Descanso II—¿Acaso eres retrasada? ¿Te vas a quedar allí mirándome todo el día?— Preguntó Melissa alterada.Sofía sacudió su cabeza para salir de su ensimismamiento, todo se lo había imaginado. Jamás me puso un dedo encima, aunque si quería hacerlo y arrancarle las extensiones, pero se contuvo de hacerlo.—Lo siento, es que de verdad no me percaté de tu presencia. Estás tan adornada y arreglada que hasta pareces un maniquí escapando del centro comercial— Respondió Sofía encogiéndose de hombros y esbozando una amplia sonrisa —Si me disculpas, tengo mejores cosas que hacer. Ten un lindo día— Añadió la castaña continuando con su camino, dejando a Melissa hirviendo en su propia ira.“¡Eso se sintió genial!” Exclamó la castaña en su interior. La había dejado con la boca abierta, ¿Quién demonios se creía? Estaba loca si pensaba que Sofía se sentiría mal porque ella se acostó con Dallas, en realidad le había hecho un favor. Solo a ella se le ocurría estar con ese monstruo.—¡Ja…! Debí haber
Destino—¡Lo siento, déjame apagar la música!— Gritó ella para que pudiera oírla al tiempo que corrió para apagar la música.Luego de apagarla, volvió a la puerta con la mirada clavada en el apuesto rubio.—¿Quieres pasar?— Preguntó ella mordiéndose el labio inferior sin darse cuenta.—No puedo creer que vivas aquí— Comentó Logan sonriendo mientras entraba.—De hecho, este es el departamento de Daniel, yo solo me quedo con él temporalmente— Aclaró ella cerrando la puerta.—¿Aún son amigos? Quiero decir… que me impresiona que después de casarte él no se alejara de ti— Masculló el chico sentándose en el sofá junto a la ventana.—¿Por qué lo dices?— Preguntó extrañada tomando asiento a su lado.—No lo sé… supuse que luego de casarte con el magnate Dallas Queen, Daniel sentiría celos y se alejaría. Siempre estuvo enamorado de ti, no puedo creer que no lo notaras— Explicó mientras observaba todo el lugar.—De hecho, Daniel y yo ahora estamos más unidos que antes. Mi madre está en el hospit
BalaSofía al escuchar lo que sucedió con Daniel salió corriendo desesperada, únicamente con su celular y nada más, ella estaba con ropa de casa, descalza, despeinada, ni siquiera se detuvo por su bolso, lo único que quería era desaparecer y reaparecer en el hospital, bajó las escaleras corriendo mientras pedía un Uber con su celular, el cuál llegaría pronto porque estaba cerca. Iba tan rápido que estuvo a punto de caerse antes de llegar a la recepción del edificio.Cuando salió a la calle, el auto que pidió estaba esperándola, subió rápidamente y le ordenó al chofer que la llevara al hospital metropolitano de Los Ángeles, era irónico que las dos personas más importantes en su vida estaban en el mismo hospital, como si el universo quisiera burlarse de ella.Al llegar al hospital, la castaña bajo del auto y corrió hasta el interior del hospital, una de las enfermeras de la recepción que ya la conocía le sonrió al verla.—¿Vienes por tu amigo, cierto?— Preguntó la enfermera con amabilid
¿Celos…?—Suponiendo que estás en buenas manos… será mejor que vuelva a casa, necesito tomar una ducha, solo mírame, estoy hecha un desastre— Farfulló Sofía intentando no sonar drástica al tiempo que se colocó de pie para irse.¿Acaso está celosa? Pensó el castaño con el ceño fruncido. Claramente tenía motivos dada la coquetería por parte de Karla, pero no debería sentirse así… se supone ella y Daniel solo son amigos o quizá esa era una manifestación auspiciada por sus nuevos sentimientos hacia el castaño.—Sofía, no tienes que irte aún— Dijo el castaño con la esperanza de que se quedara.—Tranquilo, Dan… solo quiero darles un poco de privacidad, después de todo si necesitó esa ducha— Mintió esbozando una sonrisa fingida y luego solo se fue sin esperar respuesta del castaño.Luego de que se fuera, Daniel volvió su vista con dirección a la pelirroja, este tenía el ceño fruncido y apretaba su mandíbula, sentía ganas de comérsela viva, por su culpa Sofía se sentía celosa.—¿Por qué actua
