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Caleb seguía insistiendo en que le dijera que decía la carta, desde ayer me lo pedía y era un poco molesto, tuve que mentirle, no quería decirle sobre el acosador, pronto se cansara de mandarme notas.

Hoy Caleb no iría a la escuela, ya que iba a salir con su padre y en raras ocasiones lo ve.

Me fui a la escuela con mucha flojera, abrí mi casillero con mucha pesadez y ahí estaba otra nota, junto a un oso de peluche, los tomé y empecé a ver a todos lados, pero solo había estudiantes caminando por el pasillo y el de intendencia.

Que adorable te ves molesta, me encantas Ann, el oso de peluche te lo regalo, puedes hacerle lo que quieras, pero ten en mente que es mi corazón, muy buenos días hermosa, te veo más tarde.

Tire la nota y el oso lo deje en mi casillero, saque lo que necesitaba y fui a mi salón, me senté en mi lugar, tenía un mensaje de Sara.

Te invito a mi casa después de la escuela 8:50 am

¿Vas a venir por mí? 9:00 am

Por eso te estoy invitando, voy a ir por ti ¿Aceptas? 9:02 am

Claro ¿Le dijiste a mi mama? 9:04 am

Obvio, dime ¿Con quién tratas? 9:05 am

Nos vemos en la salida, loca 9:06am

Deje mi celular y espere a que el maestro llegara, después de un rato, nos dijeron que no teníamos profesor. Algunos se fueron, pero yo me quede, el de intendencia entro al salón, no recordaba que estuviera tan alto; tenía un bombillo en sus manos, la que estaba arriba de mi era la que fallaba, se dirigió hacia mí.

— ¿Me daría permiso señorita?

—Claro.

Me levanté y él se subió a mi silla, mientras cambiaba el bombillo lo empecé a observar, él era diferente a Christian, él nunca se refería así a las mujeres, nos decía chica o muchacha, además no tenía tatuajes en las manos y no era tan pálido.

Supongo que es nuevo.

—Se le agradezco mucho— me dijo mientras se bajaba de la silla.

—Gracias a usted.

No le podía ver la cara del todo, pero sonrió, fue lo único que pude ver de su rostro, se fue y me volví a sentar, después de que me aburrí salí y fui a mi casillero, había otra nota.

Tu voz es hermosa Ann, cada vez estoy más cerca de ti y me encanta, necesito tenerte en mis brazos, me alegro de que no esté tu novio, seguramente te abandono y me dejo a tu cargo, por supuesto que no me molesta.

Maldito enfermo, la volví a tirar y me fui a la cafetería, compre un chocolate y regrese a mi salón, conecte mis audífonos al celular y empecé a escuchar música.

Cuando dio el receso fui a comprar para comer y regresé a mi lugar, me quedé ahí un rato y después fui a mi casillero, había otra nota. Busque en todas las direcciones y veía cómo siempre a varios alumnos recorriendo el pasillo, a la orientadora charlando con el de intendencia.

Cada vez más cerca de ti, incluso parece como si te pudiera tocar, me tengo que resistir a las ganas de besarte.

Arranqué una hoja de mi cuaderno y le escribí, después la pegue en donde él las deja, saque mis cosas y me fui a clase. Varias horas después anunciaron que era el final de la escuela, suspire antes de abrir mi casillero y ya no estaba mi nota, pero si la suya.

Siempre estoy cerca de ti Ann, aunque no te des cuenta, todo el día te veo, deberías poner mucha atención para darte cuenta de quién soy, pronto estaré tocando la puerta de tu casa, así que no te preocupes en saber quién soy.

La volví a tirar y caminé a la salida, ahí vi a Sara, la abracé y ella a mí.

—Te extrañe tanto— me dijo.

— ¿Y crees que yo no? — le conteste.

—Obvio, si soy tu mejor amiga— me agarro los cachetes.

—Deja mis cachetes.

—Pero si son tan apachurrables.

—Suelta.

—Bien— me sonrío— vamos, mi mamá nos espera en casa.

— ¿Te dejaron venir sola?

—Si— ladeo la cabeza— algo así, vienen mi hermano.

—Lo sabía.

Camine junto a ella y llegamos a su camioneta, su hermano tiene 23 años.

—Hola Ann— me saludo.

—Hola Keny— le devolví el saludo.

Sara y yo nos fuimos atrás, me preguntaba de Caleb, de la escuela y si había chicos guapos.

Así es ella.

Después de un largo viaje llegamos a su casa, bajamos de la camioneta y entramos en ella, su mamá estaba viendo televisión.

—Hola Ann— me saludo con un abrazo.

—Hola señora ¿Cómo está?

—Bien, gracias linda.

—Mama ¿Qué comeremos? — pregunto Keny.

—Ordene pizza.

— ¿Podemos comer arriba? — ahora pregunto Sara.

Su mama acepto, Sara y yo nos servimos unas porciones de pizza y fuimos a su cuarto, empezamos a hablar sobre lo que había pasado en esta semana que no nos habíamos visto, le conté del acosador.

—Eso sí es estar enfermo— me dijo mientras mordía su pizza.

—Pronto se cansará.

—Si está así de loco, no lo creo, ya se obsesiono.

Mi celular empezó a vibrar, lo tome y decía Desconocido.

—Espera.

Le dije a Sara y entre a su baño.

— ¿Hola? — conteste escuchaba una respiración.

—Hola hermosa, ¿Me reconoces?

Mis ojos se abrieron cómo platos y empecé a temblar.

—Debes estar nerviosa.

— ¿Quién eres?

—Me conoces hermosa, ¿No te suena acosador?

— ¿Cómo conseguiste mi número?

Hay un sitio web que se llama F******k y ahí te piden tu número.

—Déjame en paz.

—No lo creo

— ¿Qué quieres de mí?

—Quiero que seas mía y lo serás cariño.

—Estas enfermo.

—Cómo ya te lo he dicho, solo me basto un día para saber que serías mía.

—No me conoces.

—Anna Lewis, 15 años, asistes a la escuela Tenier, tu novio se llama Caleb, tu mejor amiga se llama Sara, estas en su casa ahora mismo y te encerraste en el baño, para hablar conmigo y eso es muy lindo de tu parte ya que no quieres que escuche nuestra conversación intima.

— ¿Cómo sabes dónde estoy?

—Porque te estoy viendo desde que llegaste.

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