MARTÍN.
Quería volverme loco, cuando recibí esa llamada del hospital, pues mis pantalones apretaban demasiado, pero sabía que esa llamada era importante.
—¿Qué sucede?. —Contestó de mala gana a mi asistente.
—Jefe, lo requieren para una junta médica y yo…
—¿Y yo qué?. —sabía que tenía demasiado trabajo acumulado en el hospital.
Pasar las noches con Ana, me estaba pasando la factura y no era económica. Mi asistente estaba desesperada y con el estrés al cien por ciento.
—Jefe, tenemos demasiados pendientes y yo no puedo continuar dejándolos para después, porque de su firma dependen muchas cosas.
—En seguida voy. —Resoplo por lo bajo, pero sé que debo organizar mi tiempo, para poder pasar más tiempo con Ana.
Así que me puse un propósito firme y era cumplir con las tareas que tenía pendientes, organizar mi horario de trabajo y dejar las noches para esa mujer que me tenía hipnotizado, esa mujer que aú
HOLA LECTORES, no olviden seguirme y calificar el libro, espero poder subir más libros pronto.
Se levantó como si nada hubiese pasado, se sentó en la mesa de centro, me miró fijamente mientras pasaba su dedo de enmedio por sus labios, luego lo metió a su boca y lo chupo un poco, bajo por sus senos y los rozó, siguió bajando y cuando llegó a su vagina, abrió sus piernas, subió ambos pies a la mesa y colocó una de sus manos detrás de su espalda como punto de apoyo.Inició un juego bastante tortuoso sobre su clítoris, sus movimientos eran suaves y circulares, su pecho subía y bajaba, su cabeza iba hacía atrás y sus gemidos me hacían agonizar y presionarme para que mi erección llegará nuevamente.—Eres increible Ana. —Su sonrisa ladina y traviesa eran lo único que necesitaba.<
El silencio de la habitación, me invade, no se escucha ni siquiera el sonido de la respiración de Ana, sigo mirando por la ventana de su habitación, que ahora es de los dos y de alguna manera mi corazón estalla de alegría al darme cuenta de mi nueva realidad. Tengo un hogar, siempre lo he tenido, de una manera u otra, pero sin duda alguna, esta vez es mi hogar, el hogar que decidí formar con alguien y se que no será nada fácil, pero también sé que tengo todas las ganas de quedarme para siempre con ella, todo ha sido tan prematuro, pero se ha sentido tan bien, que creo y estoy seguro que nada, ni nadie podrá acabar con esta relación. Luego de haber preparado el desayuno, que por poco no comemos, porque los besos sobre el mesón de la cocina estaban subiendo de tono, regresamos a la habitación con la firme intención de ducharnos por separado, pero no funcionó.
ANA.Llevamos dos semanas viviendo juntos, luego de esa sorpresiva noche con mi familia y ese fin de semana de pasión. Por que si, no pudimos evitar pasar todo el fin de semana encerrados en el apartamento, que ahora se me hace un poco más difícil decir que es mío, porque siento que Martín se metió tan profundo que deje de sentirme sola.La convivencia no ha sido fácil, pues Martín es desordenado y hemos tenido un par de pequeñas peleas por eso, yo controlo cada cosa que tengo y se su ubicación exacta, mientras que él va dejando su vida por todas partes como si nada.—¿Es necesario que dejes tirado tu trabajo en el mesón de la cocina?—Si, porque ya me lo voy a llevar.<
MARTÍN.Fue imposible dejar de mirar la belleza de Ana, enfundada en ese elegante vestido y el contraste con su rostro angelical, verla tan tierna, pero al mismo tiempo tan sexy, dejo ver mi realidad y lo afortunado que soy de tener una mujer como ella a mi lado.—Estas hermosa. —Le dije mientras la elevaba por el aire y le daba un suave beso.—Gracias. —Su sonrisa es tan honesta.—Te quiero Ana, te quiero para mi. Te prometo que voy a cuidarte tanto como deba hacerlo, que serás mía por siempre y yo seré tuyo por siempre. Eres lo que me aferra a la tierra y te necesito para vivir.—Martín…yo… ANA.—Ana, ¿Qué haces aquí? Se supone que nos veríamos en tu oficina. —La cara de sorpresa de Martín me gusta.—Decidí salir más temprano y supongo que si yo pude hacer una excepción, tú también. —Le sonrío de manera pícara. —Supongo que podemos hacer algo más, antes de irnos a ese famoso viaje.—Debemos viajar en un rato y tengo que entregar unas carpetas firmadas o mi asistente no me lo va a perdonar.Su tono de voz , va bajando poco a poco a medida que voy caminando hacia él y desabrocho mi abrigo sensualmente para dejarle ver, que solo traigo puesto un cachetero.—Ana, por Dios&21. UN VIAJE SIN RUMBO
MARTIN. Decidí escaparme con Ana, decidí que era hora de salir del apartamento y tener un tiempo en otro lugar. —¿Estás lista? —No tengo idea, porque no se a donde vamos. —Bueno, creo que ropa no vas a necesitar mucha. —Eso me gusta. —Sus ojos brillan mucho. Vamos llegando al hotel donde hice las reservas para pasar con ella poco más de 5 días. Por el momento Ana tuvo que pedirle el permiso a Antonio, mi padrastro, pues Cristóbal abandonó por completo el manejo de la empresa debido a sus problemas con Katerina y Alison, en realidad en estos momentos mi hermanos no es más que un pobre desecho de hombre. Pero me voy a
ANA.Han pasado 12 viernes desde la última cena que acudí a la casa de mis padres, que fue cuando me encontré con un Martín muy feliz hablando con mamá. Honestamente extraño un poco verlos, pero también debo admitir que desde el viaje sorpresa a la playa, todo va mejorando, cada vez conozco más y más a Martín, que por supuesto tiene cosas que me disgustan mucho, pero también sé que es una persona maravillosa.Y que se´ria de la vida, si solo nos centramos en lo bueno de los demás. Honestamente considero que sería aburridísima.Por supuesto que el menos feliz con todas mis ausencias es mi padre, que cada vez está de peor humor, además de alegar que necesita hablar conmigo seriamente, pues
MARTÍN.Me siento como en una película de terror. Últimamente me siento demasiado observado, siento que me persiguen, cuando salgo del trabajo y camino hasta las oficinas de mi hermano, para recoger a Ana, cuando estoy con Ana, cuando salgo a hacer cualquier cosa, siento que me persiguen. Pero nunca veo nada, he pensado en un poco de seguridad, tal como hace mi hermano, pero ese nunca ha sido mi estilo.Inclusive el susto que tuve en mi oficina, durante un turno nocturno de emergencia, me han vuelto un poco más paranoico de lo que me gustaría admitir..Además de todo esto, tengo que añadirle la conversación y primera pelea que tuvimos con Ana, hace unos días, todo sucedió después del almuerzo que tuvo con su padre.