Kaire no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Erika era su verdadera madre? Todas las piezas comenzaron a encajar en su mente, sintió una sensación extraña en el estómago, mezcla de emoción y miedo. Sin embargo, en ese momento la miró con una expresión de angustia al darse cuenta de ¿Por qué si era su madre biológica la había abandonado en primer lugar? Ella había visto las fotografías de su mamá Elisa, embarazada y cargándola cuando la dio a luz. Mostrando una confusión en su rostro se alejó.—¡No! Eso no puede ser… me estás mintiendo, ¿Por qué lo haces? ¿Cómo es posible? Yo vi a mamá Elisa en una fotografía cuando me tenía en su panza… y vi en tu casa unas fotografías cuando tenías a los gemelos en la tuya —de pronto se quedó en silencio— ¿Yo también soy gemela de mis hermanos? —preguntó abriendo los ojos, con ilusión.Erika notó la expresión confusa de su hija y trató de explicarle, en ese momento se dio cuenta de que quizás no debió confesarle eso en ese momento y de esa manera
Julián la miró con tristeza. Luego de su supuesta muerte, había averiguado la verdad, su estadía en la mansión había sido dolorosa para ella, él había estado tan concentrado en sus cosas que no se dio cuenta de que padeció muchas humillaciones por parte de su madre y lamentó no haber tenido mejor comunicación con ella, porque así habrían evitado muchas situaciones entre ellos.Por su parte, Erika solo ignoró las intromisiones de Pierina, y nunca le dijo lo que verdaderamente pasaba cuando él no estaba.—Yo lo siento Erika, no fui un buen esposo… me concentré en mi trabajo, pensé que con llamarte, salir juntos, era suficiente, cuando debí conversar más contigo, preguntarte cómo te sentías, tener una mejor comunicación, decirte lo que estaba pasando con tu hermana, en verdad el error fue mío y no dejo de sentirme arrepentido por todo eso —su voz era sincera y a ella le doy un poco de tristeza. —Yo también soy culpable, porque debí decírtelo, lamentablemente, ya no podemos cambiar el pa
Dos días despuésDurante dos días Erika acompañó a la pequeña Kaire en el hospital, pasaba con ella el día y en la noche era Julián quien la cuidaba, aunque siempre llegaba cuando Erika ya se había ido, por eso no habían vuelto a coincidir y no había podido disculparse con él después de cómo se había comportado.Ese día tenían previsto dar de alta a la pequeña Kaire y ella estaba preocupada, porque temía que Julián terminara llevándosela a su mansión y pudiera perder contacto con su hija, por eso esperaba nerviosa, su pie se movía de arriba hacia abajo, sus manos sudaban, respiró profundo tratando de controlarse.En ese momento justo lo vio entrar serio, sin ninguna expresión en su rostro, Erika no pudo evitar que el corazón le saltara en su pecho, parecía como si se le iba a salir del pecho.—Hola —saludó a secas y ella respondió pronunciando su nombre.—Julián.Él asintió con la cabeza y luego caminó hacia donde estaba su hija y la besó.—Mi pequeño cielito ¿Cómo estás? —preguntó.L
Él suspiró, no sabía qué respuesta darle, vio a los niños que lo miraban con una expresión de curiosidad, muy atento a los que él pudiera decirles.—No vayas a negarlos, no estoy ciega y es evidente que son tus hijos, porque son exactamente igual a ti cuando tenías su edad y ¡Son gemelos! ¡Qué emoción! No puedo creerlo, me he perdido de la vida de mis nietos ¿Tienen seis o siete años? —inquirió, sin embargo, no esperó respuesta y siguió hablando—, si tienen esa edad solo significa que engañaste a Erika durante el matrimonio ¿Fuiste capaz de engañarla por ti mismo? ¿Con quién la engañaste? ¿Cómo se llama la madre de tus hijos? ¡Oh por Dios! ¡Tengo dos nietos varones! —expresó y su voz se notó emocionada.Julián respiró profundo, se acercó a su madre, y comenzó a decirle una verdad a medias.—Sí, mamá. Ellos son mis hijos. No sabía de su existencia hasta hace poco. Su madre… murió hace unos años, y desde entonces su tía se ha encargado de ellos —respondió en tono nervioso.Doña Pierina
