La mañana había llegado con los primeros rayos del sol, aun así, el día era frío. Desde la ventana de la cocina, Angelina podía ver cómo Michael junto a su padre y los demás trabajadores caminaban hacia los establos.—¡Ni creas que vas a ir de fisgona a ver que hacen los caballeros! Hay mucho trabajo, vienen visitas —le dijo su madre.—Yo lo sé mamá, solamente miraba-—Eso espero —Clara suspiró y pasó la mano por la cabeza de la niña —. Pronto te mostraré algo que he estado haciendo para ti, sé que te gustara mucho; ahora ven a ayudarme, no quiero que Dimitri te vuelva a llamar la atención —. Angelina se situó al lado de su madre y comenzó a ayudarla en todo lo que podía, a los pocos minutos entró Dimitri a inspeccionar.—Martina, por favor agarré la bandeja y sirva el desayuno del joven Caden y la señorita Alyssa, hoy lo harán en el salón de música. Coloque también dos platos extras, Lady Jazmines y el profesor de piano de la señorita Alyssa desayunarán junto a ellos; que la ayude
La noche había llegado, Angelina no podía sacar de su cabeza la ira de Alyssa; tampoco las palabras de Lady Jazmines, aquella dama elegante le había dicho que Alyssa le tenía envidia, algo que ella no podía creer, sus pensamientos se diluyeron cuando Clara llegó al cuarto.—¿Cómo te sientes?—Bien mamá —dijo sonriendo.—Esa sonrisa te salió muy falsa, pero yo sé cómo volverla una sonrisa real —y sin decir nada más se levantó y de un baúl que tenía escondido sacó un hermoso vestido azul turquesa. Clara extendió el vestido sobre la cama, Angelina quedó sin habla al verlo, su mano temblorosa era incapaz de tocar el vestido tan solo para no dañarlo.—¡Es el vestido más hermoso que haya visto en mi vida! —expresó la muchacha abrazando a su madre.—Coses hermoso —agregó—Hija, me encanta que te guste, pero más me gustaría que tu felicidad no sea únicamente por cosas materiales, porque esa felicidad no es duradera. Ahora vamos a probártelo, quiero ver si te queda bien—¡Sí! —exclamó Angeli
—Es mi libro favorito —manifestó Michael que se acercó de repente dejando atrás a su padre y a Clara.—Es hermoso.—Me lo regalo mi madre —le aclaró el muchacho.—Me encantaría saber leer para entender qué dice en las páginas.—Puedo leerte unas páginas mientras aprendes —se ofreció Michael.—Sería bueno —combino ella, entonces el chico tomó el libro y le pidió a Angelina que se acercara a la chimenea.—El cuento se llama: “La bruja Alice y la orquídea escondida”—¿Tu madre te regalo un cuento de brujas? —dijo Angelina sorprendida, logrando que Michael sonriera.—No todo es lo que parece Angelina, y lo que importa es la enseñanza de la historia.—¿Puedes leer la dedicatoria del libro? —Michael, quedo en silencio, la petición de la muchacha no había sido fácil, aquellas palabras le recordaban una etapa trágica de su vida que aún dolía; aun así, tomó fuerzas y leyó: “Para mi valiente príncipe. Hijo, quiero que siempre recuerdes que las palabras son ecos lejanos que no muestran verdades
Las damas de la casa junto a Lord Greenwood se habían acomodado en el balcón para degustar una taza de té, crema de leche y sándwiches de pepino en rodajas finas con jamón; también habían mandado a colocar una bandeja de pisos con algunas galletas junto a panecillos con mantequilla y mermelada. Lady Jazmines tomó un sorbo de su té mientras contemplaba a su nuera, notó que la dama estaba incómoda, incluso molesta, Lady Jazmines sabía el porqué de aquella actitud de Liza. —Querida nuera, te siento muy callada esta tarde ¿Sucede algo? —inquirió lady Jazmines con una sonrisa en sus labios. Gerald dejó de leer los papeles que sostenía y contempló a las dos mujeres, sabía que aquello era una antesala a un enfrentamiento, su madre era una mujer muy inteligente y sumamente perspicaz, y su esposa no se quedaba atrás, era dominante y de temperamento volátil. —Querida suegra, como siempre usted tan observadora —respondió Liza colocando su taza de té sobre la mesa y tomó una bocanada de aire par
