CAPITULO 11
—A mi oficina. —dije sin detener mis pasos pero al no escuchar su taconeo me detengo para verla.

Aún seguía sentada y eso me extrañó —Lo siento pero no. —dice con simpleza observando sus uñas.

¡¿Acaso es un chiste?!. —Usted trabaja para mí —la paciencia se acaba en mi —Así que obedezca.

—Si es cuestión de trabajo iré, de lo contrario seguiré con mi trabajo pendiente.

Así que me está provocando, bien entonces será por las malas.

—De acuerdo —le doy la espalda pero vuelvo a verla sobre mi hombro. —Por cierto, quítese esa bufanda que no combina con su atuendo.

La sorpresa en su rostro se hace presente así que sigo caminando al lograr mi primer objetivo y después vendría el siguiente. Ya era hora de almorzar así que le marcó al teléfono de su escritorio antes de que se fuera.

—Presidencia Lombardy.

"Que voz más sexy". Incluso en el teléfono su voz es tan ardiente como su cuerpo.

—Hola ninfa. —apoyo mi espalda al respaldar de mi silla. —¿Lista?.

—Lo siento, pero ya le dije qu
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