—De rodillas…
Obedeciendo sus órdenes me coloco de rodillas frente a él esperando con ansias lo que tanto desea mi coño.
—Quiero ver su trasero.
—Deja de darle vueltas al asunto..
Sus manos me toman de la cintura, me gira y me coloca en cuatro inclinado mi culo, suelto un gemido cuando estalla su mano en mi trasero, observo sobre mi hombro y más excitada observo esa sonrisa tan sexy que me fascina. Con hambre mis ojos observan su miembro que aún estaba cubierto por ese bóxer que hacía ver su paquete enorme, al verme morder mi labio superior ladea una sonrisa.
El corazón se me acelera cuando apreta su paquete contra mi culo, al sentir la siguientes nalgadas, gimo tan alto y sin contenerme porque lo deseaba.
—Así me gustan —su voz se oía deliciosamente excitante —Listas y dispuesta para mí.
Me toma de mi melena larga y negra enrollándola en su mano y estalla un par de veces más su mano en mi culo, ¡¡mierda, esto era el paraíso!!.
Se detiene y extrañada lo veo sobre mi hombro, sus ojos observan hacia una esquina.
Al ver que se aleja me reincorporo confundida, el se vuelve a vestir dispuesto a irse.
—¡No espera..
Mis piernas se enredan con torpeza, suelto un enorme quejido al sentir el frío suelo en mi espalda.
—¡¿Pero que..
Al verme tendida en el suelo y ver las sábanas entre la cama, el suelo y enredadas en mis piernas, me doy cuenta que todo había sido un sueño.
—¡¡dios, ¿Por qué me haces esto? y en la mejor parte!!.. —suspiro embobada —Parecía tan real..
Suspiro con decepción a que a pesar de que fue un sueño, parecía haber sido real, "¡Mierda, si no lo hubiera golpeado esa noche, no estaría teniendo fantasías húmedas con él si no que, sonaría con su polla dentro de mi coño y eso me frustra, quería probar más de lo que me ha dado.
Miro hacia arriba y al ver la hora en el despertador que no paraba de sonar me levanto de inmediato al ver que solo tenía 40 minutos para prepararme y salir a mi trabajo.
—¡¡Carajo!!..
Me tomó diez minutos prepararme, el día de ayer no pude dejar de pensar en el demonio de mi jefe, pues, después de que le lleve su desayuno, no lo volví a ver ya que no salió de su oficina pero, yo solo soñaba despierta con sus manos en mi trasero y su aliento en mi cuello, ¡Joder, recordarlo me excitaba más!. Uff, la tensión sexual es tan fuerte que estoy segura que si me lo propongo consigo lo que deseo.
Después de salir de mi trabajo me fui al centro comercial el día de ayer y me compré ropa más sensual ya que antes de salir del edificio recibí un mensaje de su parte.
"No quiero ese horroroso uniforme de secretaria, quiero algo más sensual.".
Al llegar, me doy cuenta que todos me ven con asombro y como no, si parezco prostituta regalada que a gritos pide: "follenme".
La falda tal como lo pidió mi jefe es más corta, antes era una falda abajo de la rodilla ahora es más arriba de mis rodillas y es más ajustada a mi cuerpo que antes, la blusa de color rosa, mangas algo sueltas con una abertura desde mi hombro hasta las muñecas, tenía un escote que resalta mis tetas y es lo que quiere él.
—¿Maricela?.. —Maike me mira de arriba abajo y eso me fastidia más, cuando mira mis pechos en demasía.
—¡Hey! —chasqueo mis dedos frente a su rostro —La cara esta aquí. Estas son mis tetas.
—¿Esta permitido este tipo de vestimenta? —dijo mientras camina a mi alrededor —Que lindo..
—Si lo dices te voy a dejar sin crías Maike.
—Ok, Ok..
Sigo mi camino al ascensor y presiono el botón quince, salgo y suspiro tranquila al ver que aún no llega.
—¡Maldición mis manos no dejan de sudar!. —paso mis manos a cada costado de mi falda para quitar el sudor de mis manos—¡Mierda!..
Camino de un lado a otro al ver que mis nervios no desaparecen si no que están peor que antes. Taconeo miles de veces el suelo porque, ¡¡Mi m*****a cabeza es un lío!!. Y todo porque no entiendo, "¡Porque diablos lo obedezco sin cuestionarlo!". ¡¡Yo no soy tan sumisa!!.
