A medida que se acercaba la hora del compromiso, Nataniel sentía un nudo en el estómago que no podía ignorar. Los minutos parecían pasar más lentamente, mientras sus pensamientos se centraban en cómo eludir ese destino que le parecía tan insoportable. No amaba a Yasmina y no podía imaginar atarse a alguien que no despertaba en su interior el verdadero amor, eso solo lo lograba Rayito, su Rayito.Cuando llegó a su casa, lo recibió el silencio, al parecer todos se había puesto de acuerdo para desaparecer y dejarlo solo en ese momento que sentía que se acercaba lentamente al infierno.Subió a la habitación y se sentó en la cama, pasándose las manos por la cabeza en un gesto de desesperación, tratando de calmarse antes de enfrentar la ceremonia que cambiaría su vida.Se levantó y antes de entrar a ducharse, miró por la ventana y suspiró, deseando poder estar en cualquier otro lugar, lejos de esa realidad que lo atormentaba, no dejaba de culparse, por cómo había dejado que eso llegara a es
Nataniel miró el anillo que Rayito le mostró, ese mismo que le había entregado cuando eran solo unos niños. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras recordaba los momentos compartidos y las promesas que le había hecho. Sin dudarlo, tomó su mano y se lo colocó en el dedo, sintiendo una conexión profunda con Rayito y con su amor de la infancia, ese que había crecido y se había hecho adulto con ellos.―Quizás es hora de renovar esa promesa ―susurró Nataniel, mientras sus labios se acercaban a los de Rayito en un beso tierno y lleno de un significado profundo.El aire se llenó de alegría y alivio, los dos se abrazaron como los enamorados que eran, mientras salían juntos de aquel lugar, henchidos de felicidad y liberados de un compromiso que no deseaban. Sus corazones latían al unísono, unidos por el amor que habían compartido a lo largo de los años.La luna brillaba radiante encima de ellos, cuando de pronto un hombre apareció frente a ellos, por un momento se asustaron, pero cuando r
―¿Cómo es eso posible? ―dijo Nataniel―, ella se hizo una prueba de embarazo y salió positiva ―protestó el chico.Mientras él hablaba, Rayito no sabía cómo reaccionar a las palabras de la doctora. ¿Cómo era posible que no estuviera embarazada? La prueba había dado positiva, además, tenía unos días de retraso, y los síntomas típicos de un embarazo, pero nunca pensó que podría tratarse de otra cosa.Nataniel también parecía sorprendido y confundido. No sabía cómo consolar a Rayito en ese momento. ―A veces es posible que algunos síntomas que parecen del embarazo fueran causados por otras enfermedades, por virus, el retraso de la menstruación el estrés, preocupaciones, en fin ―explicó la doctora.―¿Y cómo dio positiva la prueba? ―interrogó ella.―Quizás fue un error de laboratorio. Sin embargo, Rayito no se sentía aliviada. Había estado emocionada por la idea de convertirse en madre, y ahora todo se había desvanecido. ―Le habíamos comprado todo, nuestros padres estaban ilusionados.La d
Rayito estaba sorprendida por lo que estaba ocurriendo, pero al mismo tiempo no quería que el momento se acabara. Sus labios se movían en perfecta armonía con los de Nataniel, y sus manos jugaban con su cabello mientras él la abrazaba con fuerza.Finalmente, se separaron para tomar aire. Nataniel la miró profundamente a los ojos mientras acariciaba su mejilla, y le susurró al oído:―¿Estás segura de que quieres hacer esto?Rayito asintió con firmeza, era lo más que quería, desde que decidió regresar, también había pensado en su primera vez con Nataniel. Se había imaginado tanto tiempo por este momento que no iba a dejarlo pasar. Nataniel sonrió y volvió a besarla, pero esta vez de manera más apasionada, explorando cada rincón de su boca.Pronto, sus manos comenzaron a desvestirla con urgencia, quitándole la ropa, mientras no dejaba de observarla con devoción, admirando su belleza y desnudez. Rayito se sentía vulnerable, pero segura al mismo tiempo, sabiendo que estaba con Nataniel, e
