Aurora estacionó su coche a las afueras de la mansión de su novio, estaba empezando a oscurecer, además hacía algo de frío, desde allí podía apreciar las luces de la ciudad, respiro profundamente, se calmó y trató de poner su mejor sonrisa.
Debía de verse como la mujer más amorosa, dulce y compresiva del mundo. Bajo y camino de manera elegante, al cruzar la puerta observo a Rubén, uno de los hombres más leales a su novio.Estar en ese lugar no le causaba alegría, pero después de analizar las cosas con detenimiento, su amante tenía sus planes y ella los suyos, así que debía de ser muy inteligente. —¿Dónde está mi novio? —Pregunto la joven sin siquiera saludar a las personas presentes, algo normal en alguien como ella.Siempre había sido una joven orgullosa, sin respeto por las demás personas, se creía superior su estatus social. —Se encuentra en la habitación principal señorita, le prepararon un cuarto, como lo pidió el joven amo. La mujer negó rápidamente con la cabeza, no pensaba quedarse en la mansión, tenía que buscar trabajo en la ciudad, ahora que había regresado, esa sería la excusa perfecta para evitar estar tanto tiempo junto a Dexter, simplemente él la estaba asfixiando. Si no fuera por el dinero de la familia Leroux, se habría marchado sin pensarlo. —No pienso quedarme —respondió la mujer en tono seco.Rubén guardó silencio, era mejor no decirle nada a Aurora, pero su jefe estaría molesta si ella se marchaba esa misma noche de la mansión. Justo en ese momento, Aurora observo a Gianna bajar las escaleras con una bandeja. La mirada de la mujer viajo a lo hermosa joven de cabello rubio, se veía elegante en ese vestido rojo que resaltaba lo pálido de su piel, en ese momento sintió algo de envidia. ¿¡acaso esa era Gianna!? Ya no se veía como la mujer gorda y poco atractiva que había conocido hace un tiempo atrás, la mujer que venía bajando las escaleras era realmente diferente, puso cara de disgusto. Aurora se cruzó de brazos, furiosa, habían pasado cuatro años en el exterior y ella seguía allí esperando a Dexter como la estúpida que era, acaso era tan tonta que no se daba cuenta de que él no la amaba. Que prefería estar en cualquier lugar, que a su lado.—¿Puedo saber qué haces aquí Gianna? —Pregunto furiosa —que esperas para marcharte de este lugar. —Soy le esposa del señor Leroux, creo que tu pregunta es ilógica, querida, la que no debería de estar aquí, eres tú, te conformaste con ser la amante del CEO de la ciudad. Rubén trató de mantenerse serio ante el comentario de la joven, la verdad es que le había causado mucha gracia, al parecer Gianna estaba sacando las uñas, eso era bueno.Gianna le paso a un lado a la mujer que parecía que iba a explotar en cualquier momento, poco le importaba su presencia. —Él no te ama —le dijo con una sonrisa burlona —y estás consciente de ello.—¿Estás segura? Le pedí el divorcio en cuanto regreso y puedes creer que se negó, puede que todavía me ame —respondió mientras entraba a la cocina con una sonrisa de triunfo —puedes preguntarle a él mismo si gusta. Gianna lo único que quería hacer era fastidiar a Aurora para que le exigiera a Dexter divorciarse de ella, era más astuto eso que pagar una indemnización. La mujer subió las escaleras echando fuego, acaso había escuchado bien, acaso le había pedido el divorcio a su novio y este se había negado a dárselo. Dexter le debía una explicación en ese momento, él debía de casarse con ella, de esa manera tendría asegurada la fortuna de la familia Leroux. Camino por los pasillos y se dirigió a la habitación principal, abrió la puerta y observo a su novio acostado en la cama, él giró su cabeza y esos ojos verdes la observaron con curiosidad. —Hasta ahora recuerdas que tienes una pareja —le reprochó molesto —¿Dónde estabas Aurora? No respondes mis llamadas, ni siquiera me envías un mensaje. En