—Buenos días.
Mi corazón se congela y mi aliento desaparece al escuchar su voz, me giro sobre mis talones y "¡Carajo, se ve más sexy que ayer!". “¡¡porque me castigas así dios!!”. Hoy no traía corbata en cambio traía su camisa blanca con tres botones desabrochado haciendo que mi imaginación se volviera loca, ¡dios, quería tocar, disfrutar ese delicioso y enorme pecho.
"¡¡Mierda Maricela contrólate!!"
Ignoré a mi consciencia porque, ¡es mi mente y puedo imaginarme lo que se me de la gana!.
—A mi oficina —dijo sin detener su andanza y yo como corderito siguiendo a su pastor lo seguí en silencio, al entrar cierra con seguro la puerta y me doy cuenta que sus ojos destilan frustración, rabia, deseo y lujuria. —Quiero en orden mi escritorio.
Confundida por su extraño comportamiento me giro sobre mis talones para Ver su escritorio, tenía razón estaba desordenado.
“¡Desgraciado, ni siquiera se ha fijado en mi vestimenta!”. Molesta comienzo a ordenar todo hasta que su lapicero se me cayó al suelo. Intento recogerlo pero la falda me impide agacharme.
"¡Maldita y estúpida falda!".
No tenía de otra, y con cuidado me apoyo sobre mis rodillas hasta quedar en cuatro. ¡Mierda porque me pasa esto a mí!. ¡¡y porque diablos tiene tantos lápices!!.
Al tomar el último lápiz alguien me levantó de forma abrupta del suelo, la fragancia de su camisa me hizo saber que era él.
—Deje de provocarme —Su voz se oía excitada. ¡¡pero que diablos le pasa, como que lo dejé de provocar!!.
—Ahora tengo que lidiar con un bipolar —me burlo —Por algo dicen que nada es perfecto en cambio es más peligro..
Ya ni siquiera veo su cara en cambio, solo veo la vista de la ciudad, mi cara arde cuando estalla su mano en mi culo. ¡dios que rico!. Mi coño se enciende cuando siento su paquete ser restregado contra mi culo, con una sonrisa que oculto de él, lamo mis labios porque ya no podía soportar un día más de frío y caliente.
Enarco mi espalda al sentir esa caricia y esos labios carnosos que me vuelve una completa zorra en sus brazos.
—Ningún hombre puede domar a una fiera, —susurra en mi oído y.. M****a, se sintió tan bien.
—Entonces que hace restregando su polla dura en mi culo, usted lo dijo ya..
—Pero yo no soy un hombre cualquiera —me vuelve a girar y con habilidad que me sorprendió, subió sus manos a mi blusa hasta deshacerse de ella —Yo soy un Demonio que necesita a una fiera.
Se deshace de mi blusa y sus ojos observan mis senos con hambre, suspiro excitada cuando sus dedos acarician alrededor de la media copa de mi sostén. ¡¡Maldita sea ya devóralos!!. Pero no lo hace como si sus intenciones fueran torturarme de esta forma al desearlo. ¡¡Imbécil y lo está logrando!!.
"¡¡Mierda, no importa que te tachen de perra pero tienes que follartelo Mari!!"
Estoy en un puto y frustrado dilema, yo quiero cogérmelo pero esta el miedo de que digan: hay va la zorra personal del nuevo presidente. Pero.. ¡¡Ayy!!.. yo no tengo la culpa de que mi nuevo jefe sea endemoniadamente bueno para mi vista y si es así, ¡¡carajo, ya me lo estoy imaginando lo bueno que ha de ser para follar y eso empeora mi lujuria por él ya incluso tengo empapada mi braga con mis fluidos por culpa de mi morbosa imaginación.
¡¡¿Mierda que hago?!!”.
