Mattehew se maravilló con aquella sonrisa, que aunque pequeña era más honesta que cualquier otra que hubiese visto antes en ella. Además, ofrecía una imagen diferente y mucho más hermosa de aquella mujer. Aún no lograba entender el porqué de su poca autoestima, cuando para cualquiera resultaría muy evidente que se trataba de alguien con una belleza única y atractiva.Ahora, se empezó a preguntar por la que sería su vida hasta llegar a esta ciudad. Antes no se lo había cuestionado o no le había despertado interés, pero en este preciso instante quería saber más, mucho más sobre ella.—Este ese el baño de mujeres —aclaró una mujer que acababa de ingresar.Ambos la miraron, él sin preocupación, pero ella con vergüenza de que pensara ellos estuviesen haciendo algo morboso ahí dentro.—Lo siento —expresó Naia antes de tomar la mano de Matthew para salir de ese lugar.En el pasillo llevó la mano a su pecho y luego río como si hubiesen cometido una travesura. La sonrisa ahora era más amplia y
Un nuevo día iniciaba, y el anterior había sido ajetreado, la medicina surgió poco efecto en Leo, porque parecía molesto y continuaba llorando, a causa de eso no pudo salir de su habitación para realizar alguna tarea que le permitiera ayudar a la señora Pressly con el cuidado de la casa. Además, por más que esperó el regreso de su jefe, éste no apareció, incluso se quedó dormida con la ropa puesta mientras aguardaba para hablar con él. Sin embargo, hoy sintiéndose descansada, viendo a Leo más tranquilo, esperaba fuese todo diferente. Bajó la mecedora eléctrica, en donde colocó al bebé, para que la observara mientras empezaba su nuevo trabajo. Hasta ahora no había tenido una inducción adecuada, no sabía en realidad cuáles eran las tareas que debía desempeñar. Sin embargo, había algo que podía hacer muy bien y que deseaba demostrar a los habitantes de esta casa. Eso era cocinar, por lo cual pensó es sorprenderlos con un rico desayuno, aprovechando que ninguno daba señales de vida. Revi
—Gertrude, explica lo que está sucediendo.—No te entrometas Fred, intento limpiar lo que ha hecho esta mujer.Los ojos de Naia se inundaron de lágrimas, aceptaba que no le agradara, pero ¿cómo podía desquitarse con la comida? Tomó el cuarto plato con la mano que tenía libre, intentaba protegerlo de ser arruinado.— ¿Cómo pudo?...Fue lo único que le expresó a la mujer mayor, quien se agachó para recoger los pedazos quebrados. Por más que había intentado no llorar un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas, pero ella no tenía ninguna mano libre para limpiarlas. Caminó a prisa para salir de ahí, subió los escalones hasta la segunda planta y se encerró en la que ahora era su habitación. Colocó al bebé sobre la cama, mientras ella se sentó en el mismo lugar con el plato sobre su regazo. Tomó la arepa trozando un pedazo que metió en la boca. Un hipido reverberó en su pecho y luego de esto más lágrimas se deslizaron en su rostro. Probó los huevos y una mezcla de risa con llanto la i
—Señor Garner, el abogado McGregor está al teléfono, lo necesita urgente— dijo la señora Pressly al otro lado de la puerta.—Entre —ordenó enérgico.Lo cual ella hizo, lo miró con atención y también a la joven mujer a su lado, incluso pasó sus ojos por la pequeña mecedora en la que se entretenía el pequeño.— ¿Usted le ordenó a Naia venir aquí y también le dio más trabajo cuando le dije que no la importunara?Con actitud estoica ella respondió:—No señor, hoy no he hablado con la señorita.— ¿Qué? ¡Eso no es cierto! —exclamó Naia.—Señor he estado ocupada limpiando la casa, porque soy la única que lo hace a pesar de que ahora hay una nueva empleada.— ¿Por qué miente? —cuestionó la más joven. —Lo siento señorita, pero la única que miente aquí es usted, no sé con qué intensión ingresó en esta habitación.Matthew observaba entre ambas mujeres.—Señora Pressly explíqueme qué es lo que está sucediendo —exigió.—No lo sé señor Garner, desde que trajo a esa mujer a esta casa no sé qué es
