Dexter despertó con un dolor insoportable en la espalda, había días en que era realmente doloroso, pero debía de vivir con eso el resto de sus días.
—Gianna —vocifero el nombre de su esposa —Gianna, donde carajos estas —grito de nuevo.Odiaba depender de las demás personas, era un inútil en esa condición, incluso necesitaba ayuda de la persona que más odiaba en ese momento, su esposa.Hacer que lo cuidara, era su venganza contra ella, sabía que quería el divorcio, no se lo daría.Empezaron a pasar los segundos y su esposa no se veía por ningún lado, se sentó en la cama con mucha dificultad.Sentía como si le estuvieran desgarrando la carne, un sudor frío recorrió su espalda, podía desmayarse en cualquier momento.—Gianna, maldición donde te metiste.Apretó los dientes con fuerza, cuanto más debía de soportar, escucho la puerta, abrirse, observo a Rubén entrar a la habitación, soltó un suspiro de frustración.—¿Joven está bien? ¿Necesita algo? —Preguntó el hombre preocupado.Su rostro se volvió más frío al darse cuenta de que ella ni siquiera había llegado para ayudarle, esa mujer era una malagradecida, poco le importaba su salud.—¿Dónde está Gianna?Rubén observó la cara distorsionada del joven, de seguro Gianna estaría en problemas nuevamente, esa mujer era demasiado terca.—Su esposa salió esta mañana joven, está en la universidad, bueno, eso creo.Dexter golpeó la mesita de noche con fuerza, estaba pasándola mal y ella se había largado a la universidad, al parecer esa tonta no lo había escuchado, ella era su empleada, así que debía de estar a su lado de día y de noche, no en una m*****a universidad.—Ve a buscarla y llama a mi doctor, necesito algo para calmar este maldito dolor.Rubén miró al jefe con preocupación, acaso hablaba en serio, debía de ir a buscarla, eso no era una buena idea, Gianna iba a estar muy molesta.—Debe de estar en clases, no puedo ir por ella —respondió algo avergonzado.Dexter le dedico una mirada de disgusto, ella no podía hacer lo que le diera la gana, él era el único que podía decidir por su vida.Incluso podía matarla si así lo quisiera.—Crees que eso me importa, ve por ella, tráela a rastras de ser necesario, no me importa, si no regresas con ella, entonces será mejor que no regreses nunca más.Rubén tembló ligeramente al escuchar las palabras del hombre, era mejor no decir nada y hacer lo que pedía el jefe, de lo contrario terminaría sin trabajo.🌼🌼🌼🌼🌼—¿Dime que te divorciaste de ese patán? —Preguntó Salma con curiosidad.Hace unos días su amiga se veía muy decidida a abandonar a su esposo, pero ese día se veía realmente triste.Gianna soltó un suspiro pesado, ambas mujeres estaban sentadas en césped del pequeño parque de la universidad.Al parecer dejar a Dexter iba a ser demasiado difícil, estaba atada a él por un año.—No, se negó a firmar el maldito documento —se quejó —¿puedes creerlo? Pase de ser su esposa a una simple empleada —una sonrisa triste se formó en sus labios.Salma miró a su amiga con preocupación, acaso Dexter se estaba aprovechando de ella, eso no era posible.Ese imbécil iba a escucharla de ser así, Gianna era una buena persona, tenía un gran corazón, pero gracias a él, se congelaba con el pasar de los días.—¡Empleada! —Replicó Salma mirándola fijamente.Gianna desvío la mirada, como explicarle a su amiga, que ahora que su esposo había regresado, cumpliría la promesa que le había hecho el día de su boda.Era realmente doloroso pensar que la persona, que debía cuidarla, era la misma persona que le hacía daño.—Regreso para cumplir lo que me prometió, no puedo hacer nada. Salma, estoy atada a ese maldito contrato, pero solo será por un año, no te preocupes, voy a sobrevivir.Salma, miró a su amiga con algo de tristeza e impotencia, no podía hacer nada para ayudarla, pero hablaría con su novio, él pertenecía a una de las firmas de abogados más reconocidas del país.