Erika despertó, aunque tenía pereza de abrir los ojos hasta que sintió el enredo de diminutas piernas y brazos, se sonrió al darse cuenta de que sus hijos habían esperado que ella se durmiera para irse a acostar en su cama junto a ella. —Debemos salirnos de aquí, antes de que mamá nos descubra —escuchó la voz de Santi.—Se está despertando —respondió Salva.—¡Ay Dios! Estamos en muy serios problemas —dijo Rayito, preocupada—, huyan, escapen por su vida, porque mamita se enojará y eso que ustedes no me dejaron meter a papá a dormir aquí también… como que tienen razón, viendo su cara creo que no le habría gustado.Erika se quedó tranquila simulando estar dormida.—Creo que es falsa alarma, se volvió a dormir —dijo Santi.—¡Qué alivio! —exclamó la pequeña Kaire.En ese momento, los tres fijaron la atención en ella, acercando su cabeza al rostro de Erika y repentinamente y sin moverse ella abrió los ojos y todos salieron corriendo asustados, al mismo tiempo que pegaban gritos alejándose
Ella sonrió con satisfacción al ver la reacción de los niños y también del equipo que la arregló, quien después de observarla y halagarla se retiraron.Erika sabía que su apariencia era impresionante, pero necesitaba que todos los presentes a la inauguración de su casa de moda lo supieran, no creía que nadie sospechara que EVD Un nuevo comienzo, estaba relacionado con Erika, la mujer que todos pensaban había muerto en ese accidente.Se acercó a Aníbal y le guiñó un ojo.—¿Cómo me veo? —preguntó ella.—Impresionante, maravillosa, una reina en todo su esplendor, como siempre —respondió el chico con una sonrisa.—¡Ya! Si está bella, pero no es para que busques que mi papá te ponga los ojos violetas, aunque combine con tu cabeza de algodón —dijo Kaire burlándose.Los niños se acercaron a ella y la abrazaron por la cintura, ella se inclinó y les dio un beso en la frente. —Ya saben las instrucciones que les di.—Cuídate mami, espero que dejes a todos con la boca abierta.—Así será mis prec
Todo se quedó en silencio, al punto que si se caía un alfiler lo hubieran escuchado, los presentes estaban a la expectativa, esperando ver qué harían las mujeres ante la brutal amenaza de Elisa.Algunas estaban temerosas, decididas a hacer lo que les estaba ordenando Elisa, sin embargo, otras decidieron tomarse su orgullo y no ceder ante los caprichos de la mujer. Una de ellas se adelantó y dijo:—Crees que no somos nada para ti, Elisa, eso no nos debe ofender, porque por lo menos nosotras somos personas respetables que merecemos ser tratadas con dignidad. No te pediremos disculpas por decir, la verdad, ahora te las das de gran señora, pero no eres más que una arpía, la tercera en discordia, que no le importó interponerse en el matrimonio feliz de su hermana y destruirlo… ahora pides clemencia, pues eso es lo que has sembrado… no cambiaré mis palabras, no eres más que una amante que ahora viene a ser señora, aunque te falta mucho por serlo.Las venas del cuello y de la frente de Elisa
Doña Pierina no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Erika Del Pino? La misma mujer que había sido dada por muerta en un accidente automovilístico hace más de cinco años atrás.Se llevó la mano al pecho, sentía que iba a darle un síncope, su boca seca, las piernas le temblaban como si fueran de gelatina, por un momento creyó estar imaginándose todo eso, pero lamentablemente para ella, era real.La mujer se quedó perpleja ante las palabras de Erika. ¿De qué estaba hablando? ¿Qué tenía que reclamar y recuperar? ¿Por qué esa actitud triunfante? ¿Qué podía querer recuperar? ¿Acaso se refería a Julián? No podía ser, después de todo, ella era la exmujer de su hijo, ¿por qué habría de quererlo de regreso cuando le había sido infiel?“No puede ser ¿Cómo es posible? Ella está muerta”, no pudo contener sus emociones y comenzó a gritar.—¡Esto no puede ser verdad! Debe ser una pesadilla —dijo la mujer con una expresión de desesperación.Erika se bajó del escenario con el micrófono en la mano y