su interior, Aurora estaba molesta, pero debía de fingir ante su novio, se acercó lentamente a la cama y le dio un beso en los labios al hombre. —Lo lamento amor, estaba con unas amigas, necesitaba divertirme un poco, olvide lo del vuelo por completo, llegué hace unas horas a la ciudad. El hombre la miró de pies a cabeza, a veces sentía que era muy duro con ella, pero al menos estaba bien. —Ordene qué prepararán una habitación para ti, no quiero que te quedes en otro lugar, eres mi novia y futura esposa. —Eso no será necesario, conseguí un trabajo —mintió rápidamente —así que me quedaré en mi departamento esta noche, necesito descansar y organizar un poco las cosas, pase cuatro años fuera. Dexter le dio una mirada de desaprobación a su novia, no quería que se quedara sola en su departamento, tenía miedo de perderla, a pesar de todo, ella seguía a su lado. —¡Debes de estar a mi lado!Aurora debía de sacar su as bajo la manga, no se quedaría en la mansión ni de broma, cuidar de Dexter era algo que odiaba hacer, eso le correspondía a Gianna. —Futura esposa, dices, tu mujer me acaba de restregar en la cara que te pidió el divorcio y te negaste, dame una m*****a explicación, por qué no entiendo nada.Dexter maldijo mentalmente a su esposa, esa estúpida mujer solo quería crear problemas entre ellos, de eso estaba seguro.Pero no le daría el gusto, debía de explicarle las cosas a su amada. —No pienso pagarle ni un solo centavo, así que solo falta un año y ese maldito contrato se va al carajo. —Hasta que nos cacemos acepto vivir aquí, no pienso compartir la misma casa, qué tu mujer, lo lamento, pero ahora que volveré a trabajar necesito mantener mi reputación. Hablo fungiendo ser una mujer decente, cuando la realidad era otra. Dexter estaba furioso con su esposa, ella le debía una explicación, como carajos fue capaz de decirle algo como eso a su novia. —Está bien, no voy a rogarte qué te quedes aquí —respondió en tono seco, a pesar de todo mantenía su orgullo.—Necesito descansar, regresaré mañana por la tarde, necesito mi tarjeta de crédito, perdí la mía en el viaje de regreso. Dexter era listo, Aurora dependía de él económicamente, si no se mudaba a la mansión no le daría ni un solo centavo. —Ese es tu problema mi amor, viviremos separados, así que no es mi responsabilidad en este momento. Aurora se quedó petrificada al escuchar las palabras de su novio, acaso no pensaba seguir pagando los lujos a los que estaba acostumbrada, eso no era posible. —No puedes hacerme esto, Dexter, no tengo un trabajo estable todavía, deje todo por seguirte, ahora me dices que no me ayudaras hasta que me mude a tu mansión, acaso te volviste loco. —Todos saben de nuestra relación, no entiendo por qué haces tanto drama mujer, solo será por un año, después de eso firmaré el divorcio y ella se marchará sin nada.Aurora no tenía más opciones que ceder su libertad, le envío un mensaje a su mejor amiga, necesitaba alguien con quien hablar en ese momento, estaba realmente furiosa y no podía demostrarlo. —Como tú digas, pero que quede claro que no quiero vivir aquí —replicó enojada —nos vemos mañana. Dexter observó a la mujer marcharse del lugar, en unos meses sería sometido a su primera cirugía, necesitaba volver a caminar antes de su matrimonio con Aurora, no pensaba llegar a su boda, postrado en esa m*****a silla, se aferraba a la esperanza que le había dado su doctor unos meses atrás.Haría lo que fuera por conseguir su objetivo, lo que lo motivaba era su hermosa novia, la mujer que realmente amaba, no quería estar mucho tiempo lejos de ella.Dexter despertó con un dolor insoportable en la espalda, había días en que era realmente doloroso, pero debía de vivir con eso el resto de sus días. —Gianna —vocifero el nombre de su esposa —Gianna, donde carajos estas —grito de nuevo. Odiaba depender de las demás