Capítulo 26

Alexander se acerca lentamente a mí y me besa los labios antes de abrir la puerta de mi habitación. Ivano ya no está. 

—Olivia, ¿Dónde está Ivano? 

—Se ha ido señorita, dijo que la llamaría más tarde y espera que todo se arregle.

 —Me alegra que haga algo bien ese tipo—contesta Alexander de mala gana, lo miro con el ceño fruncido. 

—Olivia ¿puedes servirnos el desayuno?

—En un momento —dice perdiéndose en la cocina. Miro al capitán de bomberos y luce una sonrisa de oreja a oreja.

—&ique

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