—Señor Caden, su madre solicita su presencia inmediata en el salón, todos se preguntan por usted.
—Gracias, Carlos, voy enseguida —. El hombre hizo una reverencia y se fue.
—¿Te gustaría acompañarme al infierno?
—Con gusto Caden —el hombre sonrió, tomó la mano de su prima y se encaminaron al gran salón.
Caden entró en la sala, acompañado de Marianne, todos se volvieron para mirarlo, Caden sintió que necesitaba un trago y cogió una copa de la bandeja que le ofreció el sirviente y bebió un largo sorbo.
—La función ha comenzado, ahí está Miriam… La elegida de tus padres. —Caden notó que Marianne no le había mentido y miró a Miriam. Sin perder tiempo empezó a detallarla. La mujer era elegante, usaba joyas co
Los días transcurrían, Michael y su tío se mantenían ocupados en asuntos tediosos. Los asuntos pendientes habían ocupado tanto al nuevo duque que apenas había saludado a la duquesa el día de su llegada; más tarde, como excusa, alegó que se sentía indispuesto. Una tarde, Michael no pudo eludir sus compromisos y tuvo que conversar con Emilia. Tomaron el té y conversaron de unos pocos temas de importancia corriente. Emilia le mencionó que había llegado con su sobrina Arianna, pero Michael en ese momento no le prestó mucha atención, luego de terminar su tasa de té con Emilia, pidió permiso y se marchó. Al día siguiente, Michael se había levantado temprano y había ordenado que su desayuno fuera llevado a su despacho. William lo acompañaría después de una agradable conversación. Luego fue a ver a Venus.
—Entonces, prométeme que hablarás con Caden, de lo contrario lo haré yo. —Sus palabras eran suplicantes, y por un momento estuvo tentada en contarle a Angelina su pacto con William y Michael, contarle toda la historia que ella había seguido tan de cerca y que William a través de carta le contaba, pero se mordió los labios.—Te lo prometo.Caden. Caden había invitado a Angelina a un pícnic, Angelina aceptó para cumplir la promesa que le hizo a su madre de comunicarse de forma clara. Caden llegó puntualmente y su elegante carruaje esperaba a Angelina. Clara, desde la ventana de su tienda, veía con miedo y dolor cómo Angelina subía, tomada de la mano de Caden, quien la ayudaba a entrar al carruaje. Rezo a Dios y a su esposo para que la protegieran. Una vez dentro del carruaje, Caden no pudo dejar de admirar a Angel
Una vez que Clara y Caden se encontraron a solas, la mujer dejó traslucir su preocupación y su instinto protector. —Doctor Greenwood, ¿tiene una idea de todo lo que me ha costado progresar y mejorar la vida de mi hija? —No puedo imaginármelo, solo puedo apreciar el resultado y ese resultado me indica que lo hizo muy bien. —Como veo que lo ha percibido, es mi obligación decirle que yo no voy a permitir que mi hija la humillen. —No tengo intención de humillarla, todo lo contrario. —Sus actos me demuestran lo contrario. ¿Cree acaso que mi hija no ha resultado perjudicada cuando personas en la calle han presenciado cómo usted, hace unos momentos, la besó deliberadamente? No piense que, porque soy una mujer viuda, no tendré el valor necesario para defender a mi hija con todas mis fuerzas si es necesario. —Sé que fue una temeridad de mi parte, pero entiéndeme, por favor… —¡No! Entiéndame a mí. Angelina es una dama, quizás no del círculo al cual pertenece usted, pero es una dama porqu
Gerald se enfadó mucho al salir del despacho, subió a la terraza y allí estaba su madre, que había escuchado los gritos; desde que Caden era pequeño, ella conocía ese carácter fuerte que muchas veces lo dominaba y lo hacía cometer actos ruines; era como si dentro de él convivieran dos personas. La condición empeoró debido a la crianza que Liza le brindó, y no solo ella, sino también su hijo Gerald, era responsable de la forma en que Caden se comportaba. Jazmines no quería volver a ver cómo se despertaba esa otra parte de su nieto que tanto temía.—Madre, no estaba al corriente de que se encontraba aquí, pensaba que estaba en el invernadero.—Si estaba, pero entré porque oí los gritos de tu esposa que llegaban hasta el invernadero y decidí subir a la terraza.—¿Por qué no intervino? Me hubiese