Él podría ayudar a su amiga, de eso estaba segura, haría lo posible para arrebatársela de las manos a Dexter, ese tonto no merecía a una mujer como Gianna.—Señorita Leroux.Ambas mujeres se giraron, Gianna miro a Rubén con algo de intriga, ¿qué hacía el mayordomo en su marido en la universidad? Acaso algo malo había sucedido.—Ahora se dedica a seguirme, señor Rubén —le dijo con sarcasmo.Ambos no se llevaban bien, así que no le importaba ser grosera con el hombre frente a ella, no era necesario fingir.—El señor Leroux me envió por usted, será mejor que me acompañe —le dijo el hombre en tono serio.Gianna se levantó del césped, puso mala cara, ella debía tomar clases, no tenía tiempo para tonterías, había muchos empleados en la mansión, no era necesaria su presencia.—Puede decirle a mi esposo —hizo énfasis en sus palabras —que no puedo ir a la mansión, tengo cosas importantes que hacer.Rubén sabía lo obstinada que era esa mujer, siempre era un dolor de cabeza.—Está bien —le dijo con una sonrisa —entonces será por la fuerza mi señora, sabe que Dexter no aceptará un "no" por respuesta, menos en este momento que usted es una de sus empleadas.El rostro de la joven cambió drásticamente, no iba a permitir que la tratarán de esa manera, era realmente un abuso.Salma se colocó frente a ella, en realidad Dexter estaba pasándose de la raya, al menos le debía respeto a su amiga.Las personas en el lugar empezaron a murmurar, algunos veían la escena con curiosidad, todos sabían que Gianna era la esposa de Dexter.—Dígale a ese imbécil que mi amiga iré a la mansión después de sus clases, acaso no hay suficientes empleados en su mansión.Rubén negó con la cabeza, Gianna parecía no entender quién era Dexter, de seguro quería hacerlo enojar a propósito.El teléfono de Gianna empezó a timbrar, era una llamada de su esposo, tomo el teléfono y respondió, iba a decirle sus verdades.—Estoy ocupada —le dijo entre dientes —volveré cuando termine mis clases.—Si no vienés en este instante te juro que tu amiga se quedara sin trabajo, sé que está contigo, ¿acaso quieres eso Gianna? Solo debo de hacer una m*****a llamada y ella estará en la calle, como mi empleada, deberías de entender cuál es tu lugar.Gianna trato de calmarse, un sudor frío recorrió la espalda de la joven, no iba a permitir que su amiga se viera afectada por ese pequeño incidente.—Eres un imbécil, iré en seguida, no tienes que hacer nada.Acaso no podía llamar a su amante, Aurora era quien debía de cuidarlo, pensó para sí misma.—Que bueno que lo entiendes mi amada esposa —hablo con burla en su voz —date prisa, no me hagas esperar.La llamada se cortó, Gianna estaba molesta, pero ella no era nadie, Dexter podía hacer lo que quisiera, lo sabía perfectamente.Miró a su alrededor, algunas personas incluso estaban tomando videos de la discusión, eso la hizo enojar mucho más.Tomo el brazo de su amiga y le mostró una sonrisa para calmarla, ese imbécil la estaba chantajeando.—Salma, cálmate, no te preocupes, debo ir, te llamaré luego.Salma conocía muy bien a su amiga, sabía que algo le había dicho ese imbécil para que ella cambiará de opinión drásticamente.—¿Acaso ese idiota te amenazó Gianna? De ser así, soy capaz de ir a la mansión y sacarle los ojos.—No es necesario, es importante, debo de ir, no quiero que mi rostro esté en redes sociales más tarde.Salma no quería hacerle las cosas más difíciles a su amiga, asintió con la cabeza y la vio marcharse con el mayordomo de Dexter.Se sentía tan imponte, los hombres con dinero siempre hacían lo que querían, los sentimientos de las demás personas parecía no importarles.En un año su amiga podría divorciarse y sería libre, esperaba ese momento con ansias.Se giró y miró a las personas en el lugar.