──────⊰·☆·⊱──────Una semana después… Morgana chequeaba todo por quinta vez, quería que todo fuera perfecto. Industrias Centauro & Co había sido todo un reto, ya que por vez primera incursionaban en el tequila, y si todo salía según ella lo había planeado, tendría ya ganada la campaña publicitaria del nuevo producto, que consistía en un vodka en el que estaba la empresa trabajando en la última semana. Para nadie era un secreto que en SM Busines Inc, Morgana era una de las ejecutivas más prometedoras, sobre todo por ser una de las más efectivas. Tenía la habilidad de llegar a las necesidades de los clientes de una manera espontánea y profesional. Su cartera de clientes lo respaldaba, y eso era algo de lo que se enorgullecía. Sin embargo; no pretendía quedarse para siempre en esa empresa. Ya que el escalón más alto que podía tener era el de socia de la firma, y eso no pasaría. Por esa razón quería tener trabajar en su sueño
──────⊰·☆·⊱──────Morgana salió prácticamente corriendo, no quería darle tiempo a Joe de que le dijera nada más. Esa noche no toleraría sus amenazas, pero tenía muchas cosas que perder en caso de que él decidiera armar un escándalo. Lo cierto era que estaba cansada de siempre estar justificándose ante los demás su actitud con él. «Recuerda una cosa, nena y no lo olvides nunca: Tú eres tu propio dueño».Las palabras de Arthur resonaban en su cabeza, su amistad había avanzado tanto en las últimas semanas, que había decidido explicarle su relación con Joe cuando se lo preguntó. Pero todavía no tenía el valor suficiente para enfrentarlo, por eso una vez más fue al baño para esconderse. Dándole tiempo a que se enfriara un poco las cosas, también quería aprovechar retocar su maquillaje y hacer sus necesidades. No sabía si tendría tiempo más adelante, puesto que era la anfitriona esa noche. Se disponía a salir de su cubículo, cuando entraron dos mujeres. Por el olor de su perfume, Morgana s
──────⊰·☆·⊱──────Otra jodida fiesta benéfica a la que debía ir con Jennifer. Estaba cansado de estar toda la semana trabajando a su lado, como si fuera su felpudo con la supuesta organización de ese evento. Lamentablemente, había sido el precio por no haber ido con ella a Hawái. Pero si lo pensaba bien era mejor hacer de mandadero en la beneficencia que pasar dos semanas con ella en otro país.Llegaron uno detrás del otro, y estaba con Nancy Coleman. Otra de las amigas que él tenía y que eran muy caritativas no solo por su causa, sino también con él. Jennifer lo miró de reojo, porque sabía perfectamente que ellos tenían sexo de vez en cuando. Aunque ella se moría de celos, no decía nada porque estaba tomada del brazo de su esposo. Sin embargo; en su rostro se reflejaba otra cosa. Nancy era una mujer divorciada de cincuenta años, los cuales no aparentaba. Además de ser: inteligente, elegante y atractiva. Vivía de la manutención generosa de su último divorcio con el dueño de una empres
──────⊰·☆·⊱──────El cuerpo de Morgana se tensó, cuando vio que Arthur se alejaba. —¡Vaya! —exclamó Joe—. No has perdido tiempo, nada más y nada menos ese imbécil de Graham estaba contigo. —¿Para eso fue que me obligaste a venir? —cuestionó ella alzando una ceja.—Eres…—Si continúas con tus estupideces, me marcharé.Todavía ella no entendía por qué había aceptado a ir con él.«¡Eres una necia, Morgana!», se regañó.La verdad es que le había dolido enterarse por la misma boca de Joe de que ellos eran la pareja que la directiva de la empresa había escogido para asistir a ese evento. —Viniste porque no te queda de otra —Joe expresó apretando los dientes—, ahora necesito que te comportes y que no llames la atención.Puso su mano en la baja espalda de Morgana, y ella sintió que un poco mareada. Porque se sentía una marioneta, en donde él era quien poseía los hilos. Era mejor decir eso que pensar que era un trofeo del cual, estaba alardeando. Llegaron hasta donde estaba un grupo de per
