MARTÍN.
Me siento como en una película de terror. Últimamente me siento demasiado observado, siento que me persiguen, cuando salgo del trabajo y camino hasta las oficinas de mi hermano, para recoger a Ana, cuando estoy con Ana, cuando salgo a hacer cualquier cosa, siento que me persiguen. Pero nunca veo nada, he pensado en un poco de seguridad, tal como hace mi hermano, pero ese nunca ha sido mi estilo.
Inclusive el susto que tuve en mi oficina, durante un turno nocturno de emergencia, me han vuelto un poco más paranoico de lo que me gustaría admitir..
Además de todo esto, tengo que añadirle la conversación y primera pelea que tuvimos con Ana, hace unos días, todo sucedió después del almuerzo que tuvo con su padre.
XIOMARA.***FLASHBACK***—¿Por qué crees que ese tipo se va a fijar en ti? Me refiero a que se fije en ti, para otra cosa diferente al sexo o las drogas que le das.—Porque, cada vez nuestra relación avanza más. —Suelto el humo del cigarrillo.—¿Relación? —Se ríe.— Xiomara deja de ser patetica, no estás al nivel de ese niño rico y admite que solo está contigo por el sexo y las drogas, no tienen ninguna relación. No tienen nada.—No seas idiota, Bryan. —Estoy molesta, botando el
MARTÍN.Luego de esa llamada, me sentí realmente enfermo, durante varios días estuve muy distraído, analizando muchas cosas, muchas posibles salidas, soluciones o escapes, pero nada era suficientemente inteligente, como para librarme de los alcances que creo que puede tener Xiomara.—No se que sucede contigo, pero desde la cena con mis padres, no eres el mismo, lo que es demasiado extraño por que mi padre te trato extrañamente amable contigo.—No pienses lo que no es, sólo tengo mucho trabajo y estoy algo cansado. —Mis ojos ruedan por toda la habitación.—¿Qué tienes? —Sus ojos me miran de forma triste.
MARTÍN. El pasillo es oscuro y húmedo, el olor es putrefacto, es desagradable, me siento mareado y un poco ahogado, pero por alguna extraña razón mis pies no se detienen, tampoco puedo gritar para pedir ayuda y los grandes brazos que me sostienen, me llevan casi a rastras para llegar a no se donde. —¡Muévete! te van a atrapar. —No tengo ni idea de quién habla. —¿A…dónde voy? —casi no puedo hablar. —Sólo mueve tus pies, tanto como puedas, ya casi lo logras Tín Tín. —Mi cabeza trabaja a toda velocidad, mis ojos se llenan de lágrimas y no me explico cómo es que mi padre está junto a mi. —¿Estoy muerto? —No, pero te falta poco si sigues así.
NOTA***, POR FAVOR LEE EL CAPITULO ANTERIOR NUEVAMENTE, PUES LE AGREGUE UN COMPLEMENTO.ANA.Miró fijamente a Martín, no puedo creer todo lo que acaba de salir de su boca, no puedo creer que Martín hiciera todo lo que me acaba de contar y mucho menos puedo creer que haya salido vivo de todo ese pasado.Siento un pequeño vacío en mi interior, porque lo que le dije no era mentira, lo amo, pero al mismo tiempo luego de escuchar todo su pasado, siento que es otra persona.Soy fiel creyente de que el pasado es eso, pasado, pero Martín tiene un pasado que nunca imaginé.Me pongo de pie, doy un par de pasos con dirección a la cocina, en un intento por hacer algo que distr
MARTÍN. Llevo dos días con los nervios de punta, Ludmila tenía razón, decirle “te amo” a otra persona, no es algo que se deba tomar a la ligera, por el contrario, es algo realmente serio, es algo tan íntimo y tan puro, que debo hacer que todo sea como ella lo merece. Voy camino a mi viejo apartamento, que ahora no es más que un lugar desolado y casi abandonado. En la habitación principal, detrás de una gran fotografía donde estamos mis padres y yo, mantengo una caja fuerte, con lo que es tal vez mi mayor y más importante posesión. El anillo que mi padre le dio a mi madre, cuando le propuso matrimonio. Es la cosa más hermosa que jamás había visto, en su momento fue toda una pelea, pues mi abuela paterna, esperaba que mi padre le propusiera m
—Sabía que me podías responder que NO, era una opción, es decir es entendible, pero mi nombre no es Demian Ana y yo… —Empiezo a colocarme de pie, me siento dolido y lastimado— Ana se abalanza sobre mí, haciendo que pierda el equilibrio, me besa el rostro terminando en mis labios. —Lo siento, si quiero casarme contigo, es solo que no me lo esperaba y yo...por un segundo estaba en mi pasado, me quede allá y lo arruine todo, perdoname, no te merezco, no merezco esto. Ana estaba llorando, en realidad se veía muy lastimada, podía ver el dolor y el arrepentimiento luchando en sus ojos. —No llores, no que de que pasado hablas, si alguien ya te había propuesto matrimonio, pero soy yo Ana, soy Martín Collins, el hombre que te ama, porque si Ana T.E A.M.O, eres tod
ANA.—Adiós y nuevamente muchas gracias, por toda tu ayuda. —Me despido de la organizadora de bodas.Fue una completa odisea contratarla, porque es la mejor del país y por lo general ella no organiza bodas tan pequeñas y tan sencillas, justo como lo estoy preparando con martín, lastimosamente par ami, tuve que hacer uso de mi apellido y del apellido de futuro esposo, para que la chica accediera, por supuesto que la hice firmar un acuerdo de confidencialidad, para que no diga nada a nadie.Y por si acaso lo dudaban, no, aun no le he contado a mis padres, ni Martín a los suyos. En realidad el día que les pensamos contar, será cuando les entregamos las invitaciones justo 15 días antes de la boda y solo faltan dos semanas para eso.<
ANALa noticia me dejó perpleja, no sabía como reaccionar, no porque no estuviese feliz, mi mente estaba trabajando a mil, calculando y revisando, analizando cada palabra de Martín.“Estas embarazada, vamos a ser papás”.Voy a ser mamá, voy a dar vida a un ser que crecerá en mi interior, que espero tenga los labios de su padre y su alegría, quiero que sea feliz, que pueda confiar en nosotros. Y me voy a casar, es como si me hubiese ganado la lotería sin recibir un solo centavo.—Ana, amor, respondeme —Veo a Martín a los ojos y pasaron de estar cristalizados a tener un miedo latente.—Papas. ¿Papás? —Suspiro —¿estás seguro?Esta vez sus manos se deslizan por mis mejillas y me doy cuenta que estoy llorando, pues delicadamente empieza a quitar las lágrimas q