Yo para ese tiempo ni siquiera había salido de la vida oval del vientre de mi madre y gracias a este viaje de polizones, pude pertenecer a esta gran familia caribeña, ya no sólo como un simple admirador, sino como hijo legítimo de sus montes y valles.
Quisiera aclararte que no he venido a tu oficina con un expediente de desfalco, atraco o robo para que me defiendas, no, eso no, en la sociedad de aves no existe la delincuencia ni los funcionarios deshonestos y corruptos, como ocurre entre ustedes los hombres, a quienes venimos observando desde hace siglos. Que han sabido pagarles a jueces para que condenen a un pueblo inocente a quien nunca se le ha dotado de suficientes escuelas para su educación. Y también abusan del infeliz a quien pagan un sueldo de miseria después de un largo mes de trabajo y más tarde le mandan al cobrador de impuestos para despojarlo de lo poco que se ha ganado.
Son muchas las injusticias que los pájaros han tenido que callar, y el no decirlas o compartirlas con alguien podría desmejorar la salud de cualquier ave, por esta razón y aunque nos cueste el pico, hemos preferido ponerlas en manos de un hombre de conciencia, para que se ocupe de publicarlas. Yo sé que cualquier padre de familia que comparta su hambre con sus hijos y con su propio pueblo, no estaría tan lejos de reconocer que el culpable de su desdicha está en la misma persona a quien dio su voto a cambio de una promesa.
Sabemos que no se atrevería a negarlo, porque no ha sido una ni dos veces en que lo han engañado, como tampoco debe desconocer que son ellos mismos los que también cambian o negocian por hojas de batatas el oro o cualquier otro metal precioso, propiedad legítima de los pueblos.
En verdad daría mucha pena y vergüenza que siendo las aves de cerebros con menos capacidad que el del hombre, como bien algunos así los han creído, tengamos que ser nosotros los pájaros los más llamados a defenderlos de las garras de los países del norte o de cualquier otra parte del mundo, que aprovechando la debilidad o flaqueza del peso o la moneda de los países pobres, penetran a ellos como “Pedro por su casa” para luego cargarse con las riquezas naturales que guardan sus tierras.
Nosotras las aves, que sabemos volar por los muelles y aduanas, vemos casi todo lo que sale pero nunca vemos lo que entra. Si es magia o no, yo creo que ni con la lámpara de Aladino se podría llegar a descifrarla muy bien. Pero mientras estas cosas pasan, no se requiere del papel de un mago para descubrirlas, sino de la sabiduría de los pueblos o naciones que sufren las consecuencias.- ¡Pero bueno! No quisiera meter mucho el pico en esta vaina, no vaya a ser que por abrirlo tanto, la verdad pueda llegar hasta el palacio de gobierno y mis plumas cambien de color y me huelan a pólvora o que las municiones entren por mis poros en lugar de mis plumas. Pero estas son cosas que no soy yo solo quien las sabe, creo que hay otros que al saber demasiado prefieren mejor callarlas, porque tienen un refrán consejero que siempre les dice “Que en boca cerrada no entran moscas”.
Pero como nosotros los pájaros no tenemos boca, sino un pico, yo creo que por abrirlo un poquito no estaríamos haciendo ningún daño a nadie. Ni tampoco con decir que casi todos los países del mundo se han dejado hipnotizar por los ojos codiciosos de las grandes potencias quedando dormidos en la cama imperial del opio, por el tiempo exacto en que cargarían con todas sus riquezas. Lamentablemente ya metí las patas en el charco y como pájaro, nunca aprendí a volar hacia atrás aunque el viento estuviera en contra mía, eso quiere decir, que mi padre nunca me enseñó a volar de reversa ni tampoco sentí la necesidad de pedí
El derecho a la educación gratuita apoyada en la economía del Estado; El derecho al trabajo, sujeto al pago de una buena retribución que le permita a cada pájaro vivir honradamente con su familia; El derecho a la salud y la alimentación como fuente esencial de la vida; El derecho a la religión y al deporte como apoyo al fortalecimiento espiritual y salud física y mental de cada pájaro. Por eso, he decidido llegar hasta aquí, porque sólo un “picapleitos” como tú, puedes ayudarme a que el patuscrito que traigo debajo de mis alas, pueda convertirse en un libro, que deberás titular A LA SOMBRA DEL COCODRILO, – sé que te preguntarás ¿y por qué con ese nombre? Muy sencillo, como tú sabrás muy bien, que hace algunos años casi todos los gobiernos de América Latina, querían gobernar sus países a la fuerza y para lograrlo recurrían casi siempre a métodos represivos y sanguinarios, frente a cualquier información o idea contraria a sus quehaceres políticos.Entonces pensé que podían hacer conmigo lo mismo que hicieron con casi todos los obreros de la prensa de una época a la que se le identificó como “El gobierno de los doce años”, que no sólo llegó a romper las c&aacCapitulo 6
