La joven se quedó viendo a su padre con una sonrisa. —¡Papá! ¡Qué maravillosa sorpresa! Te andaba buscando —dijo, sin embargo, él se quedó viéndola con escepticismo, la expresión de su cara, dejaba claro que no le creía. Ella se dio cuenta y suspiró. —Está bien papá, no quería que me vieran, voy a salir con Nataniel. —¿Y por qué Nataniel no te vino a buscar? ¿Y por qué tienes que salir a escondida? La joven rodó los ojos. Su padre siempre había sido un tanto sobre protector y no comprendía que ya era una mujer adulta capaz de tomar sus propias decisiones. Sin embargo, decidió mantener la calma y explicarle la situación. —Si, le dije que me esperara afuera, y no estoy saliendo escondida, solo quería evitar precisamente este interrogatorio, pero ya sabes dónde voy, nos vemos después, le dices a mamá. Dicho eso besó su mejilla, le dio un abrazo y salió de la casa antes de que pudiera reaccionar. Corrió hacia la verja, una vez afuera, suspiró aliviada. Estaba ansiosa porque finalme
El resto del día y parte de la noche, no dejaron de amarse, Rayito era muy curiosa, y quería experimentar todo sobre el sex0, incluso se lamentó no haber empezado antes.—De haber sabido que todo era tan hermoso, te habría pedido antes que me hicieras tuya —dijo Rayito con una sonrisa de picardía.—Si ni querías, estabas de lo más cagona, asustada, llorando, ni cuando pequeña eras tan cobarde —susurró en broma, pero ella le pellizco con fuerza en el abdomen y soltó un quejido de dolor.Se le subió a horcajadas y comenzó a besarlo.—Te haré pagar por tus palabras —lo amenazó mientras le capturaba el labio inferior, succionándolo.—¡Eres incansable! —exclamó Nataniel con una sonrisa.—¡Soy adicta a ti! A tu piel, a tus abrazos, a tus besos. Te amo tanto.—Yo más mi vida, no creo que pueda soportar más tiempo sin tenerte a mi lado, día, noche, por eso quería conversar contigo sobre algo —le dijo acomodándola en su regazo.—¿Qué quieres decirme? —pronunció ella sin dejar de balancearse enc
Mientras Nataniel y Rayito anunciaban a sus padres la decisión de casarse, mantenían sus manos unidas, y mientras intercambiaban miradas de complicidad, ellos lo observaban emocionados.—¡¿Viste?! Te dije que mi hijo se casaría con mi niña bonita… ahora ¡Vamos a celebrar! —declaró Aníbal, mientras todos daban exclamaciones de alegría y se abrazaban de manera efusiva, al mismo tiempo que las lágrimas de felicidad corrían por el rostro de Rayito.Nataniel la vio llorando y se preocupó.—¿Qué pasa mi amor?—No es nada amor, es llorando de la emoción —mientras hablaba él la abrazaba con absoluta ternura.Erika y Alena los miraban orgullosas y con los ojos también humedecidos de la felicidad.—¡Oh, querida, eso es maravilloso! —exclamó Erika, secándose las lágrimas con una sonrisa radiante —Estamos muy felices por ustedes dos… estaba tan nerviosa.—¿Por qué? —le preguntó Las miradas de Erika y Julián se cruzaron y él negó con la cabeza, porque no quería mortificar a su hija.—Son tontería
El reloj marcaba las últimas horas de la madrugada, Rayito y Nataniel se encontraban en la cama con pereza de levantarse, querían quedarse juntos, pero sabían que no sería buena idea, además, terminarían preocupando a sus respectivas madres.—Sé qué es duro levantarse y dejar la calidez de la cama y de nuestros cuerpos, sin embargo, debemos hacerlo, es solo temporal —le dijo Nataniel besando con suavidad su frente mientras no dejaba de acariciarle sus cabellos con ternura.—Lo sé, tenemos que tener una extraordinaria fuerza de voluntad —respondió ella y él asintió.—Y nosotros la tenemos, mañana es el primer día del resto de nuestros días y nadie nos podrá separar —susurró Nataniel.Así que finalmente y a regañadientes, se levantaron, se vistieron y se prepararon para separarse temporalmente. Sabían que debían respetar la tradición de no verse la noche antes de la boda, aunque se habían visto, igual, eso no hacía más fácil decirse adiós por unas horas.Rayito suspiró, una vez vestida,
