CAPITULO 5

—De rodillas…

Obedeciendo sus órdenes me coloco de rodillas frente a él esperando con ansias lo que tanto desea mi coño.

—Quiero ver su trasero.

—Deja de darle vueltas al asunto..

Sus manos me toman de la cintura, me gira y me coloca en cuatro inclinado mi culo, suelto un gemido cuando estalla su mano en mi trasero, observo sobre mi hombro y más excitada observo esa sonrisa tan sexy que me fascina. Con hambre mis ojos observan su miembro que aún estaba cubierto por ese bóxer que hacía ver su paquete enorme, al verme morder mi labio superior ladea una sonrisa.

El corazón se me acelera cuando apreta su paquete contra mi culo, al sentir la siguientes nalgadas, gimo tan alto y sin contenerme porque lo deseaba.

—Así me gustan —su voz se oía deliciosamente excitante —Listas y dispuesta para mí. 

Me toma de mi melena larga y negra enrollándola en su mano y estalla un par de veces más su mano en mi culo, ¡¡mierda, esto era el paraíso!!.

Se detiene y extrañada lo veo sobre mi hombro, sus ojos observan hacia una esquina. 

Al ver que se aleja me reincorporo confundida, el se vuelve a vestir dispuesto a irse.

—¡No espera..

Mis piernas se enredan con torpeza, suelto un enorme quejido al sentir el frío suelo en mi espalda.

—¡¿Pero  que..

Al verme tendida en el suelo y ver las sábanas entre la cama, el suelo y enredadas en mis piernas, me doy cuenta que todo había sido un sueño.

—¡¡dios, ¿Por qué me haces esto? y en la mejor parte!!.. —suspiro embobada —Parecía tan real..

Suspiro con decepción a que a pesar de que fue un sueño, parecía haber sido real, "¡Mierda, si no lo hubiera golpeado esa noche, no estaría teniendo fantasías húmedas con él si no que, sonaría con su polla dentro de mi coño y eso me frustra, quería probar más de lo que me ha dado.

Miro hacia arriba y al ver la hora en el despertador que no paraba de sonar me levanto de inmediato al ver que solo tenía 40 minutos para prepararme y salir a mi trabajo.

—¡¡Carajo!!.. 

Me tomó diez minutos prepararme, el día de ayer no pude dejar de pensar en el demonio de mi jefe, pues, después de que le lleve su desayuno, no lo volví a ver ya que no salió de su oficina pero, yo solo soñaba despierta con sus manos en mi trasero y su aliento en mi cuello, ¡Joder, recordarlo me excitaba más!. Uff, la tensión sexual es tan fuerte que estoy segura que si me lo propongo consigo lo que deseo.

Después de salir de mi trabajo me fui al centro comercial el día de ayer y me compré ropa más sensual ya que antes de salir del edificio recibí un mensaje de su parte. 

"No quiero ese horroroso uniforme de secretaria, quiero algo más sensual.".

Al llegar, me doy cuenta que todos me ven con asombro y como no, si parezco prostituta regalada que a gritos pide: "follenme".

La falda tal como lo pidió mi jefe es más corta, antes era una falda abajo de la rodilla ahora es más arriba de mis rodillas y es más ajustada a mi cuerpo que antes, la blusa de color rosa, mangas algo sueltas con una abertura desde mi hombro hasta las muñecas, tenía un escote que resalta mis tetas y es lo que quiere él.

—¿Maricela?.. —Maike me mira de arriba abajo y eso me fastidia más, cuando mira mis pechos en demasía.

—¡Hey! —chasqueo mis dedos frente a su rostro —La cara esta aquí. Estas son mis tetas.

—¿Esta permitido este tipo de vestimenta? —dijo mientras camina a mi alrededor —Que lindo..

—Si lo dices te voy a dejar sin crías Maike.

—Ok, Ok..

Sigo mi camino al ascensor y presiono el botón quince, salgo y suspiro tranquila al ver que aún no llega.

—¡Maldición mis manos no dejan de sudar!. —paso mis manos a cada costado de mi falda para quitar el sudor de mis manos—¡Mierda!..