Beso de JudasDallas sonrió con suficiencia y luego depósito y casto beso sobre la frente de Sofía, luego se levantó y salió de la habitación, dejando a la castaña consumiéndose en silencio.El pelinegro bajó las escaleras y atravesó el recibidor para finalmente adentrarse en su oficina, cerró la puerta con seguro detrás de el, se sirvió un vaso de whisky escocés y se sentó frente a su escritorio. Luego de dar su primer trago, sacó su celular, tecleó un número que no tenía registrado, pero se lo sabia de memoria, pulsó “llamar” y luego de dos tonos, su llamada fue contestada.—Hola preciosa, acabo de hacerlo— Informó al teléfono esbozando una amplia sonrisa.—¿Qué? ¡No te lo puedo creer!— Chilló la mujer al otro lado de la línea.—Si. Justo acabo de hacerlo, mañana temprano le pediré a mi abogado que prepare los papeles del divorcio— Declaró para luego darle otro trago a su whisky.—No sabes cuánto adoro que seas firme con tus decisiones… Eso me pone muy hambrienta de ti— Jadeó la muj
Alice se encontraba parada en la larga fila para su entrevista de trabajo, totalmente nerviosa y ansiosa, tanto que de vez en cuando se mordía las uñas sin darse cuenta. Con la mirada fija en la chica que tenía enfrente, la detalló minuciosamente y notó que esta iba muy arreglada y maquillada, se dio la vuelta y descubrió que la chica que se encontraba detrás de ella, también estaba exageradamente elegante y arreglada, luego se inclinó hacia adelante e inspeccionó a las demás chicas que hacían fila, algunas incluso parecían modelos de pasarela europea, con sus piernas largas, vestidos costosos y bolsos de marca.La joven no pudo evitar pensar en que quizá había ido al sitio equivocado para buscar empleo, claramente ella no le llegaba ni a los talones a ese montón de mujeres perfectas y estiradas. Abrumada por sus inseguridades, dirigió la vista hacia abajo y observó fijamente su pulsera de la suerte, esa que le había regalado su madre. Al principio se sintió un poco aliviada porque s
8:20 AM.Alice llegó corriendo a la compañía Monroe, estaba demasiado nerviosa y preocupada, puesto que iba un poco tarde y no quería darle motivos a su nuevo jefe para juzgarla. Se adentró en el edificio y de inmediato fue con el recepcionista para anunciarse y pedir indicaciones.—Buenos días, Soy Alice Davis, el señor Monroe me está esperando— Masculló Alice hiperventilando. —Buenos días, el señor Monroe justo acaba de llegar, tome el ascensor de la izquierda y diríjase al último piso, al llegar tome asiento en la sala de espera junto a este y pronto alguien irá a recibirla— Explicó el hombre amablemente, aunque estaba metido en su ordenador y casi no le prestó atención.—Gracias…— Musitó confundida por no entender muy bien sus indicaciones.La castaña fue hasta los ascensores y justo vio que un hombre alto, muy elegante y de traje costoso, estaba entrando en este, así que comenzó a correr para alcanzarlo antes de que las puertas se cerraran.—¡Detenga el ascensor, por favor!— Pid
El pequeño Samuel solía ser un niño muy tranquilo y cariñoso, hasta que sus padres se divorciaron y él no volvió a ver a su madre. Desde entonces, su padre se ha encargado de buscar a alguien que cuide de él, pero el pequeño siempre busca la manera de ahuyentar a cualquiera que su padre contraté como niñera puesto que a pesar de su corta edad, el pequeño es muy inteligente y ya él había descubierto un patrón, patrón que todas sus niñeras anteriores siempre llevaban a cabo. Al principio, se comportaban cariñosas y amables, estaban al pendiente de él e intentaban hacerse sus amigas, pero luego comenzaban a buscar a su padre, él no entendía muy bien porque, solo sabía que cuando esas mujeres le pedían que las llamara “Mamá” y se comportaban extrañas con su padre, él de inmediato sabia que algo andaba mal, el no quería tener otra mamá, en su joven conciencia de infante, era una locura y su carácter lo llevaba a hacerle travesuras a las niñeras para evitar que su padre las convirtiera en