—Deberían buscar que carajos hacer y dejar de estar de chismosos, si sale algo de esto en las redes, se las verán conmigo —grito, molesta.En cuestión de segundos las personas desaparecieron del lugar, dio un suspiro de alivio.Salma se giró y observo a Catrina, la mujer le mostró una sonrisa burlona, la conocía muy bien, era la hermana de su novio y la mejor amiga de Aurora. Era una mujer arrogante, con un carácter difícil, de seguro había escuchado la discusión, no dudaría en ir con el chisme donde su querida amiga, las dos eran iguales, víboras venenosas. —Esto es demasiado patético, realmente me da lástima, Gianna es una tonta, sigue arrastrándose por el amor de Dexter, al parecer no le ha quedado claro que no la ama. Salma sabía que la peli negra tenía razón, pero difícilmente su amiga podría escapar de ese desafortunado matrimonio. —Dexter se negó a darle el divorcio, así que tu querida amiga debería de estar preocupada —le dijo con sarcasmo. El rostro de Catrina cambió drásticamente, acaso Dexter se estaba enamorando de la muerta de hambre de Gianna, si eso sucedía, su amiga no tendría oportunidad. —Eso no es verdad, solo es cuestión de tiempo para que se quede sin nada. —Lo estás disfrutando,
Gianna estaba desayunando tranquilamente, observo a su esposo llegar al comedor acompañado del mayordomo, al parecer había mejorado.—Debemos de hablar —le dijo en tono frío. Yesenia le sirvió el desayuno al jefe, podía sentir la tensión en el aire, sabía que la pareja de esposos no se llevaban bien.Y menos ahora que había regresado acompañado de su amante, la tercera en discordia. —Te escucho —respondió sin siquiera mirarlo, algo que no pasó desaparecido para Dexter. El hombre no podía creer que esa mujer tuviera el valor de desafiarlo. —No saldrás de esta mansión sin mi permiso, Gianna, de lo contrario, sufrirás las consecuencias, espero te quede claro. Gianna levantó la mirada de su desayuno, sus ojos encontraron con los de su esposo, era como un duelo de miradas, donde ninguno quería ceder. —Acaso soy tu esclava. —Sí, creo que eso lo sabes amada esposa, podría matarte si así lo quisiera. Gianna guardo silencio, era mejor no hacerlo enfadar. La señorita Aurora cruzó la pu
Gianna estaba en una heladería junto al pequeño, lo observo comer con entusiasmo, verlo feliz, era lo más importante para ella. Se mantenía en silencio y pérdida en sus propios problemas y preocupaciones, no quería volver a la mansión, pero no tenía otra opción. Cuando regresará a casa de seguro estaría en problemas, al menos Dexter no había enviado a sus hombres a buscarla. Recibió una llamada de su suegra, se levantó y se alejó un poco para responder.—¿Dónde estás? Mi hijo te está buscando como loco, necesito que vayas a la empresa, hay mucho trabajo.—Estoy ocupada, además es fin de semana, mi hijo necesita mi atención, su amante puede ayudarlo, yo no tengo tiempo en este momento —respondió molesta.—Es tu responsabilidad como esposa Gianna —replicó la mujer enojada.Una sonrisa jocosa se formó en los labios de la joven, ella era la esposa cuando les convenía, de lo contrario no era nadie.—También soy madre, no lo olvide, señora. Corto la llamada y volvió a la mesa, no pensaba
Dexter despertó por el repiqueteo incesante de su celular, lo tomo y observo la pantalla, se dio cuenta de que se trataba de su madre, de seguro se había enterado del accidente. Ella siempre exageraba las cosas según su respectiva, pero se supone que así son todos las madres.—¡Mamá! ¿Qué sucede? Es muy temprano todavía —le dio una mirada al reloj, eran las 6 am. —¿Por qué me mentiste Dexter? No puedo creer que tu auto haya chocado contra un muro, soy tu madre, tengo derecho a saber todo lo que sucede contigo. —Fue un accidente menor, mamá, no debes de preocuparte tanto, estoy en perfectas condiciones. La llamada se cortó, Isabella, bajo del coche, camino de manera elegante al interior de la mansión, necesitaba ver a su hijo con sus propios ojos, de lo contrario no estaría tranquila. Estaba realmente preocupado por la seguridad de su Dexter, su sexto sentido, le decía que no se trataba de un simple accidente como él se lo había dicho. Escucho unas voces, al parecer algo estaba s
