Después de varias llamadas sin responder, Dalton y Alice decidieron ir hasta la base de Moscú para ver lo que estaba sucediendo y porque no contestaba las llamadas.Al llegar, fueron detenidos en la puerta por unos de los guardias de Moscú.—Identifíquense. —Ordenó el moreno con expresión de pocos amigos.Alice bajó su cabeza para poderlo ver a los ojos y con solo verla, el guardia tragó saliva con brusquedad y luego dio la orden de abrir las puertas, seguido de un “Lo siento” que apenas fue audible para Alice.Aparcaron su auto y de inmediato entraron al recinto, encontrándose con Moscú junto a Elizabeth en la primera sala de operaciones. Se los veía bastante atareados, tal parece que estaban teniendo una crisis de seguridad.—Tía Elizabeth, Moscú… ¿Todo está bien? —Preguntó la castaña acercándose a ellos.—Alice, Dalton... —Dijo Moscú, levantando la vista de la pantalla donde varios gráficos parpadeaban. —Nos encontramos en medio de una situación complicada. Recibimos información sob
Contra demanda IIEl tono de voz de Jennifer era inconfundiblemente arrogante, tan segura de sí misma como siempre, lo que hizo que Alice sintiera una mezcla de frustración y desagrado.—Jennifer, tenemos que hablar. —Dijo Alice, tratando de controlar su molestia. —Ya sé todo acerca de tu acuerdo con Dalton y la verdad es que siempre te creí más digna, pero esa no es la razón de mi llamada tan repentina. Resulta que hay una infiltración en nuestra base de datos y sospechamos que podría tener algo que ver contigo… ¿Tienes algo que quieras decir al respecto?Jennifer soltó una risa burlona.—¿De verdad, Alice? ¿Crees que estoy detrás de eso también? Tienes una imaginación muy activa.Alice apretó el teléfono con fuerza, sintiendo la furia hervir bajo la superficie.—No estoy jugando, Jennifer. Tenemos pruebas de que alguien accedió a nuestra sala de servidores anoche, y no descansaremos hasta descubrir quién está detrás de esto.Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, y luego J
Los teléfonos de Alice y Dalton comenzaron a sonar sin control, llamadas, tras llamadas, mensajes de voz, mensajes de texto y decenas de correos electrónicos de todos lados.Ambos estaban paralizados, sin poder ver alguno de los aparatos, no entendían lo que sucedía, estaban incriminando a Dalton por delitos que nunca había cometido y otros que sí, pero, en efecto, ninguno de los dos estaba preparado para pasar por esto ahora.Alice y Dalton se miraron, sus rostros reflejando la gravedad de la situación. Los teléfonos seguían sonando sin cesar, y la presión aumentaba con cada segundo que pasaba.—Muy bien… Tenemos que conservar la calma. Pensemos con la cabeza fría. —Dijo Alice alzando sus manos en son de paz. —No podemos permitir que estas acusaciones falsas nos destruyan. Ambos sabemos que eres inocente y si has cometido algún delito ha sido por necesidad, podemos librarte de esto. —Le aseguró al ojiverde.Dalton asintió al tiempo que su mente comenzaba a trabajar a toda velocidad.
Al llegar a la mansión de los Colman, Alice y Dalton bajaron de la camioneta y atravesaron la entrada, se miraron mutuamente como si se comunicaran únicamente con la mirada y luego Alice tocó el timbre.El sonido del timbre resonó en la gran mansión. La tensión era palpable para ambos mientras que esperaban. Finalmente, la puerta se abrió, revelando a Edward Colman, con su expresión severa e imponente.—Alice, Dalton, no esperaba verlos aquí. —Dijo Edward, su tono neutral, pero con un toque de sorpresa.Alice dio un paso adelante, tratando de mantener la calma.—Edward, sé que esta visita es inesperada, pero necesitamos hablar contigo y con Catherine. Es urgente.Edward los miró fijamente por un momento antes de asentir.—Muy bien, pasen. Hablaremos en el salón.Los condujo a través de la lujosa mansión hasta un elegante salón, donde Catherine ya estaba esperando, su expresión igualmente seria.—¿A qué debemos esta visita? —Preguntó Catherine, con una ceja enarcada.Dalton tomó aire,
4:00 AM.El reloj marcaba las cuatro de la madrugada y la oscuridad aún cubría la ciudad mientras Alice y Dalton se dirigían al aeropuerto. Las luces de la camioneta iluminaban el camino, y el silencio entre ellos era cargado de una mezcla de ansiedad y determinación.Dalton miró a Alice, su expresión una mezcla de preocupación y amor.—Alice, sé que esto haces esto creyendo que es lo mejor, pero no puedo evitar sentirme intranquilo. No sé cuánto tiempo estaremos separados.Alice le devolvió la mirada, tratando de infundirle calma.—Lo sé, Dalton. Pero debemos ser fuertes por nosotros, por Samuel y por todos los que dependen de nosotros. Esto solo es algo temporal, y prometo que haré todo lo posible para resolver esto rápido y estar juntos de nuevo.Dalton asintió, apretando suavemente la mano de Alice.Llegaron al aeropuerto, donde Malek ya estaba esperando junto al jet privado. La pista de aterrizaje estaba iluminada, y el aire fresco de la madrugada les envolvía.—Todo está listo.