Nataniel se encontraba en su habitación, terminando de colocarse el traje, se sentía nervioso, las manos le temblaban, aunque tenía una extraña sensación, a pesar de estar alegre, sentía una opresión en el pecho, un sudor frío recorría su espalda y el corazón le latía acelerado.Observó su reflejo en el espejo, mientras intentaba colocarse el corbatín, estaba emocionado porque sabía que ese día sería uno de los más importantes de su vida.De repente, la puerta de la habitación se abrió y entró su madre. Se acercó a él y lo abrazó con fuerza.—Mi chiquillo hermoso, mi primer gran amor, no sabes cuánto orgullo siento por ti. Hoy te conviertes en un hombre casado y estoy segura de que serás un esposo y un padre increíble. Solo quiero que sepas que siempre te amaré y estaré aquí para ti, pase lo que pase —le dijo Alena con lágrimas en los ojos.Nataniel se sintió conmovido por las palabras de su madre y la abrazó aún más fuerte. —Gracias, mamá. Tú y papá siempre han sido mi ejemplo a seg
Elisa miraba la escena complacida, mientras la policía la custodiaba hacia el vehículo, se sentía feliz de ver a Rayito y a todos sufriendo, de haberlo sabido habría atentado contra la vida del joven desde que llegó; giró su vista y miró a Erika que era sostenida y consolada por su madre el odio en ella creció, vio una oportunidad y en un descuido del oficial le quitó el arma y disparó un par de veces, lo que no contó fue que la madre de Erika que no le había quitado la vista de encima, se atravesó entre las balas y su hija.Al mismo tiempo que esto sucedía, otro oficial le dio la voz de alto.―¡Deténgase! ¡Suelte el arma! ―gritó.Como Elisa hizo caso omiso, el hombre terminó disparándole, y en ese mismo momento cayó Elisa al suelo gravemente herida, borbotones de sangre salían de su boca y una sola oración salió de sus labios―Los odio a todos. ―dijo dando la última boconada de aire con sangre y expiraba.Erika no podía creer lo que veía, se sentía anclada en el suelo, incapaz de mov
Nataniel despertó con la mente llena de confusión y preocupación. Sin dejar de repetirse las palabras que Rayito le había dicho antes de despertar. Aunque sabía que Rayito las había pronunciado para motivarlo a despertar, no pudo evitar sentir inquietud por las consecuencias de sus palabras. Mientras intentaba orientarse, Rayito se abalanzó sobre él con una expresión de alegría y alivio en su rostro. ―¡Nataniel has despertado! ¡Has vuelto conmigo! ―exclamó Rayito, con lágrimas de felicidad en sus ojos―justo a tiempo, porque a rey muerto, rey puesto, aunque estabas vivo, pero sin moverte ―bromeó. Él no pudo evitar reírse ante las ocurrencias de su novia, la brinca frente a él, sin poder contener la alegría y la emoción que desbordaban en su interior. Se acercó rápidamente a Nataniel y lo abrazó con ternura. ―¡Te amo tanto! ―exclamó Rayito, sin poder contener las lágrimas de felicidad―. Y por si creías que era un sueño, es verdad, tendremos un bebé, nuestro hijo. Nataniel sintió una
Rayito dejó escapar un suspiro lento y profundo. La vida le había enseñado que las cosas nunca salían como uno las planeaba, pero la propuesta de Nataniel hacía que las emociones florecieran en su interior. La boda era algo que había soñado desde que era pequeña, pero no estaba segura de poder llevarla a cabo sin ponerse en riesgo de nuevo. ―¡Ven! ―le dijo Nataniel levantándose con ella y tomándola de la mano para recorrer el jardín. El sol de la tarde iluminaba el jardín de la casa de Nataniel, creando un ambiente cálido y acogedor. Caminaron entre las flores, su corazón lleno de emociones encontradas. Los dos vieron a las mariposas revolotear entre las flores, Nataniel la abrazó por detrás mientras les susurraba en voz baja. ―Rayito, sé últimamente todo ha sido difícil para nosotros, hemos pasado por tantas cosas juntos, pero nos amamos, tenemos la posibilidad de unir nuestras vidas, imagínate hacer tu boda de ensueño en este hermoso jardín. Rayito miró a Nataniel, su mirada ll