Andrew Barnett ha tenido un terrible pasado.
Su vida ha sido muy traumática, no cualquier persona podría soportarlo, él lo logro, pero no de la mejor manera.
A la edad de 4 años vivió los abusos de su padre, golpeaba y violaba a su madre, a su hermano pequeño lo golpeaba al igual que a él.
Día tras día su casa estaba llena de gritos, gemidos de dolor. Felicidad no hubo, al menos no tenía ningún momento feliz en su memoria, todo era sufrimiento y agonía.
Cuando Andy nació su padre, si se puede llamar así, lo trataba bien, era el niño de sus ojos, su adoración completa, pero los problemas vinieron cuando su padre encontró algo mejor que el trabajo.
El alcohol.
Un año después, nació su hermano, Dennis, su padre de tanto estar ahogado en alcohol, no soportaba el sonido del llanto del pequeño y si no lo paraban al instante, provocaba un golpe para su madre y para Andy.
Andy sabía que tenía que
La policía me interrogaba a cada momento, querían saber más de él y si sabía su ubicación.Pero no lo sabía, por milésima vez, no lo sé.No me importa donde este.—Anna— me toco el hombro el oficial Philip y el oficial enfrente de mí se fue— ¿Recuerdas que nombre usaba?—Dennis Flanders.Se sentó a mi lado y acaricio mi espalda.—Sé que no es fácil y nunca lo será para ti sobrellevar esa situación, pero tienes que ser fuerte.—Lo he intentado— le dije— en estos meses he tratado de controlarlo, pero ahora él es libre, ¿Quién me garantiza que no volverá a tocarme?—Lo vamos a encontrar, él no se volverá a acercarse a ti, no te pondrá un dedo encima.Mis papas
Lunes. Mis papas me llevaron a la escuela, aún no sabían nada del acosador, parecía como si se hubiera esfumado en el aire o algo similar. Al llegar a la escuela, mis papas me dieron otro gas pimienta, me baje del auto respirando profundamente y sintiendo la mirada de varias personas a mi alrededor. Mientras caminaba a mi casillero sentía las miradas de ellos, cuando volteaba a verlos, veía como susurraban. Todo era demasiado incomodo, de haber sabido me hubiera quedado en Tenier, al llegar a mi casillero lo abrí y vi una figura de barro pequeña con una nota, mis manos me temblaban, los tome y vi con determinación la figura. Era una muñeca. No te vas a apartar de mi lado Ann, eres mi muñeca. Rompí la carta y lo tiré de nuevo adentro de mi casillero, aguantaba las ganas de llorar, no lo iba a hacer enfrente de todas estas personas. La historia
Al día siguiente me apure para ir a la escuela, ya que se me había hecho un poco tarde. Estaba jugando videojuegos y no me di cuenta de que las horas pasaron demasiado rápido hasta que mi mama me lo dijo. Cada vez que mi papa ve las noticias, aparece la foto del acosador, cada vez se vuelven más aterradoras, el oficial Philip nos visitó en la mañana para asegurarse que todo estaba en orden, pero desafortunadamente no han encontrado nada de él, tampoco han llamado por teléfono para dar algún registro de él. No hay nada. Mis papas me llevaron como siempre, al entrar a la escuela, seguían viéndome, pero ya no tanto como ayer, pero ya la mayoría me evadía. Lo cual agradecía internamente, ya no era tan incómodo, me sentía más tranquila, más a gusto, pero no lo estaré del todo bien, hasta que lo atrapen. Al llegar a mi casillero lo abrí y había un sobre amarillo, lo abrí un tanto extrañada, había dos fotos
La puerta se abrió completamente y me dejo verlo. Era el maldito acosador. —Ya despertaste Ann— se acercó a mi sonriente y me levante de la cama— tranquila, aquí nadie nos vera. —¿En dónde demonios estoy? —En nuestra casa— sentí una punzada en mi corazón y empecé a llorar— no llores mi amor— me abrazo, mi cuerpo se sentía débil, trate de empujarlo, pero me abrazo más fuerte— no te vas a alejar de mí jamás, te lo prometo. —Por favor, déjame ir— solloce. —No sabes cuánto he estado preparando este momento, por fin voy a poder estar contigo Ann, no te pienso soltar— toco mis mejillas, temía que me besara de nuevo— ponte esto. Dio la vuelta hacía la puerta y tomo una bolsa y me la dio. —Se te vera hermoso— mis manos me temblaban, lo saque, era un vestido blanco— No querrás que te ayude ¿Verdad? Negué con la cabeza y volvió a sonreír. —Te veo en
