Viajecito. Espero les esté gustando como va a historia y tambien recuerden que estoy en redes como Genemua.Libros Nos lemos despues.
LIZ. Ela mira todo con admiración, sorpresa y completamente maravillada, sonrío al ver a mi hija de esa forma. —Wow, este lugar es una hermosura— río sus palabras y beso su cabecita y la abrazo —Gracias mami — —¿Por qué? — indago al no entender la razón del agradecimiento Ela me mira y me da una hermosa sonrisa llena de emoción. —Por traerme a un lugar mágico — la abrazo —Pues debes agradecerle a Nick — le digo y él me mira por el espejo retrovisor —Este viaje fue su idea — —Gracias Nick — —De nada princesa — y el resto del camino vemos por la ventana del auto Al llegar al lugar creo que mi expresión es la misma que Ela, observo la casa con asombro, admiración y sorpresa, decido bajar del auto y tomo la mano de Ela sin despegar la mirada de la casa. Esta es una mansión. —Wow, esta casa parece la de las películas —asiento a la declaración de Ela Escucho la risa de Nick y me doy cuenta que tengo la boca abierta por el asombro, la cierro de inmediato. —Es solo la casa
NOCHE BUENA.NICK. Unos besos me despiertan y aunque al principio veo borroso, la imagen de Liz sonriente se aclara al paso de los segundos. Ella está despeinada, su cabellera negra cae y sonrío al ver tan bella imagen, se acerca y besa mis labios lentamente, como si no quisiera que este momento se acabara nunca, le correspondo de inmediato y como nuestros cuerpos lo piden, volvemos a unirnos y a ser uno solo. Bajamos a la cocina, ella viste un pantalón de franela, un buzo con la imagen de un reno y medias de navidad, no lleva nada debajo y decido que en el transcurso del día ese pantalón desaparecerá en varias ocasiones. —¿Y Ela?— indago notando gran silencio —Nick— veo a Liz — Son las seis de la mañana. ¿Tú crees que una niña de seis años estará despierta a esa hora?— río ante la pregunta — Bueno, hoy es noche buena, así que me imaginé que estaría ansiosa— — Mañana que viene papá Noel con los regalos estará despierta temprano, creo que ni va a dormir— ambos reímos y Liz le pon
NICK.El amanecer de Navidad en las montañas era todo lo que había soñado y más. La cabaña estaba rodeada por un paisaje blanco inmaculado, la nieve cubría cada rincón, y los árboles brillaban con una suave luz dorada cuando el sol comenzó a asomarse en el horizonte. Estaba en la cocina, preparando café, cuando escuché el sonido de pasos ligeros corriendo por el pasillo. Era Ela, despierta más temprano de lo habitual, pero su energía era contagiosa.—¡Es Navidad! ¡Es Navidad! —gritaba, sus pequeños pies deslizándose por el suelo de madera mientras corría hacia la sala.No pude evitar sonreír mientras la seguía. Al llegar a la sala, la vi detenerse frente al árbol de Navidad, completamente asombrada por la cantidad de regalos que había debajo. Elizabeth apareció detrás de mí, envuelta en una manta, su cabello alborotado pero con una expresión radiante de felicidad.—Parece que alguien no puede esperar para abrir sus regalos —dijo Elizabeth en voz baja, acercándose a mí.—No podemos culp
ELIZABETH.El regreso a la ciudad, tras nuestro idílico tiempo en las montañas, se sentía como un despertar abrupto a la realidad. Habíamos vivido unos días maravillosos, donde la única preocupación era disfrutar el momento y el uno del otro. Pero ahora, de vuelta a la rutina, las sombras de mi pasado comenzaron a rondarme nuevamente, recordándome que aún había asuntos pendientes que no podía ignorar.La mañana después de nuestro regreso, Nick y yo llevamos a Ela al hospital para su revisión médica. Sabíamos que los doctores querrían asegurarse de que el viaje no hubiera afectado su estado de salud y, aunque Ela se veía más animada que nunca, no podíamos evitar preocuparnos.—¿Crees que todo estará bien? —me preguntó Nick mientras conducíamos hacia el hospital, su tono tranquilo, pero con una nota de preocupación subyacente.—Lo estará —respondí con más confianza de la que realmente sentía—. Ela ha estado increíble estos días, estoy segura de que los doctores solo quieren estar seguros
