Doña Pierina no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Erika Del Pino? La misma mujer que había sido dada por muerta en un accidente automovilístico hace más de cinco años atrás.Se llevó la mano al pecho, sentía que iba a darle un síncope, su boca seca, las piernas le temblaban como si fueran de gelatina, por un momento creyó estar imaginándose todo eso, pero lamentablemente para ella, era real.La mujer se quedó perpleja ante las palabras de Erika. ¿De qué estaba hablando? ¿Qué tenía que reclamar y recuperar? ¿Por qué esa actitud triunfante? ¿Qué podía querer recuperar? ¿Acaso se refería a Julián? No podía ser, después de todo, ella era la exmujer de su hijo, ¿por qué habría de quererlo de regreso cuando le había sido infiel?“No puede ser ¿Cómo es posible? Ella está muerta”, no pudo contener sus emociones y comenzó a gritar.—¡Esto no puede ser verdad! Debe ser una pesadilla —dijo la mujer con una expresión de desesperación.Erika se bajó del escenario con el micrófono en la mano y
Aníbal sonrió de manera burlona hacia Nardo, antes de dirigir su atención a Julián.—Julián, permíteme que te ponga al día sobre lo que está sucediendo aquí —empezó a decir Aníbal con una voz calmada—. Resulta que los Del Pino estaban pasando por una crisis económica y le pidieron ayuda a los Valles, estos decidieron financiarlos con un capital que representaba más de la mitad del patrimonio de la empresa, a cambio los Del Pino prometieron que pondrían el 50% de las acciones a nombre de ellos.»El problema es que estos nunca hicieron el traspaso de acciones, y los Valles eran muy confiados, nunca se imaginaron que los Del Pino no eran hombres de honor, por eso cuando tiempo después tuvieron el accidente donde murieron, los Del Pino vieron aquí la oportunidad de no cumplir con sus compromisos, porque las herederas estaban aún pequeñas y desconocían los acuerdos llegados con estos y los abogados que manejaban la información también fueron comparados. »No quiero ser portador de malas no
Erika sonrió con satisfacción al ver el rostro de su suegra, mientras esta retrocedía, desconcertada por las palabras de su nuera. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo era posible que Julián le hubiera ocultado algo tan importante? Tuvo oportunidad de decírselo, cuando conoció a los niños y no lo hizo, negó con la cabeza con incredulidad, mientras se quedaba por completo en silencio.Erika notó la expresión de sorpresa, molestia en el rostro de su suegra y decidió darle más detalles.—Sí, doña Pierina, cuando usted fraguó el plan con Elisa para que yo viera a mi esposo acostado con mi propia hermana, el mismo día de su cumpleaños, yo iba a avisarle que estaba embarazada, justo pude concebir cuando me fui de viaje, y a pesar del accidente que planificaron para asesinarme, me salvé y mis hijos no sufrieron daños, nacieron hermosos, parecen mayores a su edad y uno de ellos tiene un coeficiente intelectual muy elevado, claro eso ya lo sabe porque usted los vio… ellos son mis hi
Aníbal, después que escuchó las palabras de Nardo y la defensa que le hizo su amiga, no pudo evitar sentirse mal, porque aunque él no era esa persona que el hombre estaba acusándolo de ser, la confusión de lo ocurrido ese día de la graduación de bachillerato lo atormentaba, nada estaba claro.Salió al jardín y comenzó a caminar, esperaba que el frescor de la noche bañara su rostro, aplacara sus demonios y lo tranquilizara, tomó el estuche de cigarrillos y sacó un cigarro, lo encendió, le dio una calada y comenzó a fumarlo lentamente.Cerró los ojos apretándolos con fuerza, creyendo que de esa manera podía acallar esos pensamientos que intentaban abrirse paso, pero no fue así y enseguida los recuerdos de lo sucedido lo invadieron."—Aníbal, ¿Ya decidiste si vas a asistir a la fiesta de graduación? —le preguntó Geraldo, uno de sus compañeros de curso.—No lo sé, realmente no me apetece mucho ir —declaró.—Todos apostaron que el cerebrito del colegio no iría, al parecer tenían razón… qui
