Después de que Cole me dio el nombre de su escuela, le marque a uno de mis mejores amigos, trabaja ahí como el de intendencia.
— ¡Qué onda Andy! Hace tiempo que no sé nada de ti.
—Hola Cristian, una pregunta ¿Sigues trabajando en Tenier?
—Sí, ¿Por qué? No me digas que quieres volver.
—Por supuesto que no, ni lo digas idiota, necesito que me digas cual es el casillero de una chica.
—Una chica ¿De preparatoria?
—Sí y que me des su clave.
—Andy, no sé si te la pueda dar.
— ¿No eres mi hermano?
—No me salgas con eso, ¿Para qué lo necesitas?
—Necesito entregarle algo.
—Bien, te veo en la puerta en una hora.
—Gracias.
Mi turno ya iba a terminar, así que no había problemas en que me fuera, me despedí de los chicos y me fui corriendo de ahí, cuando llegue a mi casa me aliste, faltaban diez minutos, así que me fui con calma, vivo cerca de ahí, así que no hay problema, cuando llegue Christian ya estaba ahí.
—No me dijiste para que querías su clave— fue lo primero que dijo al verme.
—Ya te dije, le voy a entregar algo.
— ¿Qué es ese algo?
—Una nota.
—Eso es de quinceañeros.
—No me importa.
—Bien, vamos
Caminamos por el pasillo y entramos a un cuarto, era su despacho, no estaba tan feo como pensaba, en unos casilleros tenía folders.
— ¿Cómo se llama? — me pregunto.
—Anna Lewis
Asintió y la empezó a buscar entre sus archivos.
—Aquí esta— me dio uno de los folders.
Lo abrí y estaba una foto suya, se ve hermosa con el cabello recogido. Salimos de su despacho y busqué el casillero 190. Cuando lo encontré puse la clave abrió, tenía fotos pegadas de Sam Smith y de su novio con ella, supongo que lo era, porque en una de las fotos él le da un beso en la mejilla.
—Préstame papel y pluma— le pedí— por favor y cinta.
Se fue de su despacho, le saque foto al documento y también a su foto.
—Ten— me dio lo que le pedí.
—Gracias.
Anote lo que le iba a poner y lo pegue en el fondo de él, ahora solo tendré que esperar a mañana.
Al día siguiente
Me levanté temprano para ir a la escuela, digamos que le di unas vacaciones a Christian, me puse su uniforme y me fui a la escuela; me hice tonto un rato en la puerta, la vi entrar con el mismo chico de la foto, estaban tomados de la mano.
Sentí rabia.
Entraron a su salón, pero después ella salió y abrió su casillero, sonreí al ver que tomo la nota, empezó a leerla, en su cara se notaba la preocupación, se quedó ahí un buen tiempo, ya había sonado la campana, pero no se movió, estaba en shock. Una señora le toco el hombro y ella se fue con la nota en mano, la vi entrar a su salón y aquella señora se giró hacía mí.
—Supongo que eres el que remplaza a Christian.
—Sí, me llamo Andy.
—Un placer Andy, soy Queny.
—Lo mismo digo— le sonreí.
—Por cierto, el salón 2D necesita que cambies una bombilla.
—Ahora mismo la cambio.
Me sonrió y se fue, entre al despacho y busqué una escoba, empecé a pasear por el pasillo y la vi en el 2D, estaba sentada en la cuarta banca pegada a la ventana.
Se veía bastante hermosa.
—Disculpe— me tocaron el hombro— me mando la orientadora Queny— asentí— necesita que abra las regaderas del patio, por favor.
—Ahora voy— le dije serio y se fue, era el novio de Ann.
Fui a prender la cosa esa y volví al 2D, vi que debajo de su banca había papeles, ¿Rompió mi nota? Bufe y me quede ahí, viendo todo lo que hacía.