NickHabían pasado algunos días desde que regresamos de las montañas, y aunque Elizabeth y yo habíamos comenzado a planear nuestra boda con entusiasmo, noté que algo en ella había cambiado. Había una distancia, una frialdad que no estaba ahí antes. Intenté no darle demasiada importancia al principio, pero cuanto más lo pensaba, más me inquietaba.Decidí que sería una buena idea invitarla a mi departamento. Aunque habíamos pasado mucho tiempo juntos, nunca había tenido la oportunidad de mostrarle el lugar que había sido mi refugio durante años, el lugar donde había vivido tantos recuerdos, tanto con Callie como en mi tiempo a solas después de su muerte.Cuando llegamos, Elizabeth parecía interesada, pero había algo en su mirada que me hizo dudar. Le mostré el salón, la cocina, el pequeño balcón que daba a la calle, y todo parecía ir bien hasta que llegamos al dormitorio.Entramos, y ella se quedó observando las fotos enmarcadas que estaban sobre una repisa. Eran fotos de Callie y yo, mo
ELIZABETH.La confesión que le hice a Nick sobre mi pasado me había aliviado un poco, pero no lo suficiente. Había compartido la historia de cómo había llegado a adoptar a Ela, pero la culpa y el miedo seguían pesando sobre mí, especialmente la verdad sobre Callie, que aún ocultaba. A pesar de que Nick me había consolado y había prometido que siempre estaría a mi lado, no podía sacudirme la sensación de que algo oscuro se cernía sobre nosotros, amenazando con destruir todo lo que habíamos construido juntos.Los días siguientes a nuestra conversación fueron tensos. Nick y yo continuamos con nuestras rutinas, pero había una distancia entre nosotros que ninguno de los dos sabía cómo superar. A pesar de que él intentaba mostrarse paciente y comprensivo, yo me encontraba constantemente distraída, sumergida en mis propios pensamientos y preocupaciones.Sabía que tenía que mantenerme enfocada, especialmente con la redada que se avecinaba para atrapar al Diablo. Sin embargo, no podía dejar de
ELIZABETH.El día había llegado. Después de meses de tratamientos, exámenes, y noches sin dormir, finalmente era el momento de llevar a Ela a casa. Mi corazón estaba lleno de gratitud y alivio, pero también de nerviosismo. Había tanto que temía, tanto que aún estaba por resolver, pero hoy no quería pensar en eso. Hoy, solo quería celebrar la vida de Ela, su valentía, y la oportunidad que teníamos de seguir adelante como una familia.Cuando entré en la habitación de Ela, la encontré radiante, vestida con una camiseta nueva que había elegido especialmente para su gran día. Su pulsera, la que Nick y yo le habíamos regalado en Navidad, brillaba en su muñeca mientras ella daba vueltas emocionada, mostrando una energía que me llenaba de esperanza.—¡Mamá Lizzy! ¡Nick! ¡Hoy me voy a casa! —gritó, corriendo hacia nosotros y lanzándose a mis brazos.La rodeé con mis brazos, besando su cabeza.—Sí, mi amor. Hoy te vas a casa. Estoy tan orgullosa de ti —le susurré, sintiendo cómo mis ojos se llen
NICK.El amanecer en nuestra nueva casa se sentía diferente a cualquier otra mañana que hubiera experimentado en años. No era solo el hecho de estar en un lugar nuevo, sino la sensación de hogar que había construido con Elizabeth y Ela. Me desperté con una sonrisa, sintiendo el calor del cuerpo de Elizabeth a mi lado, su piel suave y cálida bajo la fina sábana que apenas la cubría.Me quedé observándola por un momento, dejando que la paz de ese instante me envolviera. Había algo tan puro y sereno en verla dormir, sus respiraciones suaves, el ligero movimiento de su pecho mientras respiraba. Me incliné hacia ella y la abracé suavemente, besando su hombro desnudo. Se movió ligeramente, un pequeño suspiro escapó de sus labios, pero no se despertó.Quería quedarme ahí, en la cama, junto a ella, pero sabía que era el momento de empezar el día. Ela seguramente se despertaría pronto, llena de energía y emoción por explorar más de nuestra nueva casa. Con cuidado, me deslicé fuera de la cama y