Gianna observo el auto de su suegra marcharse de la mansión, tomo su mochila y salió de la pequeña habitación en la cual dormía, camino por los pasillos hasta la sala de estar.Apresuró el paso, no quería encontrarse con Dexter, o estaría en problemas nuevamente, él difícilmente la dejaría abandonar la mansión, cuando estaba por cruzar la puerta, escucho la voz del hombre fuerte y claro, eso la hizo detenerse en seco. —¿A dónde vas? Acaso no fui claro contigo.La joven se giró lentamente, encontrándose con la mirada de disgusto de su esposo, trato de mantener la calma, sus manos temblaron ligeramente.—Tengo que ir a la universidad, creo que eso lo sabes.Dexter le dio una mirada gélida, esa mujer, al parecer era demasiado estúpida, que no le prestaba atención a sus palabras.—Gianna, creo que eres demasiado tonta, que no escuchas cuando te hablo, no es verdad.Cegado por la ira, Dexter le lanzó su teléfono a Gianna, la joven se asustó un poco al escuchar el ruido del teléfono desbar
Aurora estaba sentada en el sofá de su departamento, mientras leía el diario con atención, había varias notas sobre su novio. Debía de conseguir un empleo lo más pronto posible o Dexter podría enterarse de que le estaba mintiendo, en realidad lo hacía para evitar cuidar de Dexter, él se estaba volviendo una carga demasiado pesada para ella. En realidad no era feliz a su lado, pero debía de fingir, por su propio bien. Bebió otro trago, continuó leyendo el periódico, en ese momento su teléfono empezó a timbrar, lo tomo y miró la pantalla, era un mensaje de su amiga. Abrió el mensaje y leyó su contenido, su rostro cambió drásticamente, hizo clic en el enlace, quería ver las fotografías con sus propios ojos. En cuestión de segundos aparecieron las fotografías, se molestó al verlas, creía que Gianna estaba haciendo todo lo posible por conquistar a su novio y alejarlo de su lado. Esa maldita zorra tenía algunas las cartas sobre la mesa, no iba a permitir que se saliera con las suyas,
Gianna estaba sentada en el sofá, moría de aburrimiento, Héctor y su esposo se la habían pasado toda la mañana revisando documentos. Se puso de pie y se acercó a la ventana, estaba distraída observando por la ventana, su teléfono empezó a timbrar, rompiendo el silencio del lugar. Miró la pantalla, se trataba de su amiga, de seguro estaba preocupada por ella, era mejor no responder.Debía de buscar una buena excusa, pensó para sus adentros. Siguió admirando el paisaje de la ciudad, parecía que se avecinaba una tormenta, el cielo se estaba tornando de un gris oscuro. Soplaba una brisa helada que se colaba por las persianas. Mientras Gianna estaba perdida en sus pensamientos, Dexter poso sus ojos en ella, seguía molesto con su esposa, por tratar de pasar encima de sus órdenes. Hasta cierto punto le gustaba ese espíritu rebelde que tenía la joven. Ella le pertenecía, Héctor se marchó de la oficina dejándolos solos, observo con atención a su esposa, no podía negar que Gianna era rea
El ascensor se abrió, su cuñado le mostró una sonrisa y salió, él no le inspiraba confianza, esa era la verdad.Era la primera vez que se mostraba compasivo con ella, eso era algo realmente extraño, a su parecer, Arnold siempre fue una persona distante y odiosa. Salió caminando lentamente, no pensaba discutir más con Aurora, eso era una perdida de tiempo, esa mujer la odiaba y las cosas no iban a cambiar de la noche a la mañana.Lo que no podía perdonar era la actitud de Dexter hacia ella, la detestaba de eso, no había dudas. Su actitud le dolía, no pensó que le fuera a afectar tanto lo que hiciera o dijera de ella. Lo amaba como la maldita estúpida que era, le dolía aceptarlo, le hubiera gustado arrancarse el corazón y dejar de sentir por un momento. Su desprecio le dolía, pero no podía demostrarlo, debía de fingir ser fuerte, pero por dentro todo era completamente diferente. Abandono el edificio, camino por la acera, observo el semáforo, estaba en verde, decidió cruzar, iba per