En la misma línea de tiempo… Me despierto, estiro mis músculos y tengo la sensación de estar liviana, son las 10:00 de la mañana por lo que imagino estaré sola, ya que Virginia estará en el trabajo, veo el celular y la bandeja de W******p está llena de mensajes recibidos, eso no me extraña en nada, quieren saber si aún sigo viva, no me molesto en abrir ninguna conversación. Me siento en la orilla de la cama viendo mis pies descalzos, suspirando con pesadez. Anoche igual que las demás noches, lloré hasta quedarme dormida, hasta que las malditas pastillas hicieron su efecto. Veo el yeso que cubre mi mano derecha firmado por mi hermana, mi mejor amigo, mis padres, los gemelos y el tío Edmu. La última firma es de mi amiga Valeria y su esposo Fernando. Estos seis meses han sido muy difíciles para mí. Siento que llevo una terrible y pesada carga. El celular suena con una llamada entrante. Valentino, se lee en la pantalla, la foto de contacto que aparece es de ambos haciendo caras grac
De vuelta a la actualidad… La tortura de Fabrizio. Después de salir del restaurante, Fabrizio me deja conducir mientras él duerme muy tranquilo sigo las indicaciones del GPS que con antelación él preparó para que pudiese llevarlo a su destino. Vuelvo mi vista de vez en cuando hacia él, reposa con los ojos cerrados, el cinturón alrededor de su cuerpo, su respiración es pausada y se ve tan tranquilo que no quiero despertarlo. Cuando el aparato anuncia nuestra llegada, dudo en hablarle. Me quito el cinturón de seguridad y me acerco a él, lo muevo un poco para desabrochar su cinturón. —Fabrizio —susurro en cerca de su oído para no espantarlo—, Fabri… —en un rápido movimiento, me toma de la cintura levantándome, y en el proceso doy un golpe seco en el techo del vehículo y me quejo al instante— ¡Merde! —levanto mis manos y me sobo la coronilla, me percato de que estoy sobre de él. Trago grueso, tanta cercanía me pone nerviosa, sus manos aprisionan mi cintura, abre los ojos y sonríe. —
Tengo los dedos entrelazados, y mis codos apoyados en el escritorio jugando con un lápiz en mi boca saboreándolo, como si fuera un delicioso manjar, ¡qué asco! Al final es el limbo en el que me mantengo. —No sabía que podías mover con la mente los informes en la computadora… Fabrizio aparece detrás de mí susurrándome al oído, sobresaltándome tanto, que tiro al piso mi taza de café favorita de los Minions, con mi café favorito dentro, haciéndose en pedazos. —¡Ups! —lo escucho murmurar. Me inclino a recoger los pedazos de mi taza favorita. —Asesino. —susurro. —Es solo es una taza. —Lo fulmino con la mirada y le señalo su oficina para que se largue, es mi jefe, pero a veces es un idiota, un muy sexi y guapo idiota. Bufo muy molesta y vuelvo a mi trabajo, lo veo pasar rápido apartando su mirada de la mía, deseando que fuesen misiles para acabar con su idiota vida. Asesino… pero muy sexi y delicioso porque no hay que negar que besa exquisito. El resto de la tarde la paso con tranqu
Doy vueltas en la cocina con el celular en la oreja mientras busco algo para desayunar. —¿Estas segura?—pregunta Fabrizio detrás de la línea. —No… —Suspira con pesadez. —¿Cómo pretendes hacerlo si no estás segura? —Esos chicos me necesitan—le he contado todo, es fácil hacerlo, me escucha y eso es una de las cosas que me encanta de Fabrizio, me gusta hablar con él de todo. —Diana, estoy frente a mi computadora, el tipo está sobrepasando el precio de esos apartamentos, es demasiado caro comprarlo. —El alquiler no es una opción. Quizás pueda negociar con él. —¡Ja! Sobre mi cadáver verás a Elías Miller a solas. —¿Por qué no? Si eso ayuda a que bajé el precio, estaré encantada. —Yo voy a negociar con él, no te acerques a ese tipo. —Bien, eres peor que Valentino. —Valentino, y yo tenemos diferentes intereses, Diana. —¿Diferentes intereses? —Volviendo a tu propuesta, es fácil hacerlo tomas unas cuantas fotos, buscamos a algún periódico que le interese y listo, el problema eres tú
