Me acostumbró un poco a la luz, frente a donde estamos esta una gran ventana, el sol está en una posición en la que da directamente al lugar, lastimando los ojos si se mira en su dirección, miro lo que hay a mí alrededor, es un cuarto deteriorado en el que se encuentran dos camas con colchones viejos y estropeados, un retrete y un lavabo que tienen pinta que no han estado en contacto con jabón en años, el lugar desprende un aroma poco agradable a humedad y tierra, es una celda. —¿¡Dónde mierda estamos?! ¿Te encuentras bien? ¿Te hicieron algo?.- Kurt se frota los ojos y después mira en mi dirección, me toma de los hombros y me inspecciona de pies a cabeza. — Estoy bien, a juzgar por el lugar estamos en la celda de una prisión. — ¿En una que, de qué?... me observa confundido, me acerco a los barrotes oxidados tratando de mirar al frente en donde está el sol dando directamente. — Una prisión, es un lugar en donde se encierran a todos los humanos... malos, a los que rompen las leyes,
Nala.Los latidos de mi corazón me taladran los oídos, aire... necesito aire, siento que me asfixio, que mi ropa se me pega al cuerpo impidiéndome respirar correctamente; paso corriendo evadiendo a varias personas hasta que llego al exterior del edificio a un pasillo en el exterior donde no hay nadie, me dejo caer de rodillas y me tapo el rostro con ambas manos, mi cuerpo tiembla sin control, estoy muy alterada, sorprendida, un montón de emociones revueltas, no me puedo enfocar en una sola, son tan fugaces y me golpean con fuerza el pecho. Lluvia... no me esperaba volver a verla de nuevo y debo admitir que al tenerla frente a mí una parte sintió un alivio inmenso, pensé que había muerto por mi culpa, que la había matado, me llena de felicidad saber que está viva, pero enseguida de eso el pensamiento fugaz de que estaba haciendo ahí encerrada se vio interrumpido, por Kurt. Suelto un sollozo lleno de dolor, tengo muy plasmada en mi mente la imagen de sus ojos enfurecidos, de su rostro
Lluvia. Confirmar nuestras sospechas me deja un sabor amargo en la boca, como lo dije antes todo lo malo que nos pasa últimamente tiene el nombre de esa mujer grabado, lo que me sorprende es que nuestro secuestrador parece ser manipulado de alguna manera por ella, no me interesa mucho que digamos el porqué, pero si quiero saber él con que, ¿Con qué lo está amenazando? Quizás podremos ayudarlo de alguna manera y todos juntos hacerle frente a esa mujer. —¿Con qué es lo que ella te está amenazando para que nos secuestraras?.- él suelta una risa sin gracia. — Me amenazó con dar nuestra ubicación a la guardia imperial si no te mataba... dentro de poco lo más probable es que pida pruebas, no es nada personal humana, pero no podía dejar que ella nos delatara y sacrifiquen a mi gente. —¿¡Sacrificar!?.- Kurt levanta la voz a mi espalda. — ¿De qué estás hablando? Nadie los quiere sacrificar. La mirada molesta de ese lobo pelirrojo, se posa en Kurt, como si lo hubiera ofendido de algún modo
Kurt. Esto debe ser una broma, ¿qué clase de maldita pesadilla es esta? Sobre todo siento como si el destino se estuviera riendo de mí en la cara, por todo los cielos. Lluvia desaparece en el interior de esa oficina con aquel lobo misterioso, sé que estará bien, que no le hará daño, como bien dijo si quisiera ya nos hubiera eliminado, en el fondo solo era una patética escusa para que no me dejara aquí, solo... con ella. Mi costado quema ante su presencia, puedo sentir la intensidad de su mirada sobre mí. En cuando esa puerta se cierra completamente yo me doy vuelta y camino lo más rápido que puedo al único lugar del que hace unos momentos quería escapar, aquella maldita celda alejada de todo.— Kurt...- su voz me acelera el corazón, ocasionando que cada latido sea doloroso, agónico, no puedo hablar con ella, no quiero verla, no estoy listo. — Déjame, si Lluvia me busca dile que regresé a la celda... No volteo a verla, apresuro el paso ignorando las miradas de los demás lobos del l
