Angelina bajó de carruaje con rapidez y entró a la casa sin despedirse de William, luego subió apresuradamente a su cuarto y pasó la llave. Clara la observó con frustración desde la entrada, no pudo detenerla. La mano de William sobre su hombro la hizo girar hacia él.—Lo lamento mucho, Clara. No quería que fuera de esta forma, permite que suba y converse con Angelina, te lo debo por el gran favor que te solicité —Clara apoyó su mano sobre la de William.—No, William, debo hacerlo yo sola. Ahora ve a descansar y habla con Michael. Dile que estamos bien muy agradecidas por la velada —William abrazó a Clara y luego partió prometiéndole que regresaría.Clara subió hacia la habitación de su hija, desde la puerta oyó sus sollozos, quiso tocar, pero lo reprimió, con dolor comprendió que no era el momento, lo mejor era dejar que Angelina depurara su dolor, ya más tarde la abordaría.***Caden y su esposa optaron por alojarse en la residencia de Gerald y Liza, donde Miriam anhelaba expresar su
Clara se armó de valor y tocó con decisión la puerta de su hija.—Angelina, ¿podemos conversar? —el silencio respondía a su pregunta, la mujer volvió a insistir. —Hija, te ruego que me brindes la oportunidad de explicarte todo y defenderme —esta vez Angelina no ignoró a su madre y decidió abrirle. Clara se sintió incómoda cuando vio la expresión de su hija, se percibía que había llorado durante toda la madrugada. —¡Oh cariño! Las cosas no son como las supones! —Angelina le dio la espalda sin decir nada, Clara entró y cerró la puerta tras de ella. —Angelina mírame. —No quiero hacerlo, abrí la puerta para escucharte, aunque me duela el alma, eso no me hace olvidar que eres mi madre y de todo lo que has hecho por mí. —Clara estaba triste y trató de calmarse y fue a la peinadora de Angelina donde posaba la caja de música que le había regalado Michael. —Todo comenzó con este regalo que Michael te otorgó. —Angelina giró para ver a su madre, no había entendido el comentario —. De
—Mientras pueda tenlo por seguro que lo haré. Tú aún no sabes a profundidad lo que es la maldad y el hambre —Clara jaló la silla y se sentó, sentía que de un momento a otro iba a caer, el dolor de los recuerdos la doblegaban, Angelina notó el estado vulnerable que de pronto poseyó a su madre y quedó en silencio para dejarla hablar. —Nunca tuve esos cuidados que yo dignamente te di cuando eras una niña, tu abuela no era una buena mujer… Y Ricardo, tu tío, tampoco —Angelina se paralizó, su madre jamás le había hablado sobre su abuela y su tío.—Mamá no es necesario, no es el tema a tratar.—Si debo hacerlo, debes entender el porqué de mi obsesión por la protección —los ojos de Clara se inundaron de lágrimas —. Tu abuela era una alcohólica y mi hermano un ladrón despreciable que me golpeaba cada vez que podía. Tu abuela me vendía Angelina. Desde que cumplí doce años llevaba hombres a la casa para que abusaran de mí, luego ella cobraba —Angelina tapó su boca y sintió como si todo el dolor
—Tu hogar es muy bonito y acogedor —manifestó Michael para romper el silencio que dominaba a Angelina.—Muchas gracias, este hogar es un sueño que construimos con la ayuda de ustedes. El talento de mi madre nos hizo progresar.—Observo que ya Clara te ha revelado varios secretos.—Ese era su obligación, aunque se tardó mucho tiempo, no obstante, ya no quiero juzgar los motivos por los cuales lo hizo —Michael contempló a Angelina y permaneció un instante en silencio, lo que causó que la muchacha experimentara un poco de timidez.—No otorgues todos los méritos a tu madre y a mi tío, tú también tienes responsabilidad en este logro. Tu madre ha hecho saber a William acerca de tu dedicación.—Una madre siempre deseará engrandecer las cosas que hacen sus hijos; ante los ojos de una madre, los hijos somos perfectos.—No en todos los casos, y aunque quieras ser modesta, yo sé lo mucho que has hecho para ayudar a tu madre. Sé que pronto abrirán otra tienda y me gustaría asistir para que puedan