¡¡Joder, Joder, me voy a volver loca de tanto placer!!. Ni siquiera Me había penetrado y ya estaba a punto de explotar para gritarle, ¡¡Deja tus malditos juegos y follame!!. Sus dedos eran una maravilla que me prendía en un puto fuego infernal que iba creciendo conforme su lengua jugaba con mis pezones erectos. —¡¡Mierda, Sebastián, no pares!!.. Ni siquiera tuve el tiempo de pensar en si era lo correcto, pues mi nuevo jefe, se adueñó de mi cuerpo en un segundo y ahora no quería parar. Con mi coño húmedo a causa de la penetración de dos de sus dedos y sin olvidar su deliciosa lengua en mis tetas que me llevan a la gloria de tanto placer, estaba por estallar y es lo que más deseo. Tomo su mano pidiéndole que fuera más profundo, enarco mi espalda y gimo como una zorra cuando lo hace, ¡¡Mierda!!, ¡que tiene este hombre que sabe más de lo que aparenta!. Jadeo tan alto al mismo tiempo que escucho un gruñido gutural de su parte al ver que estoy apunto de correrme. Sonrío sin descaro
¡¡No, No, No, joder, noo!!, ¡¡Porque carajos me tiene que pasar esto a mi precisamente en el momento más ansioso de mi día!!. —Acompáñenos.. —¡¿Que?!,.. no esto debe ser un error. —No haga las cosas más difíciles señorita. Los oficiales tomaron mis manos para esposarme. ¡Tierra tragarme por favor!. ¡¡Ayy, pero esta me las pagarás Alan, te lo juro!!. ¡desgraciado, me hiciste pasar una vergüenza con el bombón de Sebastián!. Como desearía tenerlo aquí para estrangularlo, así les doy otro motivo a los oficiales para detenerme. —Un momento —mis ojos lo ven con fijeza e ilusión al ver su mano sobre las mías que se encuentras esposadas —Ustedes no pueden entrar a mis empresas sin una orden. —No lo necesitamos.. —Por supuesto que si —replica haciendo que mi corazón gritara su nombre por intervenir —Estas son propiedades de la familia Smith y si no la tienen, ustedes están invadiendo mis propiedades. ¡¡Oh, por dios, este hombre aparte de ser un papasote, es un genio!!, ¡¡Ay!!, con más g
¡¡Maldita sea, estoy a punto de explotar!!. Me sentía en la gloria, jamás en mi vida había tenido dos orgasmos al mismo tiempo. "¡¡Mierda, en verdad que este hombre se tiene ganado el título de Demonio!!". —Sebastián.. —siento que el aire intenta escaparse por mi boca cuando su lengua penetra mi coño. —¡¡dios!!.. —Sujeto su cabeza para que la introduzca aún más pero las sujeta impidiendo que lo haga. —Ven acá. Se me dificulta la respiración. "Y Como no, si te ha dado más de lo que deseabas". ¡¡maldición sí, y aún quiero más!!. Siento sus manos tomarme a horcajadas mientras devora mis labios con gran necesidad. ¡¡Este hombre me volverá adicta al sexo!!. "¿Más de lo que ya eres?". Bueno, solo un poco, pero Sebastián me dice: aún lado. Ocupando el primer lugar. Estaba tan concentrada en este fogoso y letal beso que ni siquiera me di cuenta en que momento el había caminado hasta adentro del departamento. Al sentir la suavidad de la cama mientras soy lanzada comprendo que, ¡al fin
—¡¡Sii!!, ¡¡Joder, lo conseguí!!. La emoción por gritarlo a los cuartos vientos, es más enorme que guardar el secreto, me lanzo sobre mi cama tan feliz que había olvidado que hoy tenía trabajo porque aun era viernes, pero por el día de hoy, me daré el lujo de llegare tarde, ¡¡gracias dios!!, mi sonrisa no desaparece desde que salí de su departamento, en verdad que anoche fue una la mejor de mi vida. —hay querido Sebastián —sin evitarlo me carcajeo al recordar su cara agria cuando le dije que el estúpido de Alan es mejor que él. —Eso te pasa por simplón e idiota. Su voz excitada aún sigue en mi cabeza mientras me decía ninfa entre jadeos y gemidos. ¡joder!. Esa mirada tan penetrante de esos hermosos ojos azules me fascinan tanto y más al ver la lujuria reflejada en ellos. Con solo recordar lo que pasó anoche, mi cuerpo ardió nuevamente. Cada caricia suya está en mi piel tan viva como su hubiese sido hace un minuto y su aroma, ¡mierda!, sentir su aroma en mi piel me vuelve loca. —¡¡