Después de unas horas sonó la campana, ahí estaba el sujeto recargado en la pared, cuando ella salió lo abrazo, hice una mueca y los seguí con cuidado, después le escribí otra nota.
El otro se llama Caleb.
La puse en su casillero, había un grupo de chicos junto a él, pero no se percataron de mi presencia; su novio se fue y ella abrió el casillero, tenía pánico en su mirada, le pregunto a los chicos si me habían visto, pero negaron, era obvio.
Rompió la nota con rabia, supongo que se enojó por lo último que puse, entro a su salón un poco enojada.
Que tierna.
Seguí viéndola con cuidado de no ser visto. En la salida cuando leyó mi nota se volvió a enojar, pero también tenía miedo, en cuanto se fueron, se me vino a la idea; es hora de visitarla.
Pero no, mejor esperare algunos días.
Caleb seguía insistiendo en que le dijera que decía la carta, desde ayer me lo pedía y era un poco molesto, tuve que mentirle, no quería decirle sobre el acosador, pronto se cansara de mandarme notas.Hoy Caleb no iría a la escuela, ya que iba a salir con su padre y en raras ocasiones lo ve.Me fui a la escuela con mucha flojera, abrí mi casillero con mucha pesadez y ahí estaba otra nota, junto a un oso de peluche, los tomé y empecé a ver a todos lados, pero solo había estudiantes caminando por el pasillo y el de intendencia.Que adorable te ves molesta, me encantas Ann, el oso de peluche te lo regalo, puedes hacerle lo que quieras, pero ten en mente que es mi corazón, muy buenos días hermosa, te veo más tarde.Tire la nota y el oso lo deje en mi casillero, saque lo que necesitaba y fui a mi salón, me senté en mi lu
Al día siguiente le deja una nota a un oso de peluche, supongo que lo tirara, aunque, ahí voy a ver qué tan infantil o ruda es.Cuando la vi entrar, estaba sola; no vino su novio.Abrió su casillero, se quedó un momento ahí parada y después saco el oso junto con la nota, se giró viendo a todos lados, empecé a disimular, pero una sonrisa no se iba de mi rostro, su cara de sorpresa es tan gratificante. Sé que algún día se va a dar cuenta de la felicidad que causa en mí; abrió la nota y cuando la termino de leer la tiro como hace con las demás, pero el oso lo dejo adentro.Es infantil, solo aparenta ser ruda, para guardar un oso de peluche es bastante infantil, si fuera diferente lo hubiera tirado junto con la nota.Recordé que tenía que cambiar la bombilla de su salón, transcurrieron algunas clases y finalmente entre a su saló
No podía dejar de temblar, tenía tanto miedo, Sara me dijo que le contara a mi madre sobre todo esto, pero no lo sé.Vi la hora, eran las 10:40 de la noche, seguramente esta despierta, camine a su cuarto y toque la puerta.—Pasa.Abrí la puerta y estaba sentada en su cama leyendo.—Creí que ya estabas dormida Ann— me dijo al verme— ¿Qué pasa? Estas pálida.—Mamá— me senté en la cama temblorosa— un sujeto me está acosando.— ¿Cómo? — me pregunto frunciendo el entrecejo.—Cuando fuimos a comprar la computadora de Penelope— empecé a contarle— un sujeto que trabaja ahí me veia mucho, pero el lunes empecé a recibir notas dentro de mi casillero, y ahora me está enviando mensajes a mi celular.—Anna, creo que lo soñaste— me segu
