Mi mañana fue bastante normal, nada comparado como cuando vivía con mis hermanos. Hablando de ellos, empezaba a hecharlos de menos, eran bastante pesados, y era difícil soportarlos, pero siendo sincera, hacían mi vida más interesante y menos aburrida, siempre tenía a alguien con quien hablar y reírme.
Más o menos a las diez de la mañana me llamó mi madre, aún seguía enfadada con mis padres por no llevarme al viaje, pero al final vivir con los Meyer no era tan horrible como yo me había imaginado. Logan podía ser bastante simpático cuando quería, y Marcos era muy amable conmigo.
—Buenos días —dije cuando respondí a la llamada.
— ¿Cómo es
Asustado, me levanté rápidamente de la cama y corrí hacia la cocina. ¿Por qué olía a quemado? Tan solo eran las siete de la mañana.Al llegar a la cocina me encontré con un Marcos ojeroso, despeinado y sosteniendo una... ¿Una tarta? ¿Eso era una tarta o carbón?—Que cojones, Marcos. Pensaba que se estaba incendiando la casa.—Bueno, casi ocurre eso —ríe nervioso.— ¿Me puedes explicar por qué estás haciendo una tarta a las siete de la mañana?Con una mano se rascó la nuca y con la otra seguía aguantando aquella tarta que seguramente era
EVELYN BENNETYa estaba despierta, aunque permanecía con los ojos cerrados. Estaba feliz, me había besado con Logan. Aunque fuera un chico amargado y a veces insoportable, no podía mentir, me llamaba la atención, era guapo e inteligente.Aún podía notar sus labios por encima de los míos, la suavidad de su pelo y sus mejillas, recordaba cada una de sus pecas y el precioso verde esmeralda de sus ojos.Abrí los ojos y observé el blanco techo de la habitación, volví a cerrar los ojos y respiré hondo mientras una sonrisa de enamorada se formaba en mi cara. Estaba feliz.Al volver a abrir los ojos, mis neuronas parecieron conectarse.
El verano estaba pasando más rápido de lo que me imaginaba. El calor era más intenso que nunca y la energía se me agotaba antes de lo normal.Estaba volviendo de un día de playa con mis amigas, mi pelo castaño estaba enredado, y aún tenía arena en algunas zonas del cuerpo. El atardecer se empezaba a presentar en el cielo.Paso mi mano por mi enredado cabello en un intento de mejorarlo, pero no fue de mucha ayuda. Al llegar a mi edificio toco el botón del ascensor y espero a que este llegue, tarda un poco más de lo normal, pero al final acaba llegando. Aprieto el número de mi piso, el diez, mientras el ascensor empieza a ascender yo me observo en el espejo que hay en el interior de este, coloco un par de mechones tras mis orejas y en menos de lo esperado, el asc
Si despertar de mal humor fuera un concurso, yo siempre sería la ganadora.Despertarme por los gritos de Dylan y Adrian, no era de mis despertares favoritos, sin embargo, era el que me tocaba vivir todos los días.Me tapo la cara con una almohada irritada por tener que vivir cada mañana lo mismo. Desde mi habitación se podía oír como Adrian se quejaba a mama por el hecho de que Dylan se haya comido un donut más que él. Suspiro frustrada y me quedo en la misma posición durante unos segundos hasta que las neuronas en mi cabeza se conectan.¡Aquellos donuts eran míos!Salto de la cama, y con él pelo despeinado, el pijama arrugado y algunas legañas en mis ojos, salgo corriendo de mi habitaci&oacu
Mis mejores amigas tenían que irse, pero los dos mellizos iban detrás de ellas, y no las dejaban en paz.–Catalina ¿Quieres ir a ver mi habitación? –Le dice Dylan de forma pícara.–Deja de ligar con mi amiga– le digo a mi hermano mientras lo tomo por los hombros intentando apartarlo de mi amiga.–No estoy ligando, solo estoy siendo amable, Evelyn– pongo los ojos en blanco.En el momento en el que miro a Valeria, puedo ver cómo está sofocada por las preguntas de Adrian.– ¿Saldrías con un chico de catorce años?– ¿Qué? – <<Pobre Valeria&g
Era un gran día para no hacer absolutamente nada, para mi mala suerte –que novedad–mi madre acudió a mí para pedirme que fuera a comprar todo lo que tenía ella en la lista de la compra. Según ella, estaba ocupada y no tenía tiempo para ir, mi padre se encontraba en el trabajo, y obviamente, no confiaba en mis hermanos, yo tampoco confiaría en Dylan y Adrian ni aunque tuvieran que vigilar a una piedra, no sé ni cómo lo harían, pero estoy segura de que la acabarían perdiendo.Miro la lista, era bastante larga.No tardo mucho en vestirme y me hago un moño desenfadado, cojo mi cartera y la lista de la compra. Por un momento pensé en utilizar el ascensor (que supuestamente ya estaba arreglado) pero después de la experiencia de ayer, prefería bajar por las escaleras.
POV LOGAN MEYER (CAPÍTULO 3)Un sonido repetitivo se escuchaba por toda mi habitación. Ya estaba acostumbrado a esto, a levantarme temprano aunque no hubiera ninguna necesidad en hacerlo.Me levanto de la cama y apago el despertador, eran las siete y media de la mañana, al ser verano el sol salía más temprano, y me daba la sensación de que era yo el que me levantaba tarde. Perezosamente pero aún así sin detenerme, me voy en dirección a la cocina. Mi hermano aún dormía y mis padres pocas veces estaban en casa, estaban casi siempre de viaje por temas del trabajo, ni en verano se daban un respiro, pero tampoco podía quejarme, es decir, todo lo que era y tenía era gracias a ellos. De todas formas ya me acostumbré a la soledad.
Nuevo día, nuevo despertar, pero nadie me asegura que sea uno tranquilo... En verdad no sé ni por qué aún pienso que puedo tener un despertar normal cuando tengo a dos hermanos como Dylan y Adrian.– ¡No es así! ¡No me estás escuchando! –Se escucha la voz de Dylan desde el salón.– ¡Eres un profesor de mierda! –Le responde Adrian.– ¡Oye Adrian, ese vocabulario! –Aparece mi madre en escena.Me tapo la cara con mi almohada, soñaba con despertar de otra manera, supongo que eso no era posible en esta casa, debía acostumbrarme ya, pero daba igual cuantos años pasaran, de todas formas no lo lograba.