personas, era un inútil en esa condición, incluso necesitaba ayuda de la persona que más odiaba en ese momento, su esposa. Hacer que lo cuidara, era su venganza contra ella, sabía que quería el divorcio, no se lo daría. Empezaron a pasar los segundos y su esposa no se veía por ningún lado, se sentó en la cama con mucha dificultad. Sentía como si le estuvieran desgarrando la carne, un sudor frío recorrió su espalda, podía desmayarse en cualquier momento. —Gianna, maldición donde te metiste. Apretó los dientes con fuerza, cuanto más debía de soportar, escucho la puerta, abrirse, observo a Rubén entrar a la habitación, soltó un suspiro de frustración. —¿Joven está bien? ¿Necesita algo? —Preguntó el hombre preocupado. Su
Salma se giró y observo a Catrina, la mujer le mostró una sonrisa burlona, la conocía muy bien, era la hermana de su novio y la mejor amiga de Aurora. Era una mujer arrogante, con un carácter difícil, de seguro había escuchado la discusión, no dudaría en ir con el chisme donde su querida amiga, las dos eran iguales, víboras venenosas. —Esto es demasiado patético, realmente me da lástima, Gianna es una tonta, sigue arrastrándose por el amor de Dexter, al parecer no le ha quedado claro que no la ama. Salma sabía que la peli negra tenía razón, pero difícilmente su amiga podría escapar de ese desafortunado matrimonio. —Dexter se negó a darle el divorcio, así que tu querida amiga debería de estar preocupada —le dijo con sarcasmo. El rostro de Catrina cambió drásticamente, acaso Dexter se estaba enamorando de la muerta de hambre de Gianna, si eso sucedía, su amiga no tendría oportunidad. —Eso no es verdad, solo es cuestión de tiempo para que se quede sin nada. —Lo estás disfrutando,
Gianna estaba desayunando tranquilamente, observo a su esposo llegar al comedor acompañado del mayordomo, al parecer había mejorado.—Debemos de hablar —le dijo en tono frío. Yesenia le sirvió el desayuno al jefe, podía sentir la tensión en el aire, sabía que la pareja de esposos no se llevaban bien.Y menos ahora que había regresado acompañado de su amante, la tercera en discordia. —Te escucho —respondió sin siquiera mirarlo, algo que no pasó desaparecido para Dexter. El hombre no podía creer que esa mujer tuviera el valor de desafiarlo. —No saldrás de esta mansión sin mi permiso, Gianna, de lo contrario, sufrirás las consecuencias, espero te quede claro. Gianna levantó la mirada de su desayuno, sus ojos encontraron con los de su esposo, era como un duelo de miradas, donde ninguno quería ceder. —Acaso soy tu esclava. —Sí, creo que eso lo sabes amada esposa, podría matarte si así lo quisiera. Gianna guardo silencio, era mejor no hacerlo enfadar. La señorita Aurora cruzó la pu
Gianna estaba en una heladería junto al pequeño, lo observo comer con entusiasmo, verlo feliz, era lo más importante para ella. Se mantenía en silencio y pérdida en sus propios problemas y preocupaciones, no quería volver a la mansión, pero no tenía otra opción. Cuando regresará a casa de seguro estaría en problemas, al menos Dexter no había enviado a sus hombres a buscarla. Recibió una llamada de su suegra, se levantó y se alejó un poco para responder.—¿Dónde estás? Mi hijo te está buscando como loco, necesito que vayas a la empresa, hay mucho trabajo.—Estoy ocupada, además es fin de semana, mi hijo necesita mi atención, su amante puede ayudarlo, yo no tengo tiempo en este momento —respondió molesta.—Es tu responsabilidad como esposa Gianna —replicó la mujer enojada.Una sonrisa jocosa se formó en los labios de la joven, ella era la esposa cuando les convenía, de lo contrario no era nadie.—También soy madre, no lo olvide, señora. Corto la llamada y volvió a la mesa, no pensaba