No podía dejar de pensar en Anna, mi querida y hermosa Ann.Al día siguiente en la escuela volví a dejar una nota en su casillero, pero ahora más larga que las demás, esperé en la puerta a que entrara.Cuando entro me di cuenta que otra vez estaba sola.Abrió su casillero y tenía miedo, ese miedo me estaba excitando a no dejarla, la tiro casi al momento de abrirla y se fue al baño corriendo, cuando el pasillo estaba despejado entre al baño.— ¿Princesa? — la llame, pero no contesto— no quería hacerte llorar, ¿Me perdonas? — no volví a obtener respuesta— tu celular lo tienes con sonido, si te marco sonara.Busqué su número y empecé a marcar, pero me mando directo a buzón, que lista es mi pequeña, pero escuche un murmuro proveniente del segundo cubículo.—Lo apagaste, er
— ¿Ahora si me crees? — le grite a mi mama después de haber llamado a la policía. —Hija, perdóname— me contesto y me abrazo. — ¡Casi me violan! —Ann— tomo mi cara— vamos a atrapar a ese infeliz. — ¡Es el tipo de las computadoras! — repetí por décima vez. —Debemos tener pruebas contra él— me contesto— le hable a tu padre, tomara un avión lo más rápido posible y seguramente llegara en la noche— tomo mis manos— los oficiales nos ayudaran a localizarlo. —Pero no recuerdo bien su cara. —Dijiste que ha estado yendo a la escuela, con eso nos pueden ayudar. Asentí con la cabeza y ella me abrazo, en un rato llego mi hermana y la policía, me hicieron preguntas sobre su aspecto o cosas con las que serían fácil de reconocerlo; también lo que había pasado desde que lo vi. Pero cada vez que contestaba una de esas preguntas mi voz se entrecortaba más y más. Mi padre llego en la noche y cuando me vio me abrazo. —Lo atra
Eran las doce de la noche cuando tocaron mi puerta, supuse que era un vendedor ambulante o un vagabundo y se marcharía pronto, pero seguían insistiendo, me levante con pesadez y abrí sin mirar quién era. Me encontré con nada más y nada menos que la orientadora Queny.—Hola Andy— estaba con una sonrisa en su patético rostro.—Perdón— fruncí el ceño— ¿Qué hace aquí? —pregunté.—Me pareció una buena idea cenar contigo— mire sus manos y traía vino y algo en un recipiente con mala apariencia.— ¿Cómo consiguió mi dirección?—Me la dio Christian.Ese, maldito Christian, en cuanto lo vea.—Perdón, pero ya es algo tarde— iba a cerrar la puerta en su cara, pero puso el pie.—Sólo un rato.Volvió
No podía dejar de preocuparme por Caleb, lo había dejado con la ceja sangrando, estaba muy preocupada por él, insistió que no fue tan malo, pero al saber que es por mi culpa que le paso eso, me siento horrible.Cuando mi madre lo vio casi se le sale el corazón por la boca, le tuvimos que contar todo lo que paso, estaba igual de angustiada que yo, después de curarlo lo llevamos a su casa, para saber que no le iba a pasar nada.Me da miedo que el acosador ya sepa en donde vive, así como sabe de mí.Al día siguiente.Estaba con mis padres y mi hermana esperando a que llegara Caleb, mi papá estaba pegado a la ventana y se asomaba a la ventana cada vez que veía a alguien pasar, en cuanto llego me despedí de mi familia y nos fuimos a la parada.— ¿Te duele? — le pregunte.—No, solo tengo unas punzadas, n
En la comisaria.Samantha y yo fuimos a la comisaría para saber más sobre ese acosador.—Señores Lewis— nos habló el oficial con una carpeta en las manos.— ¿Qué encontraron? — le pregunto Sam.—Encontramos varias cosas en su cara que lo ponen en evidencia, pasara muchos años en prisión.Nos dio unas fotos, en una de ellas había una pared llena de fotos de mi hija, en algunas aparecía Caleb, pero su cara estaba tachada, algunas eran de cuando era pequeña, ¿Cómo las habrá conseguido?, en otra foto había un cuaderno con anotaciones sobre la vida de Anna, lo que había todos los días, incluso las fantasías más asquerosas que tenía ese morboso con mi hija.Está enfermo.—También encontramos múltiples pastillas para el estr&