Kurt. En cuanto entré me miraba con cierto toque de lástima, pero de pronto su mirada de torna dura, su voz sale firme y no puedo evitar pensar en mi madre, en ese momento que estaba a punto de recibir un regaño por hacer alguna travesura, pero esta vez, no hice nada, la miro extraño. — ¿Si?.- no entiendo que le pasa, quizás la conversación con aquel lobo no resultó satisfactoria. — Tienes que hablar con Nala.- suelto aire y ahora la miro con indiferencia, era eso...— Pensé que me dirías algo importante... voy a dormir. Tenía todas las ganas de preguntarle que había pasado con aquel lobo, a que arreglo habían llegado, pero si la conversación irá por ahí mejor me hago el dormido, me dejo caer boca abajo en la cama que esta delante de ella. — ¡Oye!.- se me deja caer encima, encajando su codo en mi espalda, es incómodo, pero no hasta el punto en que me haga daño.— No me ignores, sabes que necesitas hablar con ella. — Eso no es cierto, no quiero saber nada de ella.- mis propias pal
Lluvia. Hoy es el día, en que se forma una alianza o inicia una guerra, estoy nerviosa... vamos en los autos que nos sacaron de la residencia real, pero ahora permitieron que Kurt viniera a mi lado, lo noto distraído, en ocasiones molesto y de pronto de una manera fugaz afligido, los hombres que van al frente es Liker y otro lobo que están conversando, aprovecho para hablar con Kurt. — ¿Cómo te fue anoche?.- le pregunto sacándolo de sus pensamientos, él ni siquiera regresó a dormir, tenía la vaga idea de que pasara la noche con Nala, pero después de ver su actitud al montarse al auto lo dudo. — Bien.- me responde cortante, esto no parece ser buena señal. — ¿Si hablaste con Nala?.- él niega con la cabeza y se pone a ver por la ventana. — En ningún momento dije que hablaría con ella, fui a escuchar lo que me tenía que decir a petición tuya, me pidió disculpas y la perdoné fue todo. — ¿Pero como vas a arreglar algo con ella si ni siquiera se permiten hablar? — ¿Quién dijo que quie
Rexon. La reunión con el consejo Alfa esta a poco de empezar, tenía pensado solicitar permiso para movilizar a todos los guardias imperiales para realizar la búsqueda de Lluvia y Kurt. Para mi sorpresa ellos entran por su propio pie por la puerta de nuestra habitación que da a los jardines, y no vienen solos, un par de lobos entre ellos Nala y el asqueroso de Liker. Mi primer impulso fue saltarle encima y atacarlo, Lluvia me lo impidió, me costó un esfuerzo sobrenatural ceder he ignorar mis impulsos, pero ella dijo que tenía una explicación para todo y vaya que lo tiene. Liker resultó ser un idiota que cayó en las trampas de Devora, para proteger a su gente accedió a secuestrar a Lluvia, no empatizo con él, pero me hace sentir aliviado que sus intenciones no fueran hacerle daño. Resulta que los renegados no están dispuestos a ser concentrados en una sola zona, ellos quieren libertad para hacer lo que quieran y vivir su vida a su manera... como un humano. El detalle es que Lluvia s
Lluvia. Devora parece sorprendida de que la dejara expuesta delante de todos, no se toma el tiempo en ver a los demás, me mira fijamente y sonríe tratando de trasmitir una seguridad que claramente no tiene. — Estás alucinando cosas linda...— Tengo testigos. Además el renegado que le pediste secuestrarme esta aquí presente. Nala aparece por una de las puertas, no estaba con los otros tres renegados que entraron conmigo, las alarmas de Devora se detonan, como las cosas se están poniendo bastante tensas algunos guardias imperiales se acercan, rodeando la mesa, Rexon les lanza una mirada, estos se detienen a una distancia prudente. — ¡Eso es mentira! ¡Son calumnias en mi contra! Estás enojada conmigo solo porque siempre he estado en contra de que tomes el trono y con lo que propones con los renegados no haces más que dar la razón, no entiendes nada. Devora se pone de pie y grita fuera de sí, los demás se mantienen en calma, pero es evidente la rigidez de sus cuerpos. — Devora tiene
