— Detente — musita Susan, pero James ya estaba frente a ella escasos centímetros los separaba, la mujer se volvió más pequeña ante el imponente hombre — ¿Qué es lo que quiere? — La rubia toma el valor de alejarse, o por lo menos hizo el intento, ya que James la sostuvo del brazo y ante aquel tacto, Susan podía desbaratarse.— Eres mía Susan, aunque no lo recuerdes, eres mía, mi mujer y no necesito de ningún documento para probar que eres mía.— Yo no quiero ser suya — Susan trata de alejarse, pero por supuesto su fuerza no era ni siquiera la cuarta parte de la fuerza de James.— Aunque te niegues, eres ni amante — Sentencia el hombre asustando a Susan — Y no voy a dejarte en libertad — James después de analizar los estudios de Susan había llegado a una nueva conclusión médica — Eres mía, tenemos una hija juntos y aquello no podrás cambiar jamás.— ¿Qué es lo que quiere de mí? — La mujer pese a estar escuchando aquellas palabras tampoco estaba luchando o rogando por su libertad.— Susa
— Señora ¿se encuentra bien? — pregunta Carmen entrando con Helen en brazos, Susan ni bien ve a su hija siente como la opresión qué estaba sintiendo desaparece, la mujer se acerca a Carmen y sin dudar carga en brazos a Helen, Susan sonríe sintiendo que el mundo es suyo al tener a su hija en sus brazos.— Puedes ir a realizar tu trabajo Carmen, yo voy a encargarme de mi hija — Indica Susan a la mujer con una sonrisa a medias.— ¿Está segura, mi señora? — Carmen dudaba, pero Susan tenía mejor semblante que días anteriores.— Si Carmen. Yo voy a cuidar a mi hija — responde Susan.— Con permiso Señora — Carmen posteriormente se aleja de la habitación, Susan se dirige hasta la ventana corriendo las cortinas, los ojos de Helen parecen adquirir mayor brillo, mientras Susan la coloca en el sol, por supuesto cuidando de ella para que la puesta no sea tan fuerte y le haga daño.La mujer sonreía de manera hermosa mientras miraba a su hija, sin percatarse de que desde el despacho James también la
Cuando Susan abre sus ojos se encuentra aún en la habitación, lo último que recordaba fue que le había dicho a James que no la tocará, analizando la habitación encuentra la cuna, pero ella estaba sola así que, toma la decisión de colocarse de pie acercándose con cuidado a la cuna la misma se encontraba sin su pequeña habitante, Susan sentía mucho cansancio además del dolor de cabeza que estaba empezando a presentarse, la rubia unos segundos después toma la decisión de bajar, ella no sabía ni siquiera que hora del día era, siguió avanzando hasta escuchar pequeños murmullos reconocía la voz de James.Ella vio a James, el hombre se acomodó en el sofá, abrazando a Helen, la pequeña niña en sus brazos parecía encantada. La tenue luz de la tarde iluminaba la Sala creando un ambiente cálido y sereno. Helen, con sus grandes ojos curiosos, miraba a su papá con asombro, sus manitas pequeñas aferrándose a la camiseta de él. James se veía muy juvenil, no portaba su traje habitual.— Hola, mi pequ
Cuando Susan abre los ojos se encontraba en el Sofá, recuerda que estaba allí leyendo un libro cuando el cansancio la venció miró el reloj que tenía en la muñeca dándose cuenta de que era las 6 de la tarde, la mujer se coloca de pie se masajea la frente, pero el azul de sus ojos era más intenso se llevó la mano a la altura del pecho y sus ojos se dirigen hasta la escalera, Susan unos segundos después toma la decisión de subir hasta la habitación al abrir la puerta ve la cuna y con pasos lentos se acerca a ella.Sus ojos azules ven a aquel diminuto ser las lágrimas hacen acto de presencia, y como no iba a llorar si todos sus recuerdos estaban de regreso, de inmediato niega con la cabeza porque ella conocía la realidad recordando las palabras de las mucamas.Susan volvía a recuperar en su totalidad sus recuerdos y sin dudar carga a Helen en sus brazos — mi pequeña Helen, pequeñita de mamá — susurra Susan acercando el rostro de su hija al suyo, la fragancia de bebé se impregna en sus fos