Rayito se puso sería y el ácido de los celos la corroyó por dentro al escuchar las palabras de Nataniel, "¿Qué dijo?" se preguntó "¿Aprender con otra? ¡Jamás! Primero muerta que permitirlo" se dijo y así se lo hizo saber.—¡Estás loco Nataniel! ¡Eres mío! ¡Solo mío! Y vamos a aprender juntos —declaró de manera posesiva.El chico sonrió porque sabía que ella era demasiado posesiva y jamás permitiría que fuera para acostarse con otra mujer a experimentar.—Entonces cariño, ¿Qué pretendes con tu sugerencia? —inquirió con curiosidad.—Bueno que… por ahora no hagamos nada —se veía nerviosa y miraba a todos lados como buscando una solución hasta que se le ocurrió una idea—, y primero pidamos consejos a nuestros padres —dijo de manera triunfal, contenta por su ocurrencia, mientras Nataniel la miraba como si le hubieran salido dos cabezas.Él la veía con incredulidad, moviendo la cabeza de un lado a otro de manera negativa, porque tenía miedo a la propuesta que haría Rayito.—Exactamente ¿Qué
Los ojos de Rayitos se abrieron de par en par, no podía creer que su madre fuera tan ágil para darse cuenta, tenía que pensar rápido antes de que ella pudiera descubrir la verdad y reprocharle. —No mamá, yo no, ella fue la que me dijo y me contó sobre la monstruosidad de su novio, en realidad tiene un pitón —vio la expresión escéptica en el rostro de su madre y trató de explicarle—… no se trata de mi mamá, recuérdate que ya yo estuve con Nat —dijo intentando disfrazar la verdad.—Pero me contaste que no lo recuerdas ¿Seguro que no eres tú? —¡Claro que no mamá! No soy yo, y claro que no recuerdo por eso te pregunto —exclamó aunque sin mirar a su madre a la cara. A pesar de su respuesta, Erika no era tonta, estaba segura de que Rayito le estaba mintiendo, pero decidió no forzarla a contarle la verdad de inmediato. —Bueno, hija, te creo, pero no te olvides que siempre puedes confiar en mí, incluso si quieres hablar sobre cualquier tema, no te preocupes. Y respecto a tu amiga, le pue
La joven se quedó viendo a su padre con una sonrisa. —¡Papá! ¡Qué maravillosa sorpresa! Te andaba buscando —dijo, sin embargo, él se quedó viéndola con escepticismo, la expresión de su cara, dejaba claro que no le creía. Ella se dio cuenta y suspiró. —Está bien papá, no quería que me vieran, voy a salir con Nataniel. —¿Y por qué Nataniel no te vino a buscar? ¿Y por qué tienes que salir a escondida? La joven rodó los ojos. Su padre siempre había sido un tanto sobre protector y no comprendía que ya era una mujer adulta capaz de tomar sus propias decisiones. Sin embargo, decidió mantener la calma y explicarle la situación. —Si, le dije que me esperara afuera, y no estoy saliendo escondida, solo quería evitar precisamente este interrogatorio, pero ya sabes dónde voy, nos vemos después, le dices a mamá. Dicho eso besó su mejilla, le dio un abrazo y salió de la casa antes de que pudiera reaccionar. Corrió hacia la verja, una vez afuera, suspiró aliviada. Estaba ansiosa porque finalme
El resto del día y parte de la noche, no dejaron de amarse, Rayito era muy curiosa, y quería experimentar todo sobre el sex0, incluso se lamentó no haber empezado antes.—De haber sabido que todo era tan hermoso, te habría pedido antes que me hicieras tuya —dijo Rayito con una sonrisa de picardía.—Si ni querías, estabas de lo más cagona, asustada, llorando, ni cuando pequeña eras tan cobarde —susurró en broma, pero ella le pellizco con fuerza en el abdomen y soltó un quejido de dolor.Se le subió a horcajadas y comenzó a besarlo.—Te haré pagar por tus palabras —lo amenazó mientras le capturaba el labio inferior, succionándolo.—¡Eres incansable! —exclamó Nataniel con una sonrisa.—¡Soy adicta a ti! A tu piel, a tus abrazos, a tus besos. Te amo tanto.—Yo más mi vida, no creo que pueda soportar más tiempo sin tenerte a mi lado, día, noche, por eso quería conversar contigo sobre algo —le dijo acomodándola en su regazo.—¿Qué quieres decirme? —pronunció ella sin dejar de balancearse enc