CAPÍTULO 5

Flash Back

Entre besos llegaron a la habitación, Jórdan quitó su vestido dejándola solo en bragas Julianne se llevó las manos cubriendo sus pechos, Jórdan las puso por encima de su cabeza y las sostuvo con una de las suyas mientras devoraba sus pechos uno a uno, y con la otra mano acariciaba su punto más sensible, Julianne arqueaba su espalda, quedando más expuesta a él, sentía un torbellino de sensaciones jamás antes había experimentado.

— ¡Mmm! —Sus gemidos eran fuertes que llenaban la habitación, Jórdan subió por su cuello, y llegó a su boca, mordió suavemente sus labios, luego profundizó ese beso explorando su cavidad bucal, y succionando suavemente su lengua.

Sus dedos hacían un trabajo tanto en su entrada como en su punto sensible, volvió a sus pechos, mordiendo sus pezones mientras Julianne sentía su cuerpo estremecer y sus piernas tensarse, los movimientos de sus caderas eran urgidos, y fue sacudida por un fuerte orgasmo, las  convulsiones de su cuerpo demostraba lo intenso que era, Jórdan desabrochó su pantalón, luego su camisa quedando completamente desnudo, se posesionó entre sus piernas mientras ella aún sentía espasmos del orgasmo, se apuntó en su entrega, y se adentró en ella muy despacio, jamás se imaginó encontrarse con esa barrera, la miró a los ojos, beso sus labios y susurró en ellos.

—  ¿Estás segura de que lo deseas? No imaginé que.

— Hazme tuya, enséñame. —Respondió ella uniendo sus labios desatando un apasionado beso.

Jórdan se adentró un poco más, su frente estaba perlada por el sudor al igual que su cuerpo.

Jórdan se adentró un poco más, y estuvo por completo dentro de ella, su estrechez era tanta que esa sensación lo excitaba mucho más, se sentía como un adolescente, haciendo un esfuerzo por no correrse antes.

— Cuando estés lista me lo dices.

Julianne lo miró y nuevamente unió sus labios, mientras se deboran en ese apasionado beso, ella empezó a mover sus caderas, Jórdan siguió su ritmo, empezó muy despacio hasta que ella pidió.

— Más, más.— Habló entre gemidos

— Eres hermosa. — Respondió besando sus labios.

Sus embestidas eran más fuertes, profundas y placenteras, en un movimiento sincronizado la dejó encima de él, y ella empezó a cabalgar lo, dejándose guiar por el, Jórdan apretó sus pezones, y ella tiró su cabeza hacia atrás sintiendo esa electrizante sensación recorrer su cuerpo, siguió con sus movimientos asta que Julianne sintió nuevamente estremecer su cuerpo, y tensar sus piernas, aceleró más sus movimientos hasta que llegó al clímax, seguida por él. Julianne cayó agitada en el pecho de Jórdan, sus respiraciones eran agitadas el acarició su espalda y su cabello, y nuevamente la giró, recorrió su cuerpo sudado, bebiendo de sus pechos, bajó por su vientre y llegó a su entrada, jugó con su lengua, succionó su clítoris aún sensible y volvió a su boca, ella se probó en los labios de ese hombre que le regaló la primera vez más excitante que jamás se imaginó, Jordan quitó su condón y colocó otro, y así les llegó el amanecer.

Fin Flash Back.

Jórdan caminó despacio se adentró en el arroyo, sentía su miembro reventar de lo duro que estaba.

— Al carajo con ese juego de indiferencia — Se dijo mentalmente y siguió acercándose a ella.

— Sal de aquí, estoy enojada contigo.

Jórdan la agarró de la cintura y la apegó a su cuerpo.

— Voy a quitarte ese enojo, voy hacer que me pidas mas, más entre gemidos y yo te diré que  eres hermosa.

Julianne lo miró fijamente, ¿la había descubierto, sabía que era ella? Sus mejillas se tornaron rojas, bajó la mirada y apretó sus labios.

Jórdan cogió su barbilla y  levantó su rostro.

— Mírame a los ojos, no te avergüences, me regalaste tu primera vez y eso es algo muy preciado para mí, creí que no volvería a verte, y mira, aquí estamos, es el destino, nuestro destino.

Jórdan unió sus labios a lo de Julianne y ella respondió a ese beso tan deseado y esperado por ella, envolvió sus manos al rededor de su cuello y enredó sus piernas a la cintura de el.

— No saliste de mi mente ni un solo instante.

— Y yo moría por repetir esa noche, ámame.

Unieron sus labios en un profundo beso y se entregaron a la pasión de sus deseos, la naturaleza fue testigo de esa entrega tan deseada por los dos.

La tarde llegó y Jordan fue a la vertiente por la trampa que dejó en la mañana.

— Esta noche la cena será langostinos de río.— Dijo Jordan llevando los mariscos ya limpios.

— ¡Mmm! Delicioso, y el huevo gigante también está listo. — Dijo ella acercándose a él y dejando un beso en los labios.

Cenaron y luego de eso contemplaron la luna, sentados cerca de la fogata, ella entre sus piernas y el acariciando sus pechos.

— Hermosa luz de luna. — Habló Jórdan. — Te regalo cada noche de luna y cada estrella.