— ¿Y ahora qué pasará? —murmuró limpiándose la lágrima furtiva que se deslizó por la mejilla.Por un instante Naia sintió como si sobre ella hubiese caído una especie de maldición que no le permitía ser feliz. Tal vez no había ido lo suficiente a la iglesia cuando podía, su madre y abuela iban cada domingo a misa, pero ella a veces prefería quedarse en casa a dormir un poco más. Quizá Dios se había enojado con ella por eso, pensó intentando encontrar una explicación al no poder darle una buena vida a su pequeño. A ella no le importaba hacer cualquier tipo de trabajo, con tal de protegerlo, darle un techo y comida para que estuviese sano.Ahora Leo era su única familia, el único con el que podía estar y al cual deseaba proteger con todas sus fuerzas. Dudó de la decisión que acababa de tomar, tal vez si se arrodillara frente a esa mujer... no, no podía seguir humillándose, debía ser fuerte, tenía que buscar otra alternativa para vivir cada día.—Naia he hablado con la señora Pressly —di
— ¡¿Estás loco?! —Gritó Steve mirándolo con ojos asesinos— Es que no encuentro otra explicación válida para no llegar a la reunión con los empleados del Sindicato, ¡A la segunda reunión que tenías programada con los empleados del Sindicato! —exclamó con dramatismo.—Sólo llegué un poco tarde, debieron esperar.—Esperaron por casi dos horas, y tú ni siquiera contestabas mis llamadas, ¿qué les podría decir para justificar que los dejaras plantados una segunda vez? —Se revolvió el cabello— Ve y rómpete una pierna.— ¿Qué dices?—Que vayas y te quiebres una pierna, regresa en muletas, y si es posible en silla de ruedas, diremos que tuviste un accidente, eso será suficiente para calmar la animadversión que te tienen.—Estás loco, no haré algo así.—Si necesitas ayuda yo me ofrezco como voluntario —buscó entre las cosas cercanas encontrando un palo de golf—. Esto será apropiado —Lo miró amenazante.—Deja tu teatro que la estás asustando —Señaló a Naia, quien parecía que se le saldrían los o
—Cierra tu m4ldita boca antes de que ella te escuche.—Oh, por Dios, por Buda y por el que sea, ¡de verdad te gusta esa mujer! —exclamó con real asombro.— ¿Qué sobre cerrar tu boca no entiendes?—Espera, debo sentarme —Lo hizo y empezó a mirarlo como si su amigo hubiera cambiado de piel.—Deja de mirarme de esa forma, es desagradable.—No sólo te gusta, realmente sientes algo por ella... esto es increíble, estoy a punto de creer que los milagros existen.— ¡Basta Steve! Eres un imb3c1l de primera, por eso no quería contarte.—Entonces... cuando faltaste a la fábrica es porque estabas con ella y hoy que llegas tarde también es por ella. Bueno, debo admitir que es muy bonita, pero no supuse que fuera tu tipo, jamás te había visto con una chica latina —Sonrió con burla.—Tu cara de bobalicón no te conseguirá una novia, te lo aseguro.—Pero yo no estoy en busca de una, limpiarte el trasero en la fábrica no me deja tiempo para eso. Sin embargo, el que sí quiere novia es otro —Una risa est
—Lo siento, pero debo regresar a mi escritorio, debo enviar un documento lo más pronto posible —Se disculpó la secretaria de presidencia.—Está bien, gracias por acompañarme, comeré y luego le llevaré algo al señor Garner.—Cuando regrese puede decirle a uno de los empleados de la cafetería que la acompañe, así no se pierde ni tiene que cargar algo adicional que el bebé, por cierto es un niño muy lindo, aunque parece somnoliento.—Gracias, es por una medicación, están empezando a salir sus dientes y es doloroso.—Entiendo, bueno ya debo retirarme, espero que encuentre todo de su agrado señora, también si necesita algo adicional para el apartamento me lo haga saber de inmediato, fue una completa sorpresa, no sabía de la nueva situación el presidente, pero estaré más atenta.Se disculpó y luego regreso sobre sus altos tacones. Naia la observó alejarse, aquella fémina se mostraba como una mujer muy hermosa y muy profesional, aunque no había entendido a qué se refirió cuando mencionó la n