Pues desconocíamos en lo absoluto, de que el crimen de desfalco aparte de crimen, también era un virus que se contagiaba con la llegada al poder de cualquier pájaro.Llegamos a entender un poco tarde, que este virus, no se encuentra nunca presente en un pájaro político que aspire a la presidencia de un pueblo, sino que el mismo nace del caliente de la silla que hay en cualquier palacio gubernamental. Por eso, siendo una nación de aves ignorantes en aquel momento, nos hizo caer en la aplicación de métodos rudos y violentos, por ejemplo: Cuando un pájaro presidente cometía un desfalco al Estado, a éste se le quemaba en su nido con todo y familia, porque entendíamos que ya por el hecho de cobrar cien veces más por encima del salario mínimo de un ave en el sector privado, de por sí, resultaba un acto injusto. Por tanto no le permitíamos a ningún presidente que ap
Nuestra sociedad, siempre fue y ha sido muy firme frente al delito y el crimen y sumamente drástica cuando se tratara de un desfalco de la cosa pública. Nunca se tomaron en cuenta los apellidos para la aplicación de la ley y el castigo de los malos actos.Ni tampoco, estuvimos de acuerdo con el trueque que implicara el cambio de una condena por una suma de dinero, ya que esto convertía a la sociedad en negociadora del delito y el crimen, donde sólo salía beneficiado el de la bolsa más fuerte, quien con la fuerza de la riqueza y el poder lograba torcer la espada de la ley y ablandar el corazón de los jueces. Dando al traste no sólo con la burla del individuo como víctima, sino también de la sociedad misma.Siempre fuimos grandes críticos y celosos observadores de la aplicación de las normas jurídicas, pues no queríamos que estas se convirtieran en el relajo de pol&ia
Todos estos crímenes y delitos, fueron enfocados en la razón de sus verdaderas causas sociales, y desde esa óptica, comenzamos a fortalecer grandemente la educación del país con la construcción de escuelas y universidades. Fue otro punto principal de nuestra agenda, la creación de nuevas fuentes de trabajo contribuyendo al apoyo de una exacta valoración; Hicimos también un correcto enlace con los valores culturales, religiosos y deportivos; les proporcionábamos un verdadero plan de salud y alimentación a cada familia en particular y a la construcción de sus nidos a prueba de cualquier fenómeno de la naturaleza.Gracias a estos mayores esfuerzos, pudimos romper con nuestro sistema arcaico y obsoleto, de creer que con la aplicación de la grave pena y el uso descomunal de la fuerza bruta surgidas de la propia ignorancia y el mal uso del fusil, nos iba a limpiar totalmente del
El desfalco y el robo en el ejercicio de un cargo público o privado es la práctica más asquerosa del ser humano, sin embargo, a pesar de ser uno de los peores crímenes que puede cometerse en perjuicio de una nación, se dejan pasar desapercibidos, sin que las autoridades les brinden la menor importancia y de hacerlo, de muy rara vez, en su mayoría se quedan engavetados sin que la sociedad se dé cuenta de la suerte que han corrido esos expedientes.Este virus social, el cual parece un mal sin remedios, ha sido uno de los crímenes más devastadores de todos los tiempos, y el más visible de todos los delitos, pues cualquier funcionario en toda su carrera ministerial en el ejercicio de un cargo, nunca justificaría su exceso de riqueza, por tal razón resultaría fácil poder establecer su responsabilidad directa con el crimen, pero casi siempre se queda empañado debido a la corresp
Hace un tiempo salí a darme un baño de sol en compañía de algunos pajaritos vecinos y volamos lo más alto posible para ver la ciudad desde muy arriba. Alcanzamos a ver la mansión de un connotado ministro, la cual lucía un hermoso árbol de acacia en su patio y descendimos para posar en él, desde allí, ya muy cerca de una de sus lujosas habitaciones, pudimos oír una conversación que aquel señor sostuviera con su familia, en realidad me dio mucha vergüenza escuchar lo que decía, ya que andaba con algunos pajaritos que todavía no habían alcanzado la mayor edad.No sé si se refería a la función pública a la que administrara, pero este señor adinerado platicaba con sus hijos diciendo que “Las oportunidades son calvas…, y luego en tono de voz airosa, dijo otro refrán un poco más vulgar, refiriéndose