SEBASTIÁN Solo encuentro una palabra para describir a esa mujer. Fuego. Si, ella tan candente, sensual y.. ¡Joder!. Es insaciable y eso descoloca pero a la vez me encanta. Su voz, sus gemidos mientras me pedía más solo me volvían loco y es algo que jamás me había pasado, no dejo de pensar en ella, su imagen ocupa toda mi mente que jamás lograba despejar desde esa noche. Joder, se veía, tan elegante, tan hermosa como una ninfa, pero jamás me imaginé que fuera tan agresiva como una fiera, pero eso no me impediría mi objetivo, acostarme con ella pero ahora que lo he conseguido, no quiero solo una probada porque eso fue para mí y ahora deseo tener su cuerpo tan ardiente hacer fricción contra el mío, sentir de nuevo esos labios tan carnosos y apetecibles sobre los míos, y esa mirada, esa mirada que me dice que caer en sus brazos sería mi perdición. Podría decir que ella es una versión de mi solo que es una mujer. "Una mujer fabulosa e insaciable". Pero, desde que desperté, por primera ve
—A mi oficina. —dije sin detener mis pasos pero al no escuchar su taconeo me detengo para verla. Aún seguía sentada y eso me extrañó —Lo siento pero no. —dice con simpleza observando sus uñas. ¡¿Acaso es un chiste?!. —Usted trabaja para mí —la paciencia se acaba en mi —Así que obedezca. —Si es cuestión de trabajo iré, de lo contrario seguiré con mi trabajo pendiente. Así que me está provocando, bien entonces será por las malas. —De acuerdo —le doy la espalda pero vuelvo a verla sobre mi hombro. —Por cierto, quítese esa bufanda que no combina con su atuendo. La sorpresa en su rostro se hace presente así que sigo caminando al lograr mi primer objetivo y después vendría el siguiente. Ya era hora de almorzar así que le marcó al teléfono de su escritorio antes de que se fuera. —Presidencia Lombardy. "Que voz más sexy". Incluso en el teléfono su voz es tan ardiente como su cuerpo. —Hola ninfa. —apoyo mi espalda al respaldar de mi silla. —¿Lista?. —Lo siento, pero ya le dije qu
MARICELA Adicción, es lo que es Sebastián para mi, mi cuerpo exigía a gritos ser tocado por esas manos que producen tanto fuego en mi cuerpo al punto de hacerme perder la m*****a cordura. No podía resistirme a tanto placer y más si viene de mi sensual jefe. —¡Mierda!, mi casa está lejos. —golpea cabreado el volante. —¿Entonces porque no vamos a mi casa?. ¡¿Que cosa dije?!. ¡No!. Definitivamente a mi casa es el peor lugar al que podríamos ir, y ya se imaginan porque lo digo. Pero no, yo estúpidamente tengo que sugerirle mi casa. —¿Estas segura que tendremos la privacidad ahí?. —su pregunta fue como un ronroneo para mi. —¿Estas segura Marcela?. — cruzo de brazos porque todavía le da vueltas al asunto —¿Quieres o no quieres?. Al verlo sonreír por mi tono desesperado ¡Dios!, humedece mi coño por lo sensual que hace esa m*****a sonrisa. Le di mi dirección y en menos de media hora estábamos frente a mi casa y lo primero que veo es al imbécil de Alan hacerle mimos a esa perra. ¡Ja!,
No, no, no, esto no es lo que tenía mente, y ahora, ¡¿Que carajos hago para sacarlo de mi casa?!. El parece divertirse al verme cabreada y eso solo me enfurece más porque no soy la burla de nadie, eso jamás. Me quedo observándolo desde la entrada de mi habitación, Sebastián se pasea por toda la habitación sin borrar ese m*****a sonrisa que me pone nerviosa. "Pues claro estúpida, si este bombón te mueve el tapete". Movérmelo se queda corto y demasiado diría yo. ¡Mierda!, ver ese espectacular cuerpo, ¡dios!, esos músculos que me estrujan cuando me tiene debajo de su de él mientras gruñe como una bestia mientras que .. “ ¡No estúpida, deja de pensar en tantos morbos con tu jefe!”. ¡¡Al diablo, me lo quiero coger y no quiero verme como una fácil!!. Carraspeo mi garganta al sentirla seca por culpa de mi morbosa imaginación. —¿A que hora te irás de mi casa?. Intento verme tranquila pero, ¡mierdas no puedo, joder, aun no me la creo que esté en mi casa y completamente desnudo, pero hay