Susan conocía de los Guardaespaldas que estaban en la Villa así que, sin dudar va en busca de ellos, al momento en que la mujer entra en la casa de vigilancia los hombres se colocan firmes de manera inmediata aunque era raro ver a Susan en el área, pero ellos saben que ella es la adoración de James, su mujer, entonces saben perfectamente ante quién están, Susan también sabía que ella misma había cambiado, pero ella entendía el significado de madurez. La vida le había dado una nueva oportunidad al lado de su hija y como esposa, ahora no se trataba nada más de ella, también estaba Helen.— Señora, sea bienvenida — Expresa uno de los Guardias.— Necesito contratar a mujeres para que sean mis Guardaespaldas además quiero saber si James ha buscado a Sandra Lefevbre cuando me tengan disponible esto que acabo de pedirles deben de informarme — Susan se escuchaba muy segura de sus palabras y los hombres de seguridad de su esposo la notaba diferente.— Por supuesto Señora — Responde de manera c
— ¡Señor! — La puerta de la Oficina de James se abre uno de los Guardias tenía un mal presentimiento entonces se armó de valor y abrió la puerta de la Oficina, no obstante no esperaba encontrarse con aquella escena ante sus ojos, James estaba sentado por detrás del escritorio, pero en su regazo estaba la mujer que hace menos de dos horas había entrado, cuya reunión fue rara, pero tenía un asunto importante que tratar, el Guardia sentía que la sangre abandonaba su rostro, la mujer tenía una pequeña sonrisa y James, su Jefe no dejaba que nadie estuviera cerca de él.— Buenos días — Y entonces para complicar más la situación la voz de Susan se había escuchado, el Guardia no sabe como seguía de pie, cuando Susan pasa al lado de él y era evidente que la Mujer había visto a su esposo sentado con una mujer en su regazo — Vaya, estamos en una reunión. — la voz de Susan contenía una tonada totalmente distinta al decir aquello, aunque solo ella sabe como su corazón se hizo añicos ante aquella e
— El Señor tenía una reunión con una mujer, era una reunión de negocios su identidad fue plenamente confirmada y nos hemos asegurado de que su alrededor no genere ninguna controversia con el Señor, no había ningún peligro, ella llega se adentra en la oficina, después de dos horas aproximadamente yo siento que algo no está bien porque los Guardaespaldas de ella empiezan a tener movimientos, nuestros informes no detectaron nada irregular, pero cuando yo tome el atrevimiento de entrar en la oficina los encontré en aquella posición comprometedora, al principio ella traía puesto lentes razón por la cual no nos hemos percatado de su parentesco con Dalia Smith. — Es la hermana Gemela de ella — Leandro se masajeó la frente, Susan nada más se mantuvo en silencio — Se llama Delia lo descubrí hace algunos días cuando estuve verificando el envío de Dalia a África, Delia es la protegida en el caso, Dalia nada más fue una distracción, no obstante ella no quería ser la protegida, Delia quería ser l
— Señor, el CEO de Sacramento Bank está aquí dice que tiene un asunto importante que tratar con usted — James levanta la vista estuvo toda la mañana revisando documentos, claro que Susan en algo tenía razón y era que aunque no estuviera muy familiarizado con los documentos sabe como solucionar los inconvenientes, la Organización a la que pertenece Delia, tenía armas para hacer frente a la Organización de James, a esas horas había muchos despedidos, pero Robert en compañía de Leandro bajo las órdenes de Susan los empleados fueron reubicados en otras Empresas, por supuesto cuidando los detalles de mantener la privacidad absoluta, mientras los nuevos empleados cumplen al pie de la letra las órdenes de Delia y del misterioso hombre que está por detrás de la Organización, aunque tienen dudas acerca de los Presidentes de las Empresas, pero Robert ya sabe que debe de pasar por alto todo por el momento.— Déjelo pasar — James observa la puerta, pero al momento en que Robert entra lo hace en