas estrellas, pero en la actualidad estaba lejos de tenerla porque el día de la mudanza no pudieron encontrar las dichosas estrellas, así que estas estrellas que mira es parte de su imaginación de ese recuerdo que tiene y la dejo marcada como si fuese un tatuaje, tal como todas las cosas que experimentó hasta ese momento, de las cuales no se queja por supuesto. No puede hacerlo porque todo eso la llevó a un fuerte aprendizaje, uno que no quiere ahora mismo, pero que no puede ignorar porque es parte de ella. Cerró los párpados unos segundos antes de exhalar un suspiro pequeño, rogando no quedarse dormida,
(JHAZLYM ESCOBAR) —¿Te apetece comer algo? —la pregunta de Glenda la hizo mover la cabeza en un par de negativas, exhalando segundos después unos cuantos suspiros—. Bueno, yo sí. Y se levantó del sofá que estaba al lado de Jhazlym, caminando hacía la cocina, la pequeña solo se acercó hacía el baño para hacer eso que necesita: lavarse la cara. se miró al espejo haciendo un pequeño gesto de lastima antes de exhalar un suave suspiro antes de morderse los labios y volver a lavarse la cara. Pudo ver cada arista de su rostro en esos tonos rojos, esos labios hinchados en color carmesí, al igual que su nariz y sus ojos. Dos veces más se lavó la cara antes de secarse con un pedazo de papel higiénico, salió al exterior para ir a la cocina, con ese miedo de no saber si irse a casa ya, o volver a su casa. Desde pequeña sintió miedo de salir a solas, salir por esa puerta a buscar sabrá Dios que, no tenía algo seguro, pero si muchas ganas de dar ese paso que aún no se atreve. ¿Cómo hacerlo sin se