— ¿Y ahora qué pasará? —murmuró limpiándose la lágrima furtiva que se deslizó por la mejilla.Por un instante Naia sintió como si sobre ella hubiese caído una especie de maldición que no le permitía ser feliz. Tal vez no había ido lo suficiente a la iglesia cuando podía, su madre y abuela iban cada domingo a misa, pero ella a veces prefería quedarse en casa a dormir un poco más. Quizá Dios se había enojado con ella por eso, pensó intentando encontrar una explicación al no poder darle una buena vida a su pequeño. A ella no le importaba hacer cualquier tipo de trabajo, con tal de protegerlo, darle un techo y comida para que estuviese sano.Ahora Leo era su única familia, el único con el que podía estar y al cual deseaba proteger con todas sus fuerzas. Dudó de la decisión que acababa de tomar, tal vez si se arrodillara frente a esa mujer... no, no podía seguir humillándose, debía ser fuerte, tenía que buscar otra alternativa para vivir cada día.—Naia he hablado con la señora Pressly —di
— ¡¿Estás loco?! —Gritó Steve mirándolo con ojos asesinos— Es que no encuentro otra explicación válida para no llegar a la reunión con los empleados del Sindicato, ¡A la segunda reunión que tenías programada con los empleados del Sindicato! —exclamó con dramatismo.—Sólo llegué un poco tarde, debieron esperar.—Esperaron por casi dos horas, y tú ni siquiera contestabas mis llamadas, ¿qué les podría decir para justificar que los dejaras plantados una segunda vez? —Se revolvió el cabello— Ve y rómpete una pierna.— ¿Qué dices?—Que vayas y te quiebres una pierna, regresa en muletas, y si es posible en silla de ruedas, diremos que tuviste un accidente, eso será suficiente para calmar la animadversión que te tienen.—Estás loco, no haré algo así.—Si necesitas ayuda yo me ofrezco como voluntario —buscó entre las cosas cercanas encontrando un palo de golf—. Esto será apropiado —Lo miró amenazante.—Deja tu teatro que la estás asustando —Señaló a Naia, quien parecía que se le saldrían los o
—Cierra tu m4ldita boca antes de que ella te escuche.—Oh, por Dios, por Buda y por el que sea, ¡de verdad te gusta esa mujer! —exclamó con real asombro.— ¿Qué sobre cerrar tu boca no entiendes?—Espera, debo sentarme —Lo hizo y empezó a mirarlo como si su amigo hubiera cambiado de piel.—Deja de mirarme de esa forma, es desagradable.—No sólo te gusta, realmente sientes algo por ella... esto es increíble, estoy a punto de creer que los milagros existen.— ¡Basta Steve! Eres un imb3c1l de primera, por eso no quería contarte.—Entonces... cuando faltaste a la fábrica es porque estabas con ella y hoy que llegas tarde también es por ella. Bueno, debo admitir que es muy bonita, pero no supuse que fuera tu tipo, jamás te había visto con una chica latina —Sonrió con burla.—Tu cara de bobalicón no te conseguirá una novia, te lo aseguro.—Pero yo no estoy en busca de una, limpiarte el trasero en la fábrica no me deja tiempo para eso. Sin embargo, el que sí quiere novia es otro —Una risa est
—Lo siento, pero debo regresar a mi escritorio, debo enviar un documento lo más pronto posible —Se disculpó la secretaria de presidencia.—Está bien, gracias por acompañarme, comeré y luego le llevaré algo al señor Garner.—Cuando regrese puede decirle a uno de los empleados de la cafetería que la acompañe, así no se pierde ni tiene que cargar algo adicional que el bebé, por cierto es un niño muy lindo, aunque parece somnoliento.—Gracias, es por una medicación, están empezando a salir sus dientes y es doloroso.—Entiendo, bueno ya debo retirarme, espero que encuentre todo de su agrado señora, también si necesita algo adicional para el apartamento me lo haga saber de inmediato, fue una completa sorpresa, no sabía de la nueva situación el presidente, pero estaré más atenta.Se disculpó y luego regreso sobre sus altos tacones. Naia la observó alejarse, aquella fémina se mostraba como una mujer muy hermosa y muy profesional, aunque no había entendido a qué se refirió cuando mencionó la n
