Samuel’s POVEstaba en la clase de geografía que todo el año evité ingresar, pero ya no podía permitirme faltar más. Mis padres se enteraron de que entré contadas veces y el coordinador me dijo que voy perdiendo nueve asignaturas. Papá me contrató un tutor para tomar las habilitaciones de fin de año, pero yo sabía que esto era inútil, perdí también este año, no podía hacer nada más y creo que lo merecía, no hice nada en ninguna clase y ahora menos podía esforzarme… no al pensar todo el tiempo en Alex y en que se irá… pero quería intentar ser mejor, ganar al menos la mayoría de los exámenes para no tener que habilitar nueve asignaturas, sino al menos seis y si quedo debiendo al menos dos, las podré cursar en enero. Quería ganar el año porque sé que Alex quería que lo ganara, siempre me regañaba por no concentrarme en clases, dibujar en vez de copiar y no cumplir con los deberes. Sé que esto le alegraría muchísimo, que me fuese muy bien, pero no sabía cómo comunicarme con él.Papá me qu
Alex’s POVContenía la respiración mientras estiraba la pierna en la posición que me indicó mi fisioterapeuta. Esto dolía horriblemente y lo peor es que debía hacerlo obligatoriamente o no mejoraría. Aunque sabía que ni los ejercicios, los masajes ni el tiempo me harían recuperar por completo. Creo que era parte de lo que debía pagar por mi irresponsabilidad y este castigo era el perder casi por completo la movilidad de mi pierna derecha. Debía usar un bastón ortopédico durante toda mi vida si es que quería caminar o podía usar una silla de ruedas como he venido haciendo desde que salí del hospital y hacerlo de por vida no es una opción. Debo recuperarme al menos un poco para lograr caminar, aprender a hacerlo bien hasta diciembre en que finaliza mi tratamiento y luego, regresar en enero a Barranquilla a estudiar en la universidad. Aunque ahora… no sé si quiera regresar, no cuando sé como puedo perder de fácil el control.Mi vida desde que Samuel decidió dejar de hablarme fue en picad
Samuel’s POVCaminaba desesperado por el pasillo y Chen solo me miraba evitando reír. Este era el día crucial, la entrega final de notas. El día en que se diría si pasaría a once o si me dedicaría al arte del sepulturerismo. Me esforcé mucho las últimas semanas. Mi hermano me ayudó, también Chen, el tutor que papá contrató para mí y, de hecho, hasta internet me ayudó. Tuve que repetir exámenes de cada uno de los tres periodos que perdí y ganarlos, eso sí, sin descuidar el cuarto y último periodo. Todo fue muy difícil y era peor con la incertidumbre de no saber si logré ganar al menos una sola prueba. Entonces esperaba a que salieran los padres de la reunión y así sabría con el rostro de mamá si gané o perdí el año de nuevo.Mi maldito amigo estaba muy tranquilo, siempre le va muy bien y creo que por eso se da el lujo de reírse de mí.-¡Deja de mirarme así! -Me quejé. -¿Quieres morir?-Le pondré quejas a Alex de que volviste a tu vieja costumbre de amenazar. -Sonrió. Quise responder, p
Sentía que debía tener la peor cara de todas al estar metido en este embotellamiento. Me desespera y lo peor es que no puedo hacer nada al respecto más que esperar. Lo peor, es que mi teléfono se murió por mi descuido de conectarlo en la noche y no serviría hasta que llegara a casa, aunque eso ahora lo veía muy distante.Encendí la radio y escuché una vieja balada que sonó el día en que Samuel rompió su muñeca. Fue muy cómica esa tarde porque el estaba muy emocionado, al final lo habíamos conseguido, el apartaestudio, el lugar que tanto habíamos ansiado para poder estar juntos se había vuelto realidad y no un sueño distante como cada día parecía más.Es que en realidad no había sido fácil, nada para nosotros. Por un lado, ingresé en a la facultad cuando Samu estaba en su último año y aunque ya en ese momento, con esa edad y sólo con unas jodidas doce semanas de estar juntos desde que había regresado, ya queríamos vivir juntos, pero lógicamente esto no se pudo. No era una idea realista
PreámbuloEscuchaba el sonido de los coches que transitaban junto al nuestro, pero estos leves sonidos que se veían opacados por mis turbios pensamientos, no lograban hacerme sentir mejor o incluso peor de lo que ya me sentía. El viejo (papá) me miró desde el espejo retrovisor y mamá que estaba sentada junto a él, extendió su mano hacia mí y agarró mi rodilla. Forcé una sonrisa, quería que pensara que me sentía feliz, pero no podría decirle cosas como que dejé de tomar la medicina hace un par de semanas porque creo que estas me darán cáncer o por lo menos sida, tampoco que he escondido todos mis desayunos para dárselos a “sin pantalones”, el perro callejero que oculto en la despensa que está debajo de las escaleras. Le puse ese nombre porque lo encontré sin pantalones en el parque, no sé si los perr
Al estacionar en frente del no tan nuevo instituto (fue construido hace como dos mil años por la fachada) mamá me miró y papá me hizo señas de que saliera, pero me negué y por el contrario, quise salir corriendo y no tardé en hacerlo, no es la primera vez que me daba a la fuga y creo que por eso el viejo me alcanzó muy rápido, ya ha agarrado experiencia y ha aprendido a atraparme bastante rápido, lo cual es muy molesto, pero no puedo hacer nada al respecto. Papá tiene buen estado físico a pesar de estar más viejo que matusalén. Me noqueó, arrojándome al piso, quitándome la poca dignidad que me quedaba, lo cual me molestaba porque siempre carecí de ella o la tuve por muy poco tiempo. Los chicos que pasaron nos miraron extraño, pero al viejo que poco le importaba avergonzarme, jaló mi oreja haciéndome levantar.Me miró enojado y
Evitaba a toda costa sonreír porque él podría llegar y notaría mi vergonzoso estado, así como mis acelerados movimientos. Sequé mis manos en mi pantalón de la escuela y acomodé por enésima vez mi cabello. Es que nada me parecía suficiente, ni las tres veces que cepillé mis dientes, ni el baño de una hora que tomé usando todos los productos de mamá y los de mi hermano (el es muy vanidoso y por ende, tiene miles de cosas para el cabello y cuerpo) e incluso, me eché un poco de perfume que solo he usado un par de veces porque sé que es costoso, mi abuela me lo regaló y me advirtió mil veces que sólo lo usara en ocasiones especiales porque le costó “un ojo de la cara” y papá me explicó que esto se refería a que costó muchísimo, entonces solo lo usé dos veces y la tercera fue hoy, porque era un d&i
Mamá me gritó mucho esa mañana porque extravié mi uniforme nuevo. Le dije que lo lavé porque ella no lo lavó lo suficientemente bien y que como en nuestra casa por la ubicación, poco le pega el sol al patio, lo saqué al techo, escalé y lo colgué ahí hace varias horas, pero ya no estaba. Papá lo encontró a unas calles y por eso, llegaría a la hora exacta en que empezaban las clases: 06:30am y no diez minutos antes como siempre me hacían llegar.Corrí, hoy no huiría porque se lo prometí a Alex. Lo dejaría para la primera prueba nada más, en especial la de matemáticas, de esa prueba planeo huir sin piedad. Entré al aula al mismo tiempo que la profesora, quién era una mujer muy vieja, tanto que se parecía a la abuela Lilia y eso es mucho decir. Su clase fue más aburrida que la sacramental del domingo por la ma