Camino de un lado a otro al ver que mis nervios no desaparecen si no que están peor que antes. Taconeo miles de veces el suelo porque, ¡¡Mi m*****a cabeza es un lío!!. Y todo porque no entiendo, "¡Porque diablos lo obedezco sin cuestionarlo!". ¡¡Yo no soy tan sumisa!!.

—Buenos días. 

Mi corazón se congela y mi aliento desaparece al escuchar su voz, me giro sobre mis talones y "¡Carajo, se ve más sexy que ayer!". “¡¡porque me castigas así dios!!”. Hoy no traía corbata en cambio traía su camisa blanca con tres botones desabrochado haciendo que mi imaginación se volviera loca, ¡dios, quería tocar, disfrutar ese delicioso y enorme pecho.

"¡¡Mierda Maricela contrólate!!"

Ignoré a mi consciencia porque, ¡es mi mente y puedo imaginarme lo que se me de la gana!.

—A mi oficina —dijo sin detener su andanza y yo como corderito siguiendo a su pastor lo seguí en silencio, al entrar cierra con seguro la puerta y me doy cuenta que sus ojos destilan frustración, rabia, deseo y lujuria. —Quiero en orden mi escritorio.

Confundida por su extraño comportamiento me giro sobre mis talones para Ver su escritorio, tenía razón estaba desordenado.

“¡Desgraciado, ni siquiera se ha fijado en mi vestimenta!”. Molesta comienzo a ordenar todo hasta que su lapicero se me cayó al suelo. Intento recogerlo pero la falda me impide agacharme.

"¡Maldita y estúpida falda!". 

No tenía de otra, y con cuidado me apoyo sobre mis rodillas hasta quedar en cuatro. ¡Mierda porque me pasa esto a mí!. ¡¡y porque diablos tiene tantos lápices!!. 

Al tomar el último lápiz alguien me levantó de forma abrupta del suelo, la fragancia de su camisa me hizo saber que era él.

—Deje de provocarme —Su voz se oía excitada. ¡¡pero que diablos le pasa, como que lo dejé de provocar!!. 

—Ahora tengo que lidiar con un bipolar —me burlo —Por algo dicen que nada es perfecto en cambio es más peligro..

Ya ni siquiera veo su cara en cambio, solo veo la vista de la ciudad, mi cara arde cuando estalla su mano en mi culo. ¡dios que rico!. Mi coño se enciende cuando siento su paquete ser restregado contra mi culo, con una sonrisa que oculto de él, lamo mis labios porque ya no podía soportar un día más de frío y caliente.

Enarco mi espalda al sentir esa caricia y esos labios carnosos que me vuelve una completa zorra en sus brazos.

—Ningún hombre puede domar a una fiera, —susurra en mi oído y.. M****a, se sintió tan bien.

—Entonces que hace restregando su polla dura en mi culo, usted lo dijo ya..

—Pero yo no soy un hombre cualquiera —me vuelve a girar y con habilidad que me sorprendió, subió sus manos a mi blusa hasta deshacerse de ella —Yo soy un Demonio que necesita a una fiera.

Se deshace de mi blusa y sus ojos observan mis senos con hambre, suspiro excitada cuando sus dedos acarician alrededor de la media copa de mi sostén. ¡¡Maldita sea ya devóralos!!. Pero no lo hace como si sus intenciones fueran torturarme de esta forma al desearlo. ¡¡Imbécil y lo está logrando!!.

"¡¡Mierda, no importa que te tachen de perra pero tienes que follartelo Mari!!"

Estoy en un puto y frustrado dilema, yo quiero cogérmelo pero esta el miedo de que digan: hay va la zorra personal del nuevo presidente. Pero.. ¡¡Ayy!!.. yo no tengo la culpa de que mi nuevo jefe sea endemoniadamente bueno para mi vista y si es así, ¡¡carajo, ya me lo estoy imaginando lo bueno que ha de ser para follar y eso empeora mi lujuria por él ya incluso tengo empapada mi braga con mis fluidos por culpa de mi morbosa imaginación.

¡¡¿Mierda que hago?!!”.

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