—Listo, ya tu corpiño está ajustado —dijo Vanessa a Angelina.—¡Me has dejado sin respiración! —exclamó la mujer mientras tomaba bocanadas de aire.—Esa es la idea, debemos sacrificarnos para tener una apariencia hermosa.—Nosotras debemos usar corsés y tacones altos para modelar una mejor postura, y cada vez que no los quitamos quedamos con un dolor terrible, y todo para complacer a los hombres que no se merecen ninguna de nuestras lágrimas.—¡Qué maravilla!, me saliste feminista. Angelina, no lo mires de esa forma, la belleza es poder; la ropa y accesorios son las únicas cosas que tenemos para podernos expresar en un mundo regido por hombres. —Angelina suspiró con tristeza — ¡Ya quita esa cara! Dentro de muy poco el duque mandará por ti, y déjame decirte que la gente que oímos describirlo, quedaron cortas, porque Michael Davenport es monumental.—Por favor Vanessa, Michael es mi amigo y así debo seguir viéndolo.—No creo que él piense igual. La forma en que te miraba la noche que vi
—¡Bienvenidas a mi finca! —exclamó Michael, apenas las damas abandonaron el carruaje —por favor, acérquese a las pertenencias de las damas y llévenlas en las habitaciones de huéspedes—. Antes de entrar, Michael se acercó a Angelina para besar su mano, los ojos azules del duque se extendieron de su rostro tan profundamente que Angelina no pudo mantener la mirada. —Vayan a sus alcobas para que se pongan cómodas. Yo mandaré a un sirviente a ir por ustedes cuando estén listos los aperitivos. —Muchas gracias, Michael, eres muy amable —manifestó Clara. —Agradezco su acogida y créenme su presencia le ha traído luz a esta casa —Angelina no dijo nada, solo se limitó a seguir al mayordomo que la guiaba al interior de la mansión. Mientras Clara y Angelina transitaban por los extensos pasillos, se encontraban en silencio, admirando las elegantes decoraciones y las hermosas pinturas de cuadros famosos que ornamentaban los techos y algunas paredes de la sala. El mayordomo caminaba apresuradament
—¿Te solicita que seas su amante? —Angelina volvió a ruborizarse y a la vez se estremeció.—¡Jamás aceptaría tal humillación! Aunque he sufrido mucho, me respeto a mí misma. Caden no es tan desalmado como piensas, aunque me engañó y jugo con mis sentimientos, él respetó siempre las reglas, me hacía el cortejo con respeto, me pidió en matrimonio e incluso un anillo costoso de compromiso me colocó en el dedo, anillo que, por cierto, le lancé en la cara a Liza Greenwood. —Michael, mediante las expresiones de Angelina, comprendió que Caden, a pesar de su engaño, no la había irrespetado. No obstante, también notó la inocente que ella era. Su mente jamás comprendería la complejidad de la maldad que se suscitaba en el alma de Caden Greenwood.—Voy a protegerte, cuando nos encontremos de regreso, le notificaré mi decisión de unos de mis hombres de confianza. Ellos estarán bajo tu disposición día y noche.—Considero que estas acciones son excesivas.—Te aseguro que no, y no me sorprendería que
Angelina observaba el libro azul, deslizó los dedos por la delicada tapa de terciopelo. Se trataba de un libro hermoso con una historia asombrosa, lo abrió y leyó, como tantas veces, la dedicatoria que Claudia Wiggins había escrito para su hijo. Clara ingresó en la estancia y se aproximó a su hija. Angelina la observó y sonrió, ella se mostraba tan hermosa y distinguida. Sin embargo, la sonrisa se le apagó al recordar la triste historia que su progenitora le había relatado, su infancia quedó mancillada por su abuela. Sintió más admiración por la mujer que la trajo al mundo, que aunque tuvo traumas físicos y emocionales, se había levantado con mucho amor en su corazón, ese lugar intacto que su abuela no pudo ennegrecer, convirtiéndose en la mujer emprendedora que hoy era.—¿Estás lista, cariño? —preguntó Clara con una amplia sonrisa.—Solo falta terminar mi peinado.—Déjame que lo haga yo —Angelina asintió. Clara tomó el cepillo y empezó a formar el cabello de su hija, introduciendo al