Rexon. Los platos de comida se están enfriando, tengo las manos enlazadas por encima de la mesa y miro el reloj que se encuentra en la pared con mucha desesperación. Lluvia siempre es muy puntual, me sorprende que no haya llegado a la comida. En las mañanas me levanto temprano para atender con mi padre los asuntos del lugar, después voy a mis sesiones con el doctor que no hace más que alagarme al final de cada una de ellas por el avance que he tenido, después regreso a casa, justo a la hora de la comida, en donde Lluvia y yo nos reunimos, el día de ella comienza un poco más tarde que el mío, está en sus entrenamientos y cuando terminan se da una ducha y el tiempo extra hasta que llego lo emplea para estar con los bebés; me sorprende que no llegara aún, han pasado ya 10 minutos, teniendo un extraño presentimiento que me golpea el pecho decido salir a buscarla, voy directo a nuestra habitación. Al abrir la puerta me encuentro con las chicas de servicio que están alimentando a los be
Lluvia. No puedo evitar sentirme nerviosa en cuanto esa puerta se cierra y me quedo a solas con el intimidante lobo pelirrojo, tiene el cabello corto de los costados, pero un tanto largo de arriba, todo músculo por donde lo vieras y alto, muy alto, rasgo general de los lobos al parecer. Él se sienta al otro lado del escritorio, se deja caer en la silla y sube sus botas arriba, me hace una seña al pequeño sillón que se encuentra al frente pegado a la pared. — Toma asiento princesa humana, creo que tenemos mucho de que hablar. - sin apartar mi mirada de él voy y me siento, hay algo en ese lobo que me parece familiar, pero por el momento no dejo que sea eso lo que me consuma la mente. — ¿Sabes que es lo que planea Devora?.- suelto la pregunta en cuánto me siento, él se queda pensativo un poco, apartando su mirada de mí y enfocándose en sus botas. — A gran detalle no, solo sé que quiere el trono, ser la próxima reina, pero para lograr eso le estorbabas tú... al principio me ofreció qu
"... la humana que derrotó al rey de los vampiros, claro que puede matar a una miserable loba, usa tu cabeza, explota tus recursos, cuentas con varios hombres que harían lo que fuera que les pidieras, además, eres una experta en la manipulación..."Las palabras que me dijo Julienth en aquel recuerdo que para mí fue un sueño (pero todo parece indicar que fue más que eso) regresan a mi cabeza haciendo eco, y tienen más fuerza después de lo que me dijo el lobo Liker, pensar que varios lobos lucharían a mi lado, en mi nombre y confíen en mí me deja sin palabras. Estoy sentada en una cama, Liker nos dejó una habitación para mí y Kurt, pasaremos aquí la noche, mañana va a ver una reunión con el consejo Alfa por el motivo de mí "secuestro" no tengo idea como consiguió Liker esa información, pero bueno, estoy nerviosa, me enfrentaré al consejo Alfa cara a cara, y no dudo que Rexon se ponga de mi lado, pero la idea de desencadenar una guerra no me parece de lo más emocionante. La puerta de l
Kurt. En cuanto entré me miraba con cierto toque de lástima, pero de pronto su mirada de torna dura, su voz sale firme y no puedo evitar pensar en mi madre, en ese momento que estaba a punto de recibir un regaño por hacer alguna travesura, pero esta vez, no hice nada, la miro extraño. — ¿Si?.- no entiendo que le pasa, quizás la conversación con aquel lobo no resultó satisfactoria. — Tienes que hablar con Nala.- suelto aire y ahora la miro con indiferencia, era eso...— Pensé que me dirías algo importante... voy a dormir. Tenía todas las ganas de preguntarle que había pasado con aquel lobo, a que arreglo habían llegado, pero si la conversación irá por ahí mejor me hago el dormido, me dejo caer boca abajo en la cama que esta delante de ella. — ¡Oye!.- se me deja caer encima, encajando su codo en mi espalda, es incómodo, pero no hasta el punto en que me haga daño.— No me ignores, sabes que necesitas hablar con ella. — Eso no es cierto, no quiero saber nada de ella.- mis propias pal