Michael había estado trabajando para arreglarse aquella noche, se contempló en el espejo varias veces antes de salir. El mayordomo tocó a su puerta para indicarle que la cena estaba lista.—En un momento estaré con ustedes —contesto Michael y el sirviente se marchó. William subió para reunirse con él antes de irse, al verlo no pudo evitar sonreír y comentar:—¡Vaya Michael! Ahora si pareces un duque —Michael exhaló una risotada.—¿A qué se debe tanta distinción? No me dirás que es por Emilia porque detestas cenar con ella.—Estoy de buen humor —contestó sonriendo con picardía.—¿Se te olvida que te conozco?—No lo olvido, pero sería mejor que bajemos, mandé a preparar algo especial para la cena de esta noche.—¡Incluso con una cena especial! Sobrino algo escondes, pero no te preguntaré más presiento que ya lo descubriré.—Entonces, bajemos, estoy famélico.—Como usted ordene duque de St. Moritz —una vez más Michael sonrío. Michael y William se sentaron, aún no estaba Emilia y Aria
—¿Cuál es la pregunta?—Bueno… me preguntaba si… ¿Te has enamorado alguna vez?—Por supuesto que me he enamorado, no soy una persona insensible. —Arianna sintió un poco de celos al oír aquello —Casualmente también fue cuando tenía quince años —Arianna suspiró de alivio, menos mal aquello había sido hace nueve años.—¿Puedes contarme?—Te contaré — Angelina se le vino a la mente y con ella un vuelco dulce en el corazón, realmente aquella niña había sido especial para él.—Recuerdo que Angelina tenía trece años y era una niña muy dulce, tenía algo que la hacía especial… diferente.—¿Y qué era? —Arianna hizo un esfuerzo sobre humano para que Michael no notara su incomodidad.&mdash
William había ido a la habitación de Michael como él lo había pedido.—La mucama me informó que querías verme.—Si tío, pasa por favor, espero no haberte despertado.—No te preocupes, aún no tengo sueño—William contempló a su sobrino y notó que estaba feliz; eso le dio paz así fuera por causa de la sobrina de la duquesa.—He comprobado la causa de tantos arreglos, la sobrina de la duquesa es la responsable, veo que la muchacha te ha gustado.—Digamos que su belleza me alegró la vista y su frescura me sentó bien ahora lo de “Impacto” es una palabra muy exagerada como para usarla en este caso.—¿Y qué deseas hacer con la muchacha? Porque te vi entusiasmado y no voy a repetirte lo que ya sabes, solo ten cuidado.—Lo sé tío, aún tengo la cabeza puesta y a Arianna la trataré como la dama que es; me daré un tiempo para conocerla mejor.—¿Cuándo volverás a Londres?—Deseo hacerlo dentro de dos o tres meses a más tardar —Michael observó el rostro de su tío y notó que él pensaba que dudaba en
Caden tomó la elegante caja azul con lazo de seda blanco y lo guardó dentro de su chaqueta, salió de la joyería con una gran sonrisa en su cara.—¿Encontró lo que deseaba, señor?—Si Gilbert encontré el indicado; mi intuición no me ha fallado, sabía que en esta joyería estaba lo que buscaba.—Qué bueno, señor, dígame ¿Lo llevó de vuelta a la mansión?—Aún no Gilbert, debo hacer otra diligencia. Llévamehasta el teatro, deseo comprar dos entradas en primera fila para la función del sábado.—Entonces al teatro señor —. Caden dentro del carruaje volvió a abrir la caja para contemplar la joya, si algo bueno podría salir de aquella discusión de Alyssa era el hecho que le había recordado comprar el anillo. Caden espero en el carr