Más suspenso y la intriga no puede faltar
Narra Jo Ann ¿Cómo es que siquiera saben mi nombre? Estas chicas si que hacen bien sus trabajos al odiar a alguien. Querida Jo Ann Muy en el fondo sé que tal vez ésta carta no llegue a tus manos pues seguramente mi hijo ya puso doble seguridad para ti, no nos conocimos en buenos términos y no te digo mi nombre por que lo mas seguro es que no lo has oído nombrar. Soy el padre de Damon, si es que se me puede llamar así, sé bien lo que he hecho, en su mayoría, lo más seguro es que Damon ya te hubiera hablado de nuestro problema hereditario, es una enfermedad demasiado pesada para cargar, llevo demasiado fantasmas ahora, igual que mi hijo. No hemos tenido un buen primer encuentro y la impresión que debes tener de mí, seguramente es pésima sin embargo quiero que sepas que no tengo nada contra ti, simplemente eres el blanco más fácil para acabar con Damon, unos días antes de nuestro encuentro tuve la oportunidad de investigar un poco...debo confesar que tienes ciertos rasgos parecidos a
Narra Jo Ann Respiro hondo y me preparo para dar media vuelta y ver la cara confusa de Damon –¿Y? –pregunta al ver que ninguna de las dos hablamos –Damon, ¿Podemos hablar después sobre ello? –miro a Daian y ella se decide a darnos un poco de espacio lo cual agradezco. –No, me dirás lo que sea que leíste en esas malditas cartas que te puso tan mal –había olvidado completamente ese inconveniente, decido que ya estoy lo suficientemente preocupada con mis padres como para agregarme esto, saco la carta que me mandó su padre de donde la tenía oculta y él la lee en silencio mientras sus músculos se tensan poco a poco, su mandíbula se vuelve visible y me pregunto que tanta presión ejerce sobre ella. –No soy igual que él, Jo Ann, tú y yo somos algo más que una simple pareja, eres más de lo que he tenido con cualquier otra mujer, eres la madre de mis hijos, todas estas ideas retorcidas son falsas, no he formalizado esto porque… –antes de que pueda seguir hablando pongo un dedo sobre sus lab
Narra Jo Ann Apenas abro los ojos me encuentro confundida, sin nisiquiera saber la noción del tiempo, me acurruco un poco más en la cama, tengo frío, trato de buscar algo con que cubrirme del clima de la majestuosa ciudad pero no hay nada cerca, termino por rendirme y al final me encuentro tan despierta que decido levantarme del suave lugar, salgo del gigantesco cuarto de hotel que parece ser mayormente un departamento de una planta, cuando me encuentro a Daian saliendo de su habitación también, el pasillo está iluminado por la luz artificial pero noto por las ventanas que la ciudad parece estar de noche. -Veo que ya has despertado, he caído rendida en cuanto he tocado esa espléndida cama, París tiene cosas mágicas y ni siquiera he salido del hotel, en fin, el viaje fue largo y nos cansó a todos, terminamos durmiendo antes de tiempo - -¿Qué hora es en esta ciudad? -mi cuerpo se siente como si necesitara empezar el día justo ahora -Aquí casi es medianoche pero con nuestro horario a
Narra Jo Ann-Ella ha dicho que sí, lo vez trofeo, no tenían que llorar, ahora hay que festejar hasta embriagarnos, excepto tú, Jo Ann, tú estás embarazada- grita Frank tomando un par de botellas.-Tomaré jugo de uva para brindar- ellos rellenan las copas y nos juntamos en un pequeño círculo, Damon mantiene sus manos en mi cintura y besa mi mejilla repetidamente.-Brindemos por una vida juntos - susurra Damon en mi oído chocando nuestras copas.-Y bueno ya que estamos planeando la boda del año… creo que es momento de decirles algo a todos juntos- menciona el entrenador tomando a Daian por la cintura provocando una sonrisa de ternura en mi rostro.-Daian y yo, tenemos una relación- dice de forma apenada, es la primera vez que veo al hombre mayor sonrojarse desde que lo conozco.- Nosotros, ¿quienes?- preguntan los chicos sin poderlo creerlo mientras beben su segunda copa.-Daian y el entrenador, par de idiotas -los chicos quedan anonadados cuando Damon dice eso, lo miro por un momento,
