Narra Jo AnnAún sigo sentada en mi habitación después de colgarle a Harry, mi cerebro se encuentra tan abrumado por las noticias de los último minutos que está en blanco eso hasta que unos toques en la puerta me hacen sobresaltar, respiro un par de veces pero no respondo, la persona afuera parece tomar el silencio como una afirmación para pasar aunque no es así.–Jo Ann, Damon te está esperando, al parecer él y el entrenador harán una pelea simulada, quiere que estés ahí –en todo el tiempo que le toma decir eso no lo miro a los ojos, en mi cabeza una vocecita no deja de decirme que seguramente ellos, todo el equipo sabe sobre el matrimonio de Damon y me lo han ocultado, son unos traidores, debí saber siempre que su lealtad hacia Damon no se rompe, seguramente les silenció la boca a todos con dinero y ellos aceptaron gustosos.–Mis bebés preferirían descansar –le digo remarcando la primera palabra, si esto se trata de tomar bandos entonces somos nosotros tres contra el mundo.–Él real
Narra Jo Ann–Alto, espere por favor, no conduzca, estoy embarazada, este hombre me tiene retenida en contra de mi voluntad –le grito al hombre que está al volante en la camioneta cuando Damon intenta que entre por la parte de atrás, veo cómo el hombre mira la situación a través del espejo retrovisor, mantiene la mirada fija en Damon y después en mí, lo veo hacer un movimiento, creo que sacará su teléfono para llamara la policía pero el hombre solo se acomoda mejor para poner el cinturón de seguridad sobre él.–Raul no dirá nada, le pago demasiado dinero y me es leal, además, sabe que eres mi novia y aunque estuviera llevando un cuerpo o unas prostitutas seguiría completamente callado como ahora –me dice dejando mi cuerpo en la parte trasera acomodando mi cinturón de seguridad alrededor de mi voluminosa panza con mucho cuidado.–Idiota – susurro por debajo con el suficiente tono para que me escuche pero noto al conductor subir la mirada –No es a tí Raul – aclaro de inmediato y el homb
Narra Jo AnnMiro a Damon incrédula, mientras él se acerca a la silla de ruedas con la joven.–Hola Rosario, ¿cómo has estado? –le pregunta Damon poniéndose a su altura pero ella ni siquiera lo mira.–El suelo es bonito, ¡mira una hormiga! –exclama fascinada por cosas tan sencillas sin siquiera notar nuestra presencia, no mira a nadie a los ojos, parece saber que estamos aquí pero no es de su interés.–Rosario –la mano de Damon viaja hasta su mentón y de manera firme hace que lo mire, la muchacha lo ve a los ojos y sonríe abiertamente cuando conectan miradas.–¡Boxeador! –sus temblorosas manos viajan hasta su rostro y suelta una carcajada estruendosa.–Quiero presentarte a alguien – ella vuelve su mirada al suelo y Damon solo aprieta su mano con cariño, se queda un momento en silencio como si estuviera absorto en sus pensamientos y después se levanta para mirarme.–No me has traído dulces –recuerda con voz desilusionada como si no hubiera escuchado lo anterior.–Lo haré para la próxim
Narra Jo Ann Estamos de nuevo en casa, tan tranquilos como pocas veces, desde que estamos juntos, es extraño estar tan tranquilos de hecho, en los últimos días hemos estado poco tiempo juntos debido a sus constantes viajes por la gira pero justo ahora es muy reconfortante estar aquí sin el reloj en nuestra contra. Damon cierra la puerta de la entrada a mis espaldas y se tira al sofá de la entrada a mi lado. –Aún tengo hambre – confieso cuando deja caer su pesada musculatura a mi lado. –Haré algo de comer –lo miro incrédula viendo como se levanta para ir a la cocina, espero un momento y después lo sigo, saca un par de cosas de la heladera y las pone sobre la isla, camino para ver un poco más de cerca los alimentos. –No sabía que podías cocinar –me siento para no estorbarle al ver que camina sacando cosas por todos lados. –Aunque no lo creas, Daian no ha estado toda la vida conmigo, además, es una habilidad que casi no presumo, lo hago tan bien que temo me lo pidan cocinar todos lo
