Harry me da una copa mientras el bebe otra, la suya está llena de vino y la mía solo con jugo de uva.–Ahora, ¿me platicaras tu historia? –pregunta intrigado, recojo mis piernas sentándome en forma de indio y doy un largo suspiro.–No hace mucho que acabé la carrera como masajista profesional, no estaba buscando un trabajo ni nada por el estilo. Él me encontró en una pelea, se obsesionó conmigo al grado de contratarme en su equipo aún sin tener la más mínima experiencia en su campo.Me enamoré perdidamente de él, llamaba la atención de cada chica al lugar a donde íbamos, él me hacía sentir...especial, creí que lo era –un nudo se forma en mi garganta y me doy cuenta de lo mucho que duele recordar.–No te lastimes más, te llevaré a tu casa para que descanses un poco y podrás contarme cuando estés lista –Asiento agradecida y dejo el vaso medio lleno sobre la mesa.Recojo mis cosas y caminamos juntos hasta la puerta saliendo hasta su auto.El camino se vuelve silencioso, él no dice nada y
Narra Escorpión Camino rápidamente por los pasillos del hotel, todo el equipo sale tras de mí apurado, John les da su boleto de avión y ellos lo aceptan con cara de duda. –¿Iremos a buscarla? – Daian es la primera en hablar para preguntar, ni siquiera tiene que mencionar su nombre, todos saben que ella es la única que haría esta clase de locuras. –No solo a buscarla, la traeré de vuelta –demando mientras seguimos caminando. –Ya hemos cambiado la pelea, me costó un par de favores más un fajo de billetes malgastados pero aceptaron –informa el entrenador antes de entrar a las camionetas. –Eso era todo lo que me interesaba –murmuro azotando mi puerta, suspiro cuando estoy dentro recargando mi cabeza en el respaldo, solo puedo rogarle a Dios que me ayude a no perderla...a no perderlos. *** Estamos en el aeropuertos con toda la gente apurada por tomar sus vuelos, odio no poder ocupar mi jet privado, incluso esto era mejor con ella a mi lado. –Las maletas están pasando la revisión pod
Narra EscorpiónNo dejo de mirar la pantalla de mi teléfono, he logrado rastrear a Jo Ann, está a dos carros delante de nosotros en una calle demasiado transitada, ya se han dado cuenta de nuestra presencia, saben que vamos por ellos y aunque hacen lo posible por perdernos no lo logran.–Pero que mierda? –murmuro al ver desaparecer el punto que se supone es Jo Ann en el mapa de mi teléfono, los cerebritos en tecnología han logrado incrustar una aplicación a distancia para seguirle el rastro o algo así pero ahora ha desaparecido, pero ni siquiera eso logrará detenerme, también logré que conectaran uno a cada teléfono de su círculo cercano, incluyendo al maestro de cuarta, se que estaban juntos así que ahora lo rastreo a él.–Acelera, ahora –gruño de manera amenazante al chofer, él asiente concentrado mientras le ordeno las calles que debe seguir.–Hacia la derecha y después a… –el punto que rastrea al maestro desaparece igual de repentinamente que el de Jo Ann, ahora sí los hemos perdi
Narra Jo Ann Nadie hace ningún movimiento, mis ojos no se apartan de él en ningún momento, trato de regular mi respiración mientras sigo sosteniendo la herramienta pesada en una de mis manos. –Largo –es todo lo que dice Escorpión con voz firme sin despegar su mirada de mí, expulso el aire de mis pulmones y veo a Harry ser soltado por aquellos matones, trato de caminar hasta él pero la firme musculatura de Escorpión se pone en medio para impedirlo. –Ellos se encargarán –menciona en un tono hostil, pero poco me importa ahora, lo miro por un momento y después sigo mi camino, Harry está tirado en la alfombra mientras trata de recuperar el aire perdido con una fina línea de sangre sobre su labio inferior. –¿Estás bien? –pregunto mientras lo ayudo a pararse, él asiente con un movimiento de cabeza y caminamos hasta la salida mientras se apoya sobre mi para no caer, pero antes de poder salir por completo Escorpión sujeta mi mano deteniéndonos a ambos. –He dicho que ellos se encargan –veo
Tomo la bolsa con ropa que me había dado Vi y camino a paso lento hasta el baño, estoy débil, demasiado, mis piernas tiemblan con tan solo tratar de sostenerse en pie, pero mi deseo por salir de este horrible lugar es mayor. Me cambio despacio y doy gracias a Vi por traer una blusa suya un poco suelta pues una más pegada no me hubiera entrado, el abdomen apenas se me ve abultado pero la ropa de Vi es minúscula por sí sola. Salgo con algunas marcas de las agujas en mis brazos y veo a Vi entrar con una sonrisa y una silla de ruedas entre sus manos. –Conseguí la silla y el número telefónico de un guapo enfermero –exclama con una radiante sonrisa alzando un pequeño papel blanco. –Al menos alguien puede sacar algo bueno de todo esto –me alegro mientras me ayuda a sentarme en la silla, suspiro cuando estoy sentada y pongo la mano en mi vientre, cierro un poco los ojos por el cansancio mientras siento cómo nos movemos por el lugar, hasta que oigo a Vi murmurar una cancionsita de espías.