Narra Jo Ann Respiro hondo una vez dentro del elevador y presiono el botón, antes de salir me he cambiado por un atuendo más adecuado a las frías temperaturas de aquí, camino con mis manos entre los bolsillos hasta llegar a la recepción pero antes de poder hacerlo veo a John junto a tres hombres trajeados platicando, me escondo tras una pared evitando ser vista por cualquiera y busco una salida, lo único que encuentro son los baños pero quedan demasiado lejos, me verán, una pareja se sienta en unos sillones cerca de mí, la señora trae un bultoso sombrero a juego con sus lentes y una bufanda demasiado grande, camino hasta ellos con sigilo y me siento a su lado discretamente, sin levantar demasiado mi rostro. - Necesito su sombrero, gafas y la bufanda- hablo en un susurro. Dios me siento como en una película de espías...y debe ser la adrenalina porque, me encanta. -¿Qué? -preguntan ellos desconcertados mirándome con cara de sospecha. - Vamos, ¡pagaré por ellos! es una emergencia - le
Narra Jo Ann- Y entonces, ¿Para qué quieres retenerme aquí, cuál es tu "malvado" y patético plan?- ¿Mi malvado plan? Bueno pues ya que no saldrás de aquí supongo que puedo contarte mis secretos- me dice centrándonos en la que parece la sala del lugar sobre un sillón amplio, veo a un hombre acercarse hasta nosotros, trago saliva al verlo mejor, parece alguna clase de peleador retirado y tiene una gran cicatriz en el rostro, pero en vez de acercarse a mi, solo rellena la copa del hombre mayor frente a mi- ¿Y bien? lo animo fingiendo valor- cuando da un sorbo a su bebida- Yo era un hombre joven en el pasado, tan famoso como lo es ahora Damon, chicas, contratos, dinero y placer a donde iba, soy realmente bueno en lo que hago, el tiempo fue pasando y yo con él, me volví viejo para el juego como muchos dicen, pensar que alguien más grande puede vencer a alguien joven no es convincente, el boxeo de antes cambió a lo que es ahora, niños bonitos y musculosos peleando como niñas.. Todos lle
Narra Jo Ann- Damon- grito en un susurro para que los guardaespaldas que están afuera no escuchen, trago las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos y me concentro.- ¿Jo Ann? Maldita sea ¿dónde estás?- pregunta con desespero, oigo algunas voces lejanas pero no hago caso, debo concentrarme en lo importante.-Damon, tienes que escucharme, tengo muy poco tiempo...No pierdas esa pelea, gana el campeonato, tienes que hacerlo, has luchado toda tu vida por este momento- evito soltar lágrimas o dejar escapar cualquier sonido que indique que esto me duele en el alma.-No, de ninguna jodida manera haré eso, te traeré de vuelta, estaremos en casa pronto, no me importa el jodido trofeo...te necesito a ti- niego con la cabeza aun cuando soy consciente que no puede verme, su necedad es casi igual a la mía.-Por favor, Damon...piensa en tú futuro, en tú felicidad, no has trabajado todo este tiempo para nada, este es tu sueño, has trabajado tanto para llegar a esto...no lo eches a la basura por
Narra Jo Ann-Están bien, te duele algo, ¿algún malestar?- pregunta Damon apurado tocando mi vientre, río levemente, estamos sentados en un pequeño sofá de su camerino y mis pequeños se mueven demasiado, Damon aún sigue vestido con su ropa de boxeo aunque se ha puesto su bata encima.-No, nada de eso, creo que solo están emocionados de escuchar tu voz- le calmo recargando mi cabeza en su cuello-Sólo promete que me dirás cualquier cosa por mínima que sea- asiento cerrando los ojos, los latidos de su corazón me relajan más que cualquier melodía.-De todas formas ¿qué se supone que haríamos? tendrían que esperar hasta estar con el Doctor Miguel, después de todo él es el especialista que me atenderá- si llegara a tener algún problema tendríamos que viajar fuera de París- Bueno, Miguel es tu doctor y un buen amigo, sus consejos me han sido muy útiles, además aunque no lo haya dicho al principio él ya me conocía, es algo así como mi fan...le he invitado a él y a su hija a venir a París -