Aníbal se quedó sin habla mientras observaba a Alena de pies a cabeza, tratando de recordar todo lo que había sucedido aquella noche. Recordó flashes de una mujer hermosa, con cabello largo y oscuro, pero no podía estar seguro de si era ella o no. Alena, por su parte, lo miraba con un poco de desdén en su rostro, en un principio sin decir una palabra, aunque con la. simple expresión de su rostro era suficiente para saber cuánta rabia sentía ella por él. Finalmente, tomó la palabra y habló con voz firme: —¿Quién es él? —interrogó con un evidente tono de recelo. —Tienes años pidiéndome respuesta de lo ocurrido ese día… no dejas de preguntarme quien fue el responsable de todo lo que ocurrió… creo que llegó el día de darte una respuesta —dijo Nardo con una rictus de maldad en su expresión —. ¿Estabas buscando al hombre que abusó de ti? Bueno, allí lo tienes, fue el gran Aníbal Lemus quien lo hizo él fue tu violador. Ante su acusación los ojos de Aníbal se abrieron de par en par, mien
Fue inevitable sentirse conmovida por las palabras de Julián, tenía una lucha consigo misma para no caer en la tentación, sin embargo, él no tenía pensado desistir, todo lo contrario iba a seguir insistiendo hasta minar sus reservas y hacer uso de cualquier estrategia a su alcance para convencerla de aceptarlo de nuevo en su vida.—Ambos debemos aprender de nuestros errores… —comenzó a decir ella de manera pausada—, tal vez sea bueno darte la oportunidad… pero de conquistarme, no solo a mí, sino también a tus hijos, sobre todo a Salvador… aunque te advierto es un hueso duro de roer.—Con tu ayuda puedo lograrlo, debes hablarme de ellos, saber que les gusta, su comida preferida, sus juegos, quiero saberlo todo, solo de esa manera podré ganarme su corazón, el de los dos —pronunció tomándole la mano con suavidad.—Aníbal se logró ganar a Salva, aunque siempre ha estado en contacto con él, ambos tienen la tecnología en común, es un hacker y le ha enseñado todo lo que sabe. Esa puede ser
Kaire daba vueltas a la cama, esperando escuchar los pasos de su madre, estaba muy inquieta.—Salva ¿Escuchaste esos ruidos? —preguntó.—Duerme Rayito, es solo el viento —respondió el niño girándose y poniéndose la almohada en la cabeza para no escuchar las constantes interrupciones de la niña a su sueño.Pasaron solo diez minutos y de nuevo la suave vocecita de Rayito llenó la habitación.—Salva, Salva, hermano, ¿Estás dormido? —preguntó y un suspiro se escuchó en la cama vecina.—Lo estaba Rayito, hasta que me despertaste ¿Qué quieres? —pregunta el niño impaciente— ¿Por qué no terminas de dormirte de una vez?—Yo quiero a mamá o a mi papá… tengo mucho miedo —sollozó—, no me gusta que todo esté oscuro… y si vienen los malos y me llevan de nuevo.El niño se sentó y la abrazó.—No llores Rayito, estamos a salvo, además, no permitiré que nadie nos haga daño. Confía en mí… soy capaz de enfrentarlos a todos por protegerte —expresó el niño con sinceridad y la niña por fin se quedó tranquil
—Lo siento oficial, pero esta no es la residencia del señor Lemus, debería ir hasta su casa y entregarla allá ¿Por qué tendríamos que ver nosotros con él? —dijo con seriedad Julián.El policía reconoció al hombre frente a él, y suavizó la postura severa que traía cuando llegó.—Señor Del Pino, disculpe la molestia, pero recibimos información de que el señor Lemus se encontraba escondido en esta casa, por eso hemos venido a buscarlo —respondió el agente, con amabilidad, temía provocar la molestia en Julián, después de todo era innegable la influencia que tenía.—Pues quien le dijo eso le mintió, ya ve que no está en esta casa… aquí como sabrá vive la señora Erika Del Pino, mi esposa y mis hijos, no hay nadie extraño a nuestro núcleo familiar —expresó con firmeza.—Lo siento, señor Julián, jamás mi intención fue molestarlo, seguramente alguien se confundió —dijo el hombre apenado.—Seguramente, aunque si usted cree que debe revisar la casa, no tengo ningún problema en que lo haga quien