Devora. Esto debe de ser una broma, no es posible que todo me salga mal, mis planes han estado perfectamente estructurados, pero siempre algún soplón o algo tiene que echarlo todo a perder. Ella tendría que estar muerta, pero sin embargo aquí esta, frente a mí, retándome en más de un sentido. ¿Cómo pueden preferirla a ella? ¿Cómo pueden aceptarla? ¿¡Por qué ella y no a mí? Desde pequeña siempre he obtenido lo que he querido, mi belleza y mi habilidad me han hecho merecedora de todo lo que deseo, pero desde la llegada de ella a mi maldita vida, todo lo que he querido no he podido obtenerlo, y ella sí. Me transformo en lobo con la esperanza desesperada de acabar con ella, ahora si no me cabe duda que estoy derrotada, seré condenada por mis actos en aquel dichoso juicio que se llevara en mi contra. Pero si voy a ser castigada por lo menos haré que valga la pena, y voy a hacer lo que debí haber hecho con mis propias manos hace tiempo. Acabar con esta humana. Me precipito en contr
Lluvia. Todos están sorprendidos por lo que dije, y no me pienso retractar, pero la que parece más conmocionada con todo esto es la misma Devora, su mirada y rostro reflejan la desesperación que está experimentando en su interior, se siente humillada, llena de vergüenza. — ¿Qué vas a hacerme? Tienes pensado torturarme antes de - escupe llena de molestia, pongo en blanco los ojos, limpio la sangre que tiene la daga en la manga de mi blusa. — Ya te dije que no soy igual a ti, tú eres una asesina yo no... — ¡Oh no! Se te olvida que el rey de los vampiros está en mejor mundo por tu mano.- la miro levantando una ceja. — Ya que tu cerebro parece no dar para mucho, te lo explicaré, yo no mate a Julienth por mero placer que eso es lo que hacen los asesinos, matar por placer o simplemente porque alguien no les agrada, lo hice porque él iba a matarme, era una amenaza. — ¡Yo también intenté matarte!.- su voz llena de odio hace eco en el lugar, al momento parece darse cuenta de su error, ac
Kurt. Cuando Lluvia regresó a la habitación donde estaba con los pequeños y me contó todo lo que había pasado no lo podía creer, me hubiera encantado estar ahí para ver, en especial el combate con Devora y podrá sonar un poco enfermo de mi parte, pero también me hubiera gustado contemplar como Lluvia la hizo perder el control y acabar ella misma con su propia mano. Pero enfocándonos en las buenas noticias, la coronación de Lluvia y Rexon será en tres días, consiguió la aprobación del consejo Alfa y la libertad de los renegados, esto no pudo salir mejor. — Sé que te dije que ya no tocaría más el tema, pero...- Lluvia evita mirarme, ya supongo a donde va esto de nuevo, estamos en su habitación, sentados en la cama observando a los bebés.— Hablé con Nala antes de venir aquí... ella como no tiene manada es parte de los renegados, al obtener libertad como ellos se marchará y... puede que no la vuelvas a ver nunca Kurt. Sus palabras me causan un escalofrío que me recorre todo el cuerpo y
Lluvia.El día no podía ser más bello y acorde al momento que estábamos a punto de celebrar, el tan esperado día de la coronación de los futuros reyes, Rexon y yo, este es un día que quedaría plasmado en la historia de los licántropos, ya que yo sería la primera reina humana que han tenido. Demostré estar a un nivel superior que una mismísima loba Alfa, ganándome le respeto y aprobación de quienes dudaban de mí.Estoy en mi habitación preparándome para el día más importante de mi vida, y lo significativo que tiene este momento no tiene nada que ver con la coronación, sino que también es el día de mi boda, el día en que me uniría al amor de mi vida. — Te ves hermosa. Nala está aquí conmigo en mi habitación admirando mi vestido de novia, la coronación a lo que me explicaran es solo una simple ceremonia en la que se nos entregarían a Rexon y a mi un collar significativo para la realeza, pero yo hice una modificación del evento para aprovechar la oportunidad y celebrar de una vez nuestr