CAPÍTULO 71
Los meses pasaban como el recorrido de un tren sin paradas. Los esposos, dedicados a cumplir con sus tareas en la fundación y la desolada, casi derruida empresa Davison, no se detenían en sus quehaceres.

Carla contrató a una excelente empresa de recursos humanos, datos suministrados por Lenis Evans desde La Ciudad. Maximiliano quedó impresionado por la agilidad de dirigir y gerenciar de su esposa. Vio en ella algo que no pensó jamás ver, ni siquiera buscando o intentando, menos analizando. Vio en Carla a una mujer capaz de tomar decisiones sin titubeos, pero si las dudas la embargaban, lograba averiguar cómo hacer las cosas o darle solución a los problemas sin que los demás la vieran como poco profesional. Sus comentarios mientras almorzaban o cenaban, mientras compartían tiempo libre (que lamentablemente no era demasiado, ya que Max dirigía su consorcio a distancia en articulación con Lenis y otros empleados de los muchos departamentos que conformaban la nómina) eran inteligentes, sa
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