— ¡Mira! pide un deseo una estrella fugaz.— Dijo ella señalando con su dedo.

Jórdan sonrió, giró su rostro la besó y le dijo su deseo.

— Mi deseo es que nunca te alejes de mí.

— Y el mío es el mismo, y que nunca mires a otra, yo quiero ser la única mujer en tu vida.

— Después de mi esposa, jamás existió alguien, ahora estás tú, solo deseo que la edad no sea un obstáculo para nosotros.

Julianne se giró se sentí a horcajadas sobre el, acunó su rostro entre sus manos y unió frente a la de el.

— Yo te elegí, esa noche yo te escogí, entre tantos hombres jóvenes de mi edad, tú fuiste quién llamo mi atención, y aquí bajo la luna y las estrellas te prometo que no existirá nada ni nadie que me haga pensar lo contrario.

Jórdan hizo lo mismo acunó su rostro entre sus manos, beso sus labios ojos y frente, la miró a los ojos.

— Eres mía mi hermosa, solo mía y yo soy solo tuyo.

Entre besos apasionados se entregaron nuevamente a la pasión, y por qué no, al amor que estaba creciendo en ellos sin saberlo, no era solo sexo, era amor y lo hacían cada ves que sentían el deseo de expresarlo con caricias y gemidos.

El amanecer les llegó, y así muchos amaneceres y anocheceres pasaban.

Los días seguían entre amarse y sobrevivir.

El río les proporcionaba  alimentos como también encontraban frutas setas, y huevos de avestruz que en ocasiones encontraban.

— No se cuánto tiempo ha pasado, y creo que mientras no busquemos la forma de salir de aquí por nuestra cuenta, nos quedaremos aquí, ellos no nos encontrarán jamás. — Pronunció Julianne mirando al cielo soleado.

— Tenemos tres meses aquí, yo llevo la cuenta, pero no quiero aventurarme sin herramientas adecuada a avanzar y perder lo que aquí poco a poco hemos construido, si nos vamos perderemos el fuego, tardaremos en encontrar un lugar y hacer todo nuevamente.

— Lo sé, y me quedaría contigo donde sea, pero nuestras familias deben pensar que morimos.

— Hagamos algo...

— Lo que sea, menos tener que quedarme aquí sin ti, si tú vas yo voy su te quedas nos quedamos, no quiero que me dejes, y si te pasa algo.

Jórdan la abrazó, beso su cuello y luego sus labios, la vió con su rostro dorado por el sol que cada día recibía.

— Amor de mi vida, solo quiero sacarte de este monte, y darte la vida que siempre has tenido.

Ello lo miró, acarició du rostro con esa barba muy tupida, y beso sus labios.

— Repitelo. — Pidió mirandolo.

— Amor de mi vida.

— ¡Mil veces!—Gritó

— ¡Eres el amor de mi vida!— Gritó dando vueltas con ella en los brazos

— ¡Y tu el mío! — Respondió ella.

Callerón al suelo quedando ella debajo de él, se miraron a los ojos, y unieron sus labios en un apasionado beso que los invito a la entrega, no solo de cuerpos, está vez era una entrega de almas, y de amor.

— Te amo mi pequeña hermosa, mi dulce bebé.

— Y yo te amo, te amo mi sugar daddy.

— ¡Ah! Con que está señorita quiere un sugar daddy, pues entonces seré tu sugar dady y tú serás mi sugar baby.

Jórdan daba besos y haciendo le cosquillas.

Fueron al arroyo, se bañaron y decidieron ir en busca de alimentos.

— Vamos a buscar frutas, ya no tenemos muchas bananas.

— Vamos.— Respondió ella cogiendo la cesta tejida, que Jordan había elaborado.

Caminaron por largo rato alejándose un poco más, encontrando bananas y raíces comestibles, de pronto y como por arte de magia, frente a ellos estaba un hombre con el rostro pintado junto a una mujer igualmente pintada.

— ¡Jórdan mira! — Exclamó Julianne sintiendo mucho miedo, y poniéndose tras el.

— Tranquila mi vida, no pasa nada.

Jórdan levantó la mano en modo de saludo.

— ¡Hola! Yo  Amigo, ¿ustedes?.

El nativo lo miró y se acercó muy despacio, Julianne apretó tan fuerte el brazo de Jórdan y clavó sus uñas del pánico que sentía.

— ¿Amigo? ¿Tu amigo?

Jórdan sintió alivio de saber que al menos en el idioma se entendían.

— Si, si, amigos, nuestro avión se accidentó y tuvimos un aterrizaje forzoso.

— ¿Desean venir a nuestro campamento? —  está al otro lado de esa montaña.

Jórdan miró a Julianne y ella negó, por el miedo.

— Charlotte, escúchame mi vida, avanzaremos hasta ahí, y así podremos salir de aquí.

— ¿Y si nos matan? Tengo miedo Jórdan.

Jórdan acunó su rostro y la abrazó fuertemente.

— Tranquila mi vida, yo te cuidaré con mi vida, siempre.

— Y que hago sin mi vida que eres tú.

— Seguir viviendo amor mío, seguir viviendo.

— Nunca vuelvas a decir eso ¿Entiendes?

— Esta bien mi amor, nunca más, pero ?vamos.?

— Vamos.

Julianne con mucho miedo aceptó.

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