Clara y su hija subían por la amplia escalera. Cada vez que Clara tenía que subir a los otros pisos no podía evitar que la fatiga se apoderara de ella, ascender por aquella escalera la cansaba; las curvas que dominaban el diseño de la estructura, la ponían de mal humor, en esos momentos envidiaba a Marie, cuyo único trabajo era estar en la cocina. Alyssa se encontraba en la parte más alta de la escalera, en ese momento se dio cuenta de que Angelina ascendía junto a su madre, ya se ubicaban por la mitad de la escalera. —Mi oportunidad ha venido más rápido de lo que espere —pensó la niña acariciando su inmensa gata angora de color blanco. —Hija, detente un momento, el broche de mi zapato se ha dañado —le informó Clara a Angelina, colocándose de un lado para verificar que le sucedía a la hebilla. Alyssa no desaprovechó la oportunidad de ver a Clara agachada a un lado revisando su zapato, y sin reflexionarlo dos veces le lanzó la gata a Angelina desde la altura que se encontraba con un
Clara corrió hacia la habitación, entró y se sentó al lado de la cama de su hija, seguidamente tomó su mano: —Debes reaccionar Angelina, recuerda que pronto será tu cumpleaños y debes ponerte ese hermoso vestido que te hice —. Clara acariciaba el rostro de su hija, sus lágrimas eran torrentes. La puerta sonó y al abrir Marie y Martina entraron como un vendaval para dar apoyó a su amiga. —¿Cómo ha sucedido esto? —gimió Marie al ver a Angelina inconsciente en la cama. —Ay Marie no sabría decirte ¡Todo fue tan rápido! Solo vi ese gato del demonio caer sobre mi hija desde las alturas, lanzándola escaleras abajo ¡Mi pobre hija si le sucede algo me muero con ella! —¡Cómo que el gato se le lanzó encima! Eso parece obra de esa niña malcriada de Alyssa. —¡Es mejor que no lo repitas! Te pueden echar si te oyen —reprendió Marie a Martina. —Lo digo porque he visto sus pataletas —Clara quedó en silencio, y un toque en la puerta c
Clara, se había acostado junto a su hija; la arrullaba y abrazaba aún con lágrimas en los ojos, y a su vez agradeciendo a Dios en silencio por haberla protegido de la maldad de otros.—Mamá ya no llores, yo estoy bien —aseguro la joven, no obstante, Clara no prestaba atención, solo continuaba besando su frente. Cerca de ellas, en un rincón de la habitación, el médico escribía las indicaciones y felicitaba a Angelina por su fuerza.—Debes de tener mucho reposo, pequeña, yo estaré dando vueltas para ver tu evolución —el médico miró su reloj y se dispuso a guardar sus cosas, Lady Jazmines apareció para verificar la evolución de la niña y para pagar los honorarios del galeno.—¿Está fuera de peligro? —preguntó rápidamente la dama apenas salió del cuarto con el doctor.—Tuvo suerte, pudo haber sido peor. —El rostro de Lady Jazmines se turbó y pensó en su nieta, no pudo evitar experimentar dolor en su alma, Alyssa se estaba convirtiendo en un monstruo, lo peor de la situación era que su madr
Días después. El cumpleaños de Angelina había llegado y con aquel día la calidez del verano, Lady Jazmines había estado muy al pendiente de la evolución de la niña, por suerte Liza y su esposo luego del incidente llevaron a sus dos hijos a una excursión junto a amigos de su familia incluyendo la hija menor de Lady Jazmín: Madeleine, que había llegado para quedarse una temporada. Madeleine tenía dos hijas, una de la edad de Alyssa y la otra menor por dos años. A Clara se le borró la sonrisa al recordar que su paz acabaría pronto, los hijos de los señores llegaban hoy, y se lamentó que los días pasaran tan rápido, por suerte ella no estaría, era su día libre, aunque fuese por unas horas.Horas más tarde. Angelina se contempló en el espejo con entusiasmo, atrás quedaban los días de dolor que le había provocado aquella caída por las escaleras, por lo menos su madre ya sonreía y eso era más que suficiente para ella ¡Su mejor regalo de cumpleaños!—Hay que aprovechar los breves ratos de