Empezamos nueva historia!!! Espero les guste soy Ara Yi Escritora ¡Buena lectura!
Edgar y Delia entraron al despacho, al cerrarla puerta Edgar se acercó a ella tratando de abrazarla, Delia se negó. “Habla te escuchó”. Edgar le dijo. “Yo, fui un tonto, Paula me beso y yo no la aleje, es mi culpa, pero nunca había pasado más nada entre nosotros, yo te amo Delia, eres la única”. Delia lo miró y le dijo. “Será mejor que nos demos un tiempo, perdí a mi bebe y no estoy lista para seguir contigo”. Edgar se acercó besándola. “Yo te ayudaré, a mí también me dolió, fue mi culpa Delia, déjame estar contigo, sanarnos juntos”. Ella amaba al hombre, pero el dolor por perder a su pequeño le carcomía el corazón y todo por su engaño. “No estoy segura de que pueda perdonarte”. Edgar le dijo acercándose a ella tomando sus mejillas. “Vuelve conmigo, solo unos meses, dame la oportunidad de reivindicarme”. Ella asintió, Edgar beso sus labios y la abrazo, pero ella se quedó estática, recordando cómo su esposo besaba a otra. Lo peor era imaginárselo en la cama con Paula. -----------
El señor Fausto le explicó a su hija tomándola de la mano. “Yo… le entregué todo… confiaba en él… era como un hijo”. Delia agacho su cabeza, ahora entendía, ellos ya no tenían nada, limpio su rostro de lágrimas y le sonrió a su padre. “Iré por mis cosas”. Ella subió quedándose en el pasillo por unos segundos recargada en la pared. El señor Fausto miró a su hija subir derrotada, después giró mirando a Edgar. “Esto… nunca te lo perdonare”. Edgar se acercó. “Yo la amo, solo quiero que este conmigo, con el tiempo ella me perdonara y volveremos a hacer la familia de siempre, ya lo verás, sé que en este momento no me entiendes, pero no olvides que eres como mi padre, el que nunca tuve y lo único que quiero es que sigamos juntos, los tres”. Fausto observó al hombre negando. Se levantó del sillón tratando de caminar a las escaleras, Edgar quería ayudarlo, pero el hombre se negó manoteando para que no lo tocara. Delia se burló y caminó hasta su habitación. ----------------------- Delia
Al día siguiente Martha se despidió. “Señora, volveré en unos días, espero que disfruten de su aniversario, se lo merecen”. Delia asintió sonriéndole. “Disfruta tu viaje”. Martha subió al coche donde el chofer la esperaba, Delia se quedó sola en la casa, subió las escaleras y sacó una pequeña maleta de deportes del armario. Delia tenía casi todo listo era poca la ropa que llevaría con ella, no quería recuerdos de nada que estuviera conectado con Edgar, entró en su armario buscando la carpeta de documentos personales, pero en vez de eso encontró una caja, la tomo sacándola y llevándola a la cama, estaba llena de polvo, ella sopló el polvo y la abrió, ahí encontró los detalles que Edgar le daba cuando eran novios, fue sin dudarlo una bonita época, ella estaba realmente enamorada…. Recuerdo de Delia… Delia bajo del auto, entrando en la empresa, su padre quería que aprendiera todo sobre la compañía, habían contratado un nuevo administrador, era hijo de un viejo amigo que murió hace t
Meses después… Delia revisaba algunos pendientes, se hallaba cansada y no había podido dormir bien los últimos días, su padre estaba delicado de salud. Edgar entró con un café en sus manos. Se acercó a su esposa, llegando por detrás y besó su cuello acercando la taza. “Tómalo te hará bien”. Delia suspiró al oler el café, lo tomó en pocos sorbos. Edgar se sentó frente a ella y pensativo le dijo