Antes de que Dalton pudiera reaccionar, Damián se abalanzó sobre él, y comenzaron a forcejear. Dalton luchó con todas sus fuerzas, pero Damián era implacable. El ruido de la pelea alertó a Malek, quien corrió hacia la parte trasera del avión.—¡¿Pero qué carajos?! —Gritó Malek, lanzándose al enfrentamiento.La lucha continuó, con gritos y sonidos de golpes resonando en la cabina. Damián parecía tener la ventaja, pero Malek y Dalton luchaban con una determinación feroz. La situación era desesperada, y sabían que tenían que detener a Damián antes de que fuera demasiado tarde.Finalmente, con un esfuerzo combinado, lograron inmovilizar a Damián. Malek respiraba con dificultad, pero su mirada era firme.—No vas a salirte con la tuya, Damián. —Dijo Malek, su voz llena de determinación.Damián, exhausto y derrotado, miró a Dalton y Malek con una mezcla de odio y resignación.—Esto no ha terminado. —Dijo Damián, su voz un susurro.De repente, un sonido metálico resonó en la cabina cuando el
Descanso II—¿Acaso eres retrasada? ¿Te vas a quedar allí mirándome todo el día?— Preguntó Melissa alterada.Sofía sacudió su cabeza para salir de su ensimismamiento, todo se lo había imaginado. Jamás me puso un dedo encima, aunque si quería hacerlo y arrancarle las extensiones, pero se contuvo de hacerlo.—Lo siento, es que de verdad no me percaté de tu presencia. Estás tan adornada y arreglada que hasta pareces un maniquí escapando del centro comercial— Respondió Sofía encogiéndose de hombros y esbozando una amplia sonrisa —Si me disculpas, tengo mejores cosas que hacer. Ten un lindo día— Añadió la castaña continuando con su camino, dejando a Melissa hirviendo en su propia ira.“¡Eso se sintió genial!” Exclamó la castaña en su interior. La había dejado con la boca abierta, ¿Quién demonios se creía? Estaba loca si pensaba que Sofía se sentiría mal porque ella se acostó con Dallas, en realidad le había hecho un favor. Solo a ella se le ocurría estar con ese monstruo.—¡Ja…! Debí haber
Destino—¡Lo siento, déjame apagar la música!— Gritó ella para que pudiera oírla al tiempo que corrió para apagar la música.Luego de apagarla, volvió a la puerta con la mirada clavada en el apuesto rubio.—¿Quieres pasar?— Preguntó ella mordiéndose el labio inferior sin darse cuenta.—No puedo creer que vivas aquí— Comentó Logan sonriendo mientras entraba.—De hecho, este es el departamento de Daniel, yo solo me quedo con él temporalmente— Aclaró ella cerrando la puerta.—¿Aún son amigos? Quiero decir… que me impresiona que después de casarte él no se alejara de ti— Masculló el chico sentándose en el sofá junto a la ventana.—¿Por qué lo dices?— Preguntó extrañada tomando asiento a su lado.—No lo sé… supuse que luego de casarte con el magnate Dallas Queen, Daniel sentiría celos y se alejaría. Siempre estuvo enamorado de ti, no puedo creer que no lo notaras— Explicó mientras observaba todo el lugar.—De hecho, Daniel y yo ahora estamos más unidos que antes. Mi madre está en el hospit