Matthew observó el reloj.—Ha pasado mucho tiempo —comentó.Seteve levantó sus ojos de la pantalla de su computador portátil en el cual estaba escribiendo un comunicado y disculpas para el Sindicato con la intención de que su jefe y amigo lo firmara.— ¿A qué te refieres?—Naia no ha regresado de la cafetería.—No lo sé, tal vez Marguerite le esté dando un recorrido por la fábrica.Matthew levantó el teléfono y marcó a su secretaría. Ella contestó al instante.— ¿Naia está contigo? —Escuchó su respuesta y la expresión del rostro cambio—. Ya debería estar de vuelta, debiste esperar para regresar con ella, podría perderse.La mujer al otro lado de la línea intentó explicar su situación y la premura en regresar a su escritorio, pero Matthew no la escuchó, terminó la llamada y se levantó de la silla. — ¿Qué sucede? —indaga Steve curioso.—Que la secretaria dejó a Naia sola y tal vez ella se ha extraviado y por eso no regresa.—Imposible, puede preguntarle a cualquiera como llegar hasta
—Entonces señorita Ortega, ¿desde hace cuánto tiempo vive en Estados Unidos? —indagó el abogado una vez regresaron a la oficina de presidencia. —Aproximadamente dos años, ¿por qué? —Seré sincero, tengo curiosidad sobre su situación migratoria, sabe que en este Estado es ilegal contratar a personas indocumentadas. —Bueno... eso no lo sabía —Agachó la cabeza. —Pero, no se preocupe, sea cual sea su situación la ayudaré. — ¿Por qué? —Porque es una orden de nuestro jefe —sonrió afable. — ¿Él está interesado en eso? —Sí, él está interesado en ayudarle. Aunque no lo parezca es un buen hombre, debería aprovechar su apoyo. —Pero, él si lo parece, un bueno hombre —aclaró. —Sí usted lo dice, pero entonces ¿su permanencia es legal? Naia dudó si debía responder, prefirió mirar el rostro sonriente de su bebé entretenido con el oso de peluche que ahora no abandonaba. —Ya lo dije, no es un problema si su estadía es ilegal, haré todo lo posible por corregir esta situación, por supuesto debo
Se dio cuenta que había dicho más de lo que debía.Matthew se acercó a ella, acarició su rostro y lo sostuvo para que no apartara su mirada de la suya.—No más, yo no permitiré que alguien más vuelva a insultarte, me aseguraré de que las pesadillas desaparezcan y que sólo tengas sueños hermosos.Naia quedó inmóvil por un segundo, su corazón palpitó más fuerte, tanto que el sonido llegó hasta sus oídos. Sus ojos parpadearon y por más que intentó bajar la mirada no pudo porque estaba extasiada con aquel rostro que le proyectaba tanta seguridad. Algo revoloteó en su estómago y sus mejillas enrojecieron en menos de un segundo. Aquello era nuevo, estaba segura, pero también temía a lo que estaba sintiendo. Matthew Garner resultaba ser tan increíblemente atractivo, como atento y la miraba de una forma que ella misma no lograba explicar.En ese instante Leo empezó a manotear riendo e intentando llegar a los brazos de su madre. Esto fue lo único que pudo traerla de vuela a la realidad, desean
Naia suspiró mientras intentaba concentrarse en comer. Se cuestionó si en realidad había sido buena idea mudarse solos a un apartamento cuando ella ya podría empezar a fantasear una vida junto a él. Resultaba ser un hombre atento, amable, responsable, terriblemente atractivo y lo peor de todo era bueno con su hijo.“No, no, no vayas por ahí”... “pero se ve tan adorable con Leo”... “pero es porque es amable”... “Él parece ser un buen hombre”... “Pero es tú jefe, un millonario inalcanzable, Naia no confundas amor con bondad”— ¿Qué sucede? —indagó Matthew.— ¿De qué? —respondió saliendo de su diatriba.—Es que te quedaste mirándome, pero no parpadeas, ni comes.— ¿De verdad?... Lo siento.No se había dado cuenta de ello.&mda