ANA.
—Ana, ¿Qué haces aquí? Se supone que nos veríamos en tu oficina. —La cara de sorpresa de Martín me gusta.
—Decidí salir más temprano y supongo que si yo pude hacer una excepción, tú también. —Le sonrío de manera pícara. —Supongo que podemos hacer algo más, antes de irnos a ese famoso viaje.
—Debemos viajar en un rato y tengo que entregar unas carpetas firmadas o mi asistente no me lo va a perdonar.
Su tono de voz , va bajando poco a poco a medida que voy caminando hacia él y desabrocho mi abrigo sensualmente para dejarle ver, que solo traigo puesto un cachetero.
—Ana, por Dios&
MARTIN. Decidí escaparme con Ana, decidí que era hora de salir del apartamento y tener un tiempo en otro lugar. —¿Estás lista? —No tengo idea, porque no se a donde vamos. —Bueno, creo que ropa no vas a necesitar mucha. —Eso me gusta. —Sus ojos brillan mucho. Vamos llegando al hotel donde hice las reservas para pasar con ella poco más de 5 días. Por el momento Ana tuvo que pedirle el permiso a Antonio, mi padrastro, pues Cristóbal abandonó por completo el manejo de la empresa debido a sus problemas con Katerina y Alison, en realidad en estos momentos mi hermanos no es más que un pobre desecho de hombre. Pero me voy a
ANA.Han pasado 12 viernes desde la última cena que acudí a la casa de mis padres, que fue cuando me encontré con un Martín muy feliz hablando con mamá. Honestamente extraño un poco verlos, pero también debo admitir que desde el viaje sorpresa a la playa, todo va mejorando, cada vez conozco más y más a Martín, que por supuesto tiene cosas que me disgustan mucho, pero también sé que es una persona maravillosa.Y que se´ria de la vida, si solo nos centramos en lo bueno de los demás. Honestamente considero que sería aburridísima.Por supuesto que el menos feliz con todas mis ausencias es mi padre, que cada vez está de peor humor, además de alegar que necesita hablar conmigo seriamente, pues
MARTÍN.Me siento como en una película de terror. Últimamente me siento demasiado observado, siento que me persiguen, cuando salgo del trabajo y camino hasta las oficinas de mi hermano, para recoger a Ana, cuando estoy con Ana, cuando salgo a hacer cualquier cosa, siento que me persiguen. Pero nunca veo nada, he pensado en un poco de seguridad, tal como hace mi hermano, pero ese nunca ha sido mi estilo.Inclusive el susto que tuve en mi oficina, durante un turno nocturno de emergencia, me han vuelto un poco más paranoico de lo que me gustaría admitir..Además de todo esto, tengo que añadirle la conversación y primera pelea que tuvimos con Ana, hace unos días, todo sucedió después del almuerzo que tuvo con su padre.
XIOMARA.***FLASHBACK***—¿Por qué crees que ese tipo se va a fijar en ti? Me refiero a que se fije en ti, para otra cosa diferente al sexo o las drogas que le das.—Porque, cada vez nuestra relación avanza más. —Suelto el humo del cigarrillo.—¿Relación? —Se ríe.— Xiomara deja de ser patetica, no estás al nivel de ese niño rico y admite que solo está contigo por el sexo y las drogas, no tienen ninguna relación. No tienen nada.—No seas idiota, Bryan. —Estoy molesta, botando el
MARTÍN.Luego de esa llamada, me sentí realmente enfermo, durante varios días estuve muy distraído, analizando muchas cosas, muchas posibles salidas, soluciones o escapes, pero nada era suficientemente inteligente, como para librarme de los alcances que creo que puede tener Xiomara.—No se que sucede contigo, pero desde la cena con mis padres, no eres el mismo, lo que es demasiado extraño por que mi padre te trato extrañamente amable contigo.—No pienses lo que no es, sólo tengo mucho trabajo y estoy algo cansado. —Mis ojos ruedan por toda la habitación.—¿Qué tienes? —Sus ojos me miran de forma triste.
MARTÍN. El pasillo es oscuro y húmedo, el olor es putrefacto, es desagradable, me siento mareado y un poco ahogado, pero por alguna extraña razón mis pies no se detienen, tampoco puedo gritar para pedir ayuda y los grandes brazos que me sostienen, me llevan casi a rastras para llegar a no se donde. —¡Muévete! te van a atrapar. —No tengo ni idea de quién habla. —¿A…dónde voy? —casi no puedo hablar. —Sólo mueve tus pies, tanto como puedas, ya casi lo logras Tín Tín. —Mi cabeza trabaja a toda velocidad, mis ojos se llenan de lágrimas y no me explico cómo es que mi padre está junto a mi. —¿Estoy muerto? —No, pero te falta poco si sigues así.
NOTA***, POR FAVOR LEE EL CAPITULO ANTERIOR NUEVAMENTE, PUES LE AGREGUE UN COMPLEMENTO.ANA.Miró fijamente a Martín, no puedo creer todo lo que acaba de salir de su boca, no puedo creer que Martín hiciera todo lo que me acaba de contar y mucho menos puedo creer que haya salido vivo de todo ese pasado.Siento un pequeño vacío en mi interior, porque lo que le dije no era mentira, lo amo, pero al mismo tiempo luego de escuchar todo su pasado, siento que es otra persona.Soy fiel creyente de que el pasado es eso, pasado, pero Martín tiene un pasado que nunca imaginé.Me pongo de pie, doy un par de pasos con dirección a la cocina, en un intento por hacer algo que distr
MARTÍN. Llevo dos días con los nervios de punta, Ludmila tenía razón, decirle “te amo” a otra persona, no es algo que se deba tomar a la ligera, por el contrario, es algo realmente serio, es algo tan íntimo y tan puro, que debo hacer que todo sea como ella lo merece. Voy camino a mi viejo apartamento, que ahora no es más que un lugar desolado y casi abandonado. En la habitación principal, detrás de una gran fotografía donde estamos mis padres y yo, mantengo una caja fuerte, con lo que es tal vez mi mayor y más importante posesión. El anillo que mi padre le dio a mi madre, cuando le propuso matrimonio. Es la cosa más hermosa que jamás había visto, en su momento fue toda una pelea, pues mi abuela paterna, esperaba que mi padre le propusiera m