Mi viejo fue un pájaro que nunca se apoyó en sus pichones para estas cosas tan crueles, su eslogan era “menos fantasía, más comida y buena educación” quizás por eso siempre que le pagaban en el trabajo, antes de hacer cualquiera otra cosa, lo primero que se echaba al hombro era un saco de semillas para asegurar la comida del mes de sus pichones. Él decía que en un nido nunca debía faltar la comida, porque el peor desorden siempre lo ocasiona el hambre. Mi padre siempre pensaba en todo, él también decía que el poco rendimiento de un pajarito en la escuela se debía más a la falta de alimento que a cualquiera otra cosa.
Mis viejos no fueron papás solamente, sino también mis mejores maestros. A veces cuando me preguntaban qué cuál era mi maestro,- yo les respondía.- qué cuál de los tres?, si el de la escuela o l
Era una tarde cualquiera de un mes primaveral de un año bisiesto, cuando sentado en mi oficina sin nada que hacer, vi transcurrir casi todo el día sin haber recibido la visitade ningún cliente.La tarde estaba nublada, casi a punto de llover, lo que hizo transformar su clima de fresco a frio, cosa que consideré oportuna para ponerme a leer una de las obras del psicoanalista Austriaco SIGMUND FREUD, que formaban parte de mi librero.Traté de ponerme cómodo y opté por cruzar mis piernas sobre el escritorio, cosa no muy usual en mí, pero el aire fresco que arropaba la tarde y aquellas gruesas gotas de lluvia que tejían la ciudad, me hicieron creer que ese inusual comportamiento podría pasar inadvertido. Fue entonces, cuando al momento de entregarme a su lectura, fui sorprendido por un ave extraña muy poco vista en mis entornos que apareció de re
Al quitar la envoltura de esta frase, sentí un gran alivio, ya que pude sacar a mi cuerpo del estado anormal en que se encontraba. Ahí mismo, también pude reparar de que se trataba de un ave inofensiva, al recordar que cuando niño había leído mucho sobre este tipo de pájaro. Por los colores blanco y azul turquesa de sus plumas y por sus patas y pico negros pude sopesar que era un ave Urraca de las que habitan en las montañas que quedan al norte de México y Costa Rica. Son pájaros totalmente vocingleros que por lo general les gusta volar en grupo, lo raro y extraño de todo esto, fue ver a este pájaro llegar solo a mi
Yo para ese tiempo ni siquiera había salido de la vida oval del vientre de mi madre y gracias a este viaje de polizones, pude pertenecer a esta gran familia caribeña, ya no sólo como un simple admirador, sino como hijo legítimo de sus montes y valles. Pero como nosotros los pájaros no tenemos boca, sino un pico, yo creo que por abrirlo un poquito no estaríamos haciendo ningún daño a nadie. Ni tampoco con decir que casi todos los países del mundo se han dejado hipnotizar por los ojos codiciosos de las grandes potencias quedando dormidos en la cama imperial del opio, por el tiempo exacto en que cargarían con todas sus riquezas. Lamentablemente ya metí las patas en el charco y como pájaro, nunca aprendí a volar hacia atrás aunque el viento estuviera en contra mía, eso quiere decir, que mi padre nunca me enseñó a volar de reversa ni tampoco sentí la necesidad de pedíCapitulo 4
El derecho a la educación gratuita apoyada en la economía del Estado; El derecho al trabajo, sujeto al pago de una buena retribución que le permita a cada pájaro vivir honradamente con su familia; El derecho a la salud y la alimentación como fuente esencial de la vida; El derecho a la religión y al deporte como apoyo al fortalecimiento espiritual y salud física y mental de cada pájaro. Por eso, he decidido llegar hasta aquí, porque sólo un “picapleitos” como tú, puedes ayudarme a que el patuscrito que traigo debajo de mis alas, pueda convertirse en un libro, que deberás titular A LA SOMBRA DEL COCODRILO, – sé que te preguntarás ¿y por qué con ese nombre? Muy sencillo, como tú sabrás muy bien, que hace algunos años casi todos los gobiernos de América Latina, querían gobernar sus países a la fuerza y para lograrlo recurrían casi siempre a métodos represivos y sanguinarios, frente a cualquier información o idea contraria a sus quehaceres políticos.Entonces pensé que podían hacer conmigo lo mismo que hicieron con casi todos los obreros de la prensa de una época a la que se le identificó como “El gobierno de los doce años”, que no sólo llegó a romper las c&aacCapitulo 6
Pues desconocíamos en lo absoluto, de que el crimen de desfalco aparte de crimen, también era un virus que se contagiaba con la llegada al poder de cualquier pájaro.Llegamos a entender un poco tarde, que este virus, no se encuentra nunca presente en un pájaro político que aspire a la presidencia de un pueblo, sino que el mismo nace del caliente de la silla que hay en cualquier palacio gubernamental. Por eso, siendo una nación de aves ignorantes en aquel momento, nos hizo caer en la aplicación de métodos rudos y violentos, por ejemplo: Cuando un pájaro presidente cometía un desfalco al Estado, a éste se le quemaba en su nido con todo y familia, porque entendíamos que ya por el hecho de cobrar cien veces más por encima del salario mínimo de un ave en el sector privado, de por sí, resultaba un acto injusto. Por tanto no le permitíamos a ningún presidente que ap
Nuestra sociedad, siempre fue y ha sido muy firme frente al delito y el crimen y sumamente drástica cuando se tratara de un desfalco de la cosa pública. Nunca se tomaron en cuenta los apellidos para la aplicación de la ley y el castigo de los malos actos.Ni tampoco, estuvimos de acuerdo con el trueque que implicara el cambio de una condena por una suma de dinero, ya que esto convertía a la sociedad en negociadora del delito y el crimen, donde sólo salía beneficiado el de la bolsa más fuerte, quien con la fuerza de la riqueza y el poder lograba torcer la espada de la ley y ablandar el corazón de los jueces. Dando al traste no sólo con la burla del individuo como víctima, sino también de la sociedad misma.Siempre fuimos grandes críticos y celosos observadores de la aplicación de las normas jurídicas, pues no queríamos que estas se convirtieran en el relajo de pol&ia