Dexter despertó por el repiqueteo incesante de su celular, lo tomo y observo la pantalla, se dio cuenta de que se trataba de su madre, de seguro se había enterado del accidente. Ella siempre exageraba las cosas según su respectiva, pero se supone que así son todos las madres.—¡Mamá! ¿Qué sucede? Es muy temprano todavía —le dio una mirada al reloj, eran las 6 am. —¿Por qué me mentiste Dexter? No puedo creer que tu auto haya chocado contra un muro, soy tu madre, tengo derecho a saber todo lo que sucede contigo. —Fue un accidente menor, mamá, no debes de preocuparte tanto, estoy en perfectas condiciones. La llamada se cortó, Isabella, bajo del coche, camino de manera elegante al interior de la mansión, necesitaba ver a su hijo con sus propios ojos, de lo contrario no estaría tranquila. Estaba realmente preocupado por la seguridad de su Dexter, su sexto sentido, le decía que no se trataba de un simple accidente como él se lo había dicho. Escucho unas voces, al parecer algo estaba s
Gianna observo el auto de su suegra marcharse de la mansión, tomo su mochila y salió de la pequeña habitación en la cual dormía, camino por los pasillos hasta la sala de estar.Apresuró el paso, no quería encontrarse con Dexter, o estaría en problemas nuevamente, él difícilmente la dejaría abandonar la mansión, cuando estaba por cruzar la puerta, escucho la voz del hombre fuerte y claro, eso la hizo detenerse en seco. —¿A dónde vas? Acaso no fui claro contigo.La joven se giró lentamente, encontrándose con la mirada de disgusto de su esposo, trato de mantener la calma, sus manos temblaron ligeramente.—Tengo que ir a la universidad, creo que eso lo sabes.Dexter le dio una mirada gélida, esa mujer, al parecer era demasiado estúpida, que no le prestaba atención a sus palabras.—Gianna, creo que eres demasiado tonta, que no escuchas cuando te hablo, no es verdad.Cegado por la ira, Dexter le lanzó su teléfono a Gianna, la joven se asustó un poco al escuchar el ruido del teléfono desbar
Aurora estaba sentada en el sofá de su departamento, mientras leía el diario con atención, había varias notas sobre su novio. Debía de conseguir un empleo lo más pronto posible o Dexter podría enterarse de que le estaba mintiendo, en realidad lo hacía para evitar cuidar de Dexter, él se estaba volviendo una carga demasiado pesada para ella. En realidad no era feliz a su lado, pero debía de fingir, por su propio bien. Bebió otro trago, continuó leyendo el periódico, en ese momento su teléfono empezó a timbrar, lo tomo y miró la pantalla, era un mensaje de su amiga. Abrió el mensaje y leyó su contenido, su rostro cambió drásticamente, hizo clic en el enlace, quería ver las fotografías con sus propios ojos. En cuestión de segundos aparecieron las fotografías, se molestó al verlas, creía que Gianna estaba haciendo todo lo posible por conquistar a su novio y alejarlo de su lado. Esa maldita zorra tenía algunas las cartas sobre la mesa, no iba a permitir que se saliera con las suyas,
Gianna estaba sentada en el sofá, moría de aburrimiento, Héctor y su esposo se la habían pasado toda la mañana revisando documentos. Se puso de pie y se acercó a la ventana, estaba distraída observando por la ventana, su teléfono empezó a timbrar, rompiendo el silencio del lugar. Miró la pantalla, se trataba de su amiga, de seguro estaba preocupada por ella, era mejor no responder.Debía de buscar una buena excusa, pensó para sus adentros. Siguió admirando el paisaje de la ciudad, parecía que se avecinaba una tormenta, el cielo se estaba tornando de un gris oscuro. Soplaba una brisa helada que se colaba por las persianas. Mientras Gianna estaba perdida en sus pensamientos, Dexter poso sus ojos en ella, seguía molesto con su esposa, por tratar de pasar encima de sus órdenes. Hasta cierto punto le gustaba ese espíritu rebelde que tenía la joven. Ella le pertenecía, Héctor se marchó de la oficina dejándolos solos, observo con atención a su esposa, no podía negar que Gianna era rea