AMALIA

Las dudas y el miedo estaban sembradas en mi corazón, ¿Ajax de verdad me entregaría como el sacrificio, para evitar la lucha con esa otra manada?

Me despertaron a la fuerza, metida en un estrecho y húmedo calabozo para traerme hasta aquí a rastras.

No importa cuando forcejeé o intenté luchar por escapar, no era el oponente de este hombre.

Cuando me arrojó al suelo y miré a los ojos de Ajax, lo supe, él no me abandonaría a mi suerte.

Pero la felicidad me duró demasiado poco.

Un enorme lobo gris saltó desde su espalda, temblé de terror al ver sus fauces abiertas llenas de afilados dientes asesinos.

Venía a por cabeza.

Sollocé e intenté levantarme en un puro temblor, pero fue todo tan rápido que al final, pensé que esta vez sí moriría.

Sin embargo, algo pasó por delante de mis ojos, igual a una velocidad que no podía seguir una simple humana.

Un lobo marrón se precipitó como mi escudo y recibió el ataque de ese inmenso lobo gris.

Un aullido de dolor se escuchó cuando el lobo marr