Narra Jo Ann Las últimas horas pasan borrosas por mi memoria pero siento a Damon a mi lado todo el tiempo, hasta que tocan a la puerta, todos parecen moverse apresurados a nuestro alrededor y el silencio por fin llega cuando Miguel entra apresurado, me ha hecho todos los análisis correspondientes, sangre, ha tocado mi abdomen repetidas veces, saturación de oxígeno, y todas esas cosas, los murmullos son inevitables hasta que termina de revisar los análisis –Miguel, por favor –le suplicó por respuestas con los nervios destrozados. –Todos pueden respirar tranquilamente, ha sido una falsa alarma, eres madre primeriza Jo Ann, todo está bien, pueden presentarse leves sangrados durante la gestación del bebé, nada de qué preocuparnos, hice todos los análisis y están sanos– siento a Damon a mi lado sacar todo el aire contenido en sus pulmones y como me abraza fuerte después de la noticia Frank y John son los encargados de despedir a Miguel mientras Damon y yo nos consumimos en nuestro pequ
Narra Jo Ann ¿Cómo es que siquiera saben mi nombre? Estas chicas si que hacen bien sus trabajos al odiar a alguien. Querida Jo Ann Muy en el fondo sé que tal vez ésta carta no llegue a tus manos pues seguramente mi hijo ya puso doble seguridad para ti, no nos conocimos en buenos términos y no te digo mi nombre por que lo mas seguro es que no lo has oído nombrar. Soy el padre de Damon, si es que se me puede llamar así, sé bien lo que he hecho, en su mayoría, lo más seguro es que Damon ya te hubiera hablado de nuestro problema hereditario, es una enfermedad demasiado pesada para cargar, llevo demasiado fantasmas ahora, igual que mi hijo. No hemos tenido un buen primer encuentro y la impresión que debes tener de mí, seguramente es pésima sin embargo quiero que sepas que no tengo nada contra ti, simplemente eres el blanco más fácil para acabar con Damon, unos días antes de nuestro encuentro tuve la oportunidad de investigar un poco...debo confesar que tienes ciertos rasgos parecidos a
Narra Jo Ann Respiro hondo y me preparo para dar media vuelta y ver la cara confusa de Damon –¿Y? –pregunta al ver que ninguna de las dos hablamos –Damon, ¿Podemos hablar después sobre ello? –miro a Daian y ella se decide a darnos un poco de espacio lo cual agradezco. –No, me dirás lo que sea que leíste en esas malditas cartas que te puso tan mal –había olvidado completamente ese inconveniente, decido que ya estoy lo suficientemente preocupada con mis padres como para agregarme esto, saco la carta que me mandó su padre de donde la tenía oculta y él la lee en silencio mientras sus músculos se tensan poco a poco, su mandíbula se vuelve visible y me pregunto que tanta presión ejerce sobre ella. –No soy igual que él, Jo Ann, tú y yo somos algo más que una simple pareja, eres más de lo que he tenido con cualquier otra mujer, eres la madre de mis hijos, todas estas ideas retorcidas son falsas, no he formalizado esto porque… –antes de que pueda seguir hablando pongo un dedo sobre sus lab
Narra Jo Ann Apenas abro los ojos me encuentro confundida, sin nisiquiera saber la noción del tiempo, me acurruco un poco más en la cama, tengo frío, trato de buscar algo con que cubrirme del clima de la majestuosa ciudad pero no hay nada cerca, termino por rendirme y al final me encuentro tan despierta que decido levantarme del suave lugar, salgo del gigantesco cuarto de hotel que parece ser mayormente un departamento de una planta, cuando me encuentro a Daian saliendo de su habitación también, el pasillo está iluminado por la luz artificial pero noto por las ventanas que la ciudad parece estar de noche. -Veo que ya has despertado, he caído rendida en cuanto he tocado esa espléndida cama, París tiene cosas mágicas y ni siquiera he salido del hotel, en fin, el viaje fue largo y nos cansó a todos, terminamos durmiendo antes de tiempo - -¿Qué hora es en esta ciudad? -mi cuerpo se siente como si necesitara empezar el día justo ahora -Aquí casi es medianoche pero con nuestro horario a