Cuando se fue, empecé a investigar en toda la casa, eran tres habitaciones y un baño; hasta ahora las que había entrado era donde había despertado, el baño y una habitación con una cama matrimonial. Busque en todos lados mis cosas, pero no estaba nada de mis pertenencias. Seguramente lo escondió muy bien, para evitar que lo encontrara. En el cuarto donde estaba la cama matrimonial, busque en el armario y había muchos vestidos y ropa de hombre. También busqué en la sala, pero nada, no había nada, incluso busqué un teléfono fijo, pero tampoco, no es tan idiota. Ahora si le pensó bien el imbécil. Me dedique a buscar más en la habitación principal, supongo, sabía que había algo aquí, no tiraría mis cosas, está demasiado enfermo, la cosa más mínima que pudiera tener de mí, estoy segura que se lo quedaría, pero como sabe que las voy a estar buscando, las guardó muy bien. Ya me estaba frustrando, no es posible
Me entró un escalofrío en mi espalda, me di la vuelta y me di cuenta que no estaba, me senté en mi cama y me froté los ojos, por un momento había olvidado esto, sentía que estaba en mi casa y que todo había sido una terrible pesadilla, pero no, está es mi realidad. Me levante de la cama y al verme al espejo me acomode mi cabello, me puse mis tenis y camine a la sala, él estaba en la cocina. Al verme sonrió. —¿Cómo amaneció mi niña? — me pregunto. —Bien. Me acerque a él y me tomo de la mano para que me sentara, puso enfrente de mí un plato con Hot Cakes. —Quiero que mi princesa tenga la mejor alimentación— me dio un beso en la cabeza. Seguramente me quiere engordar, para así poder torturarme mejor y asesinarme como a un cerdo. Se sentó frente a mí y empezó a comer, no comí mucho de nuevo; me daba tanto temor que le pusiera alguna droga a la comida e hiciera q
Cuando terminé de bañarme salí del baño, me había puesto lo mismo que traía, mis piernas no dejaban de temblar mientras caminaba hacía la sala, estaba segura que ya había regresado y si, estaba sentado en uno de los sillones con un botiquín en las manos y no tenía playera. Se estaba poniendo una gasa donde lo apuñale, después se puso una venda, le dolía, me pude dar cuenta de eso por los gestos que estaba haciendo, me acerque a él y al verme se levantó para acomodarse mejor la venda. —Tampoco vuelvas a hacer esto. Asentí con la cabeza, se acercó a mí y me abrazo, me apretó, instantáneamente supe lo que quería y lo hice. —Sólo es un mal día cariño— se separó— dicen que el primer año es el más duro, te limpio esa ceja. —No es necesario— le conteste omitiendo lo demás que había dicho. Me volvió a ver mal y me hizo una seña para que me sentara en el sillón, le hice caso y él se arrodilló frente a mí y pu
No dejaba de tocar mis mejillas y verme todas las partes del cuerpo. —Bésame— me pidió y lo mire atónita— hazlo. Me acerque a él demasiado temblorosa, no podía juntar sus labios con los míos, mi corazón estaba oprimido, roce nuestros labios, pero él los junto. —Ya no puedo más. Susurro y me levanto en sus brazos y me sentó completamente en la cama. —Ya no puedo más— volvió a repetir mientras se acomodaba el cabello y desabrochaba sus zapatos. No... No... No... —Por favor, no lo hagas— le pedí mientras empezaba a llorar. —¿Cómo le pondremos a nuestro pequeño? Mi amor— se los quito por completo y los aventó al piso— si es niño Dennis, y si es niña también Dennis, se puede usar unisex, sería increíble y un sueño hecho realidad para mí ¿Te imaginas? — estaba sonriendo. —No, por favor. —¿Te gusta? — se mordió el labio— me alegro mucho de eso, imagínate, saldrá h