¿Cómo llegué a estar en una situación tan deprimente y dolorosa? Me cité con Elías Miller, esa misma tarde, después del evento donde todo fue un éxito, me gustaría repetirlo mejor planeado, por supuesto. Llego en taxi a la dirección de la tarjeta que me extendió, se encuentra cerca de un restaurante de comida italiana, me parece muy bien, quizás lo invito a cenar por aquí y de esa manera cerrar un buen trato. Tengo todo visualizado, ganaré su confianza y lograré que nos rente por un precio más bajo los departamentos. Voy con esa meta fija y concentrada, y sobre todo confiada de que aceptará, tan emocionada y feliz que no me percato de cuan solitaria esta la oficina, aunque no me extraña porque es domingo por la tarde, miro mi reloj y en efecto, son las cinco para ser exacta. Dejé a Fabrizio con su ceño fruncido, no le dije hacia dónde me dirigía, de lo que me provoca una punzada de arrepentimiento, en fin, toco la puerta y me encuentro a un muy animado Elías, me hace pasar a su ofi
Fabrizio. La escena que estoy presenciando es espantosa, Diana está dormida, sedada, tiene golpes en el rostro, una herida en su labio inferior que esta hinchado, producto del golpe que le dio ese maldito bastardo, su hombro izquierdo está entablillado, no tiene lesiones graves solo fisura, su rostro morado e hinchado por los golpes. No, no se va a quedar así. Me duele el alma de verla en esas condiciones, yo no debí dejarla sola, debí seguirla, debí protegerla. Rodrigo había visto a Diana, bajar de un taxi en la oficina de Miller, no la siguió de inmediato, dijo que quería hablar con ella, según le comentó a Valentino, para aclararle que no había sido idea de él enviarle la invitación de su boda, pero al pasar el tiempo y no verla salir decidió esperarla dentro, lo que fue una buena idea porque de no ser así, no sé qué le hubiera hecho ese sádico maldito. —Diana, se ha enfrentado a hombres más grandes que Elías ¿Cómo fue posible que le hiciera tanto daño? —pregunto mientras me sie
Cambio de planes, tía Maritza, con su jardinero Carlos, decidieron extender la lista de invitados, ¡Genial! La casa no será un buen sitio para tantas personas, así que alquilaron un local bastante grande y elegante, no es por ser amargada, no me mal entiendan, para mi mucha gente quiere decir que hay mucha molestia, sus amistades más sus hijos solteros es igual a problemas. Como soy la única soltera en la familia del sexo femenino seré presa fácil y los gemelos y yo estaremos pendientes como presa al asecho de solteros y solteras como si sostuviéramos en nuestras manos un cartel enorme de «presas de amor disponibles, ataquen». —¿Teníamos que parecernos tanto? —se queja Tiziano a mi derecha con una copa de champagne llevándola a la boca, me encojo de hombros, no es mi culpa. —Parecemos unos malditos trillizos, ¿cómo puedo fingir que eres mi novia? —Stefano, a mi izquierda con la misma expresión, los tres vigilamos a los posibles cazadores. —Ni siquiera Virginia está disponible ahor
La tarántula, perdón Izma, digo Priscila, hace acto de presencia como todos los putos días.—Buenos días —saluda por sobre el hombro—, dile a Fabri, que ya estoy aquí. —es raro en ella que salude.—Buenos días, señora, como usted es tan íntima del señor, pase con confianza —responde Sammy. La mira ceñuda, yo aprieto mis labios para no soltar una sonora carcajada.—¡Bien! —se va contoneando las caderas, que, por cierto, no tiene.—Sam —la reprendo.—¿Qué? —se encoje de hombros sin darle importancia a mi reprimenda.Quince minutos después, sus siluetas salen de la oficina del jefe, él mira con ceño fruncido unos globos de carita feliz que Alessandro me ha enviado junto a una caja de chocolates blancos sin nueces.Dijo que era para alegrarme mi día, no sin antes recriminarle que él es de mi hermana, a lo que riendo me aclaró que los que le envió a ella, eran con forma de corazones.¡Tan lindo mi cuñis!—¿Otro regalo? —pregunta.—¡Aja! —digo metiendo en mi boca un trozo de chocolate y degu