Entonces yo no sé cómo lo vería algún sicólogo hombre o mujer, si bueno o malo, el que los padres les pongan pistolas a sus hijos en un día de reyes, cuando se tiene por delante a una sociedad totalmente violenta y agresiva, que les proporciona todos los medios para llegar al terreno del delito y el crimen. Pero peor aún, sería “ponerle” a una niña, una muñeca que casi siempre funcionan con cuerda o baterías con ciertos grabados que suelen llamarle a una niña, mamá y gritarle por otras cosas a la que hay que atenderle haciendo el mismo gesto de cómo si fuera una madre adulta.
A veces ni siquiera sé a dónde está la cabeza de un padre que coopere con el primer empujón de un hijo o hija hacia el plano de la desgracia. Al menos los pájaros sabemos dónde está la nuestra, por eso Santa Claus, nunca ha pasado por n
DEL HOGAR COMO PRIMERA ESCUELA Y LA FALTA DE RESPONSABILIDAD PATERNA.- Este es un tema al que tal vez, por la apariencia sencilla que reviste, no sea objeto de llamar la atención de todo un público, pero si les tocara hacer un profundo y correcto análisis, podrían encontrarse con que las causas de algunos trastornos sociales de la conducta del individuo, son debidas a la falta de responsabilidad en el hogar de padres y madres como verdaderos jefes de la familia. Sabemos bien claro, que existen fenómenos sociales que la propia sociedad le transmite al individuo, pero, se es más proclive al contagio, cuando se traen ciertas debilidades de los hogares paternos, y hablando en este sentido, no habría más culpables que aquellas personas sobre quienes recaen la obligación de darles los mejores ejemplos de moral y buena conducta.Las sociedades modernas viven al asecho de su peor enemigo caracteri
Los seres humanos, si bien es cierto que tienen un gran conocimiento en los avances de la ciencia, no dejan en cierto grado, de ser personas a quienes la ignorancia no los ha abandonado por completo. Pues a diario su aparente inteligencia se ve atrapada en la creencia de seres extraterrestres que desde cierto ángulo del globo o del espacio celeste, se mantienen en vigilancia de lo que hace o deja de hacer el ser humano; Sin embargo, quizás no sean seres extraterrestres quienes los estén vigilando, sino el propio mundo en sus diferentes especies. Tal vez el hombre no sepa ni ha pasado por su imaginación, que nosotros los pájaros somos el espejo de su vana creencia y cuando nos acercamos a sus hogares lo hacemos no sólo para saciar el deseo de probar la comida con sal que preparan en sus fogones, sino que de paso, nos echamos un vistazo en los adentros de sus hogares para percatarnos del más mínimo detalle de lo que son capaces d
En el fondo, es como si se tratara de tirar una moneda a la suerte de cara o escudo donde en uno de sus lados se encuentra la cara del vicio y la corrupción y del otro, el escudo que representaría la solución a las reales necesidades del niño y el que casi siempre, por casualidad del destino, se ve caer “bocabajo”, como si el mismo diablo se interpusiera para que estos fenómenos sociales sigan apagando el brillo de la moral y la educación.En nuestro mundo de aves, las cosas son muy diferentes, pues no sólo somos padres del pichón o la pichona, sino su mejor amigo y maestro a los que jamás perdemos de vista, brindándoles nuestro mejor apoyo.Las aves, no sólo han llegado a presenciar todas estas cosas, sino que al meter el pico en el hogar y en la propia conciencia del hombre o mujer, como padre y madre modernos, hemos llegado a
. Esto explica, si la mente de sicólogo no me falla, de que estas criaturas, al ser seres de una conciencia totalmente ignorante e inocente, no bastaba con que el padre o la madre les brindaran el alimento o los complacieran en sus mejores gustos; sino que aparte de todo, también resultaba necesario el buen apoyo moral, el amor y el cariño. No debemos olvidar que los niños son “simples personitas” que saben verse en el peor de los apuros, sintiéndose atrapados por los compromisos de tareas escolares y que al sentirse sin ningún tipo de ayuda de parte de sus mayores, podrían desencadenar en un desequilibrio emocional que afectaría no sólo sus mentes, sino además su conciencia y espíritu.Si supiéramos valorar estas cosas, ningún padre entonces pondría en riesgo la salud de un hijo o hija por algo tan simple. Pues hay muchos que ni siquiera se empeñan en saber c&
Mi viejo fue un pájaro que nunca se apoyó en sus pichones para estas cosas tan crueles, su eslogan era “menos fantasía, más comida y buena educación” quizás por eso siempre que le pagaban en el trabajo, antes de hacer cualquiera otra cosa, lo primero que se echaba al hombro era un saco de semillas para asegurar la comida del mes de sus pichones. Él decía que en un nido nunca debía faltar la comida, porque el peor desorden siempre lo ocasiona el hambre. Mi padre siempre pensaba en todo, él también decía que el poco rendimiento de un pajarito en la escuela se debía más a la falta de alimento que a cualquiera otra cosa.Mis viejos no fueron papás solamente, sino también mis mejores maestros. A veces cuando me preguntaban qué cuál era mi maestro,- yo les respondía.- qué cuál de los tres?, si el de la escuela o l
Era una tarde cualquiera de un mes primaveral de un año bisiesto, cuando sentado en mi oficina sin nada que hacer, vi transcurrir casi todo el día sin haber recibido la visitade ningún cliente.La tarde estaba nublada, casi a punto de llover, lo que hizo transformar su clima de fresco a frio, cosa que consideré oportuna para ponerme a leer una de las obras del psicoanalista Austriaco SIGMUND FREUD, que formaban parte de mi librero.Traté de ponerme cómodo y opté por cruzar mis piernas sobre el escritorio, cosa no muy usual en mí, pero el aire fresco que arropaba la tarde y aquellas gruesas gotas de lluvia que tejían la ciudad, me hicieron creer que ese inusual comportamiento podría pasar inadvertido. Fue entonces, cuando al momento de entregarme a su lectura, fui sorprendido por un ave extraña muy poco vista en mis entornos que apareció de re
Al quitar la envoltura de esta frase, sentí un gran alivio, ya que pude sacar a mi cuerpo del estado anormal en que se encontraba. Ahí mismo, también pude reparar de que se trataba de un ave inofensiva, al recordar que cuando niño había leído mucho sobre este tipo de pájaro. Por los colores blanco y azul turquesa de sus plumas y por sus patas y pico negros pude sopesar que era un ave Urraca de las que habitan en las montañas que quedan al norte de México y Costa Rica. Son pájaros totalmente vocingleros que por lo general les gusta volar en grupo, lo raro y extraño de todo esto, fue ver a este pájaro llegar solo a mi
Yo para ese tiempo ni siquiera había salido de la vida oval del vientre de mi madre y gracias a este viaje de polizones, pude pertenecer a esta gran familia caribeña, ya no sólo como un simple admirador, sino como hijo legítimo de sus montes y valles.Último capítulo