Narra Jo Ann Noto la sorpresa del taxista cuando le grito pero aún así lo hace, ganamos tiempo mientras todos sus hombres suben a los coches y gracias a la gran cantidad de taxis en esta ciudad logramos camuflarnos. Las patrullas encienden sus sirenas llamando la atención de la gente entre ellos la del taxista. –¿Acaso está escapando de la ley, señorita?- pregunta el hombre de avanzada edad sin despegar la vista del camino cuando se da cuenta de la cantidad de autos detrás. –¿Me veo como una mujer capaz de hacerlo? –le reto mirando varias veces hacia atrás viendo los autos acercarse. –¿Entonces por qué es todo este alboroto? le advierto que si es algo ilegal yo la bajaré y… – –Por favor, no lo haga, no estoy metida en nada ilícito… mi ex novio es un hombre con mucho dinero y está buscándome, con toda esa gente tras de él – –¿Es por ese bebé? –lo miro anonadada sin saber cómo supo de mi estado, apenas y yo lo alcanzo a notar. –¿Cómo se dió cuenta? –me atrevo a preguntar. –Hace
Narra Jo AnnLa madre de Fedra trae para ella un mismo conjunto igual al mío, ella se lo pone dentro de los probadores y al poco rato aparece.–Tu cabello es casi idéntico al mío así que no necesitarás una gorra –le digo mientras tomo un pequeño cojín y ella lo acomoda en su plano vientre.–¿Qué tal? –nos ponemos juntas frente a su madre y ella hace una señal de aprobación, definitivamente mi panza no es tan grande como lo hace ver el cojín sobre de ella pero los hombres nunca saben de esto.–Entonces nos meteremos en la bodega y cuando mi madre de la señal saldré corriendo ––Y yo esperaré unos segundos para salir en la dirección contraria pero por la puerta de enfrente y por favor no se te olvide pedir ese dinero antes de que corran tras de Fedra –Todas suspiramos esperando que vaya a funcionar.–¿Listas? –nos pregunta a las dos y asentimos, ella camina hasta la puerta principal y llama la atención de algunos de los hombres.–Escuché que buscaban a una muchacha ––Así es, ¿la ha vis
Narra Jo AnnLo miro seria esperando una respuesta.–Regresé por ti –trago en seco y miro hacia otra dirección evitando su mirada.–Me echaste y vi tus ojos, no estuviste oscuro ese día –su semblante se vuelve aún más serio al escuchar mis duras palabras.–Yo no… –antes de que pueda seguir hablando el coraje me gana y lo interrumpo.–Tú sí, Damon, me dejaste una maldita carta donde me decías gentilmente que me fuera a la mierda y te dejara en paz –el coraje me hace rabiar y decir las palabras sin alguna clase de tacto.–Eso fue antes de saber de nuestro hijo –abro la boca por un momento pero en seguida la cierro, era lógico que ya lo sabía.–No te confundas Damon, este es mi hijo, yo no te iba a amarrar a mí por él, ninguno de nosotros dos íbamos a recoger las migajas del amor que nos ofrecías, es muy pequeño para caer en tu oscuro mundo –mis palabras parecen lastimarlo pero no tanto como el que dolor que causó en mí ese día.–No te aparté de mi lado por falta de amor, al contrario te