──────⊰·☆·⊱──────Morgana miraba su teléfono celular una y otra vez, diez días habían pasado desde aquel evento. Le había llamado, le había enviado mensajes de texto y no había contestado. Sabía que la leía, simplemente la estaba ignorando. Sospechaba que Arthur iba a cumplir su promesa de no tener contacto con ella, hasta que se alejara completamente de Joe.¿Es que acaso no entendía que no era tan fácil? Trabajaba con él, tenía que verlo y compartir no solo la oficina, sino también algunas fiestas. «¡Eres un idiota, Arthur!», se dijo.Todavía creía que su comportamiento era algo infantil. Respiró profundamente, realmente lo extrañaba. Arthur era tan calmando, le hacía sentir que no estaba tan sola como me sentía, la mayoría de las veces.—¿Por qué estás tan distraída esta noche? —quiso saber Lorena.—Estoy un tanto estresada.—¿Por eso miras tu teléfono celular cada tres minutos? —le guiñó un ojo—. Pareciera que esperaras la llamada de alguien importante, supongo. Morgana entornó l
──────⊰·☆·⊱──────Cuando Morgana abrió los ojos aquella mañana, lo primero que hizo con la excusa de saber la hora, fue chequear su teléfono celular. La vergüenza que había pasado ante Arthur, no tenía nombre. ¡Eres una idiota, Morgana! —dijo en voz alta. Buscó de nuevo aquel jodido mensaje:Número desconocido: ¿En dónde estás?Número desconocido: ¿Con quién estás? Número desconocido: No piensas contestarme, ¿verdad?Número desconocido: ¿Quién sabe con qué imbécil te estás revolcando en estos momentos?Número desconocido: Eres una basura, te atreves a no contestarme el teléfono. Todos sabrán que eres una zorra vividora. Cómo pudo haber olvidado su aparato encima de la mesa, no lo sabía. Quizá eran cosas del destino. El rostro de Arthur, completamente furioso, llegó a su memoria una vez más. —¿Por qué permites que ese tipejo te trate de esa manera? —le preguntó él. —Es algo complejo —Morgana respondió quitándole su teléfono celular de las manos. Lo mejor era buscar una confront
──────⊰·☆·⊱──────Arthur estaba un poco fastidiado de lo mismo. Las exigencias de Jennifer eran cada día más absurdas, esa tarde se encontraba manejando el nuevo automóvil que su esposo le había obsequiado. Muchas veces ponía en tela de juicio la procedencia de la fortuna del congresista, pero prefería no estar enterado. —¿En dónde está tu marido? —quiso saber él mientras hacía el cambio y se movía en zigzag por la gran autopista. —Como siempre, trabajando —Jennifer respondió con un tono aburrido—. Pero como puedes ver, tengo a los sabuesos detrás, las cosas no pintan bien. —¿A qué te refieres? —Arthur frunció el ceño. —Joe Carson —respondió con una mueca de disgusto.—¿Qué pasa con ese infeliz? —apretó los dientes, pues recordó lo que había pasado la noche anterior. —Con su comportamiento absurdo en la gala benéfica ha puesto sobre aviso a Charles —hizo un gesto ridículo en la cara— Me ha preguntado cuantas de mis amigas se han acostado con él. Arthur dio un silbido por la sorpr
──────⊰·☆·⊱──────Morgana dio un trago a su bebida, mientras miraba a Arthur alejarse. Todavía su corazón palpitaba rápidamente de la emoción de encontrarlo. Dio un profundo suspiro, porque aunque Sergio no decía nada por el momento, y solo la miraba de soslayo. Sabía que no iba a pasar mucho tiempo cuando hiciera su interrogatorio. —¿Qué relación tienes con ese hombre? —preguntó su amigo con tono de curiosidad. —No hay relación —de nuevo suspiró, y luego agregó negando con la cabeza: —Nos conocimos en un evento, y nos hemos vuelto cercanos.—¿Estás segura de que no me ocultas algo? —fue el turno de Sergio de darle un trago a su bebida—. No sé el porqué presiento que hay algo más. Muchas veces le molestaba la intuición de su amigo.—No estoy ocultando nada —respondió con voz firme—. Arthur se ha convertido en un buen amigo.—Es obvio que te gusta —Sergio dijo con picardía, y después le guiñó el ojo—, y también que tú le gustas a él. —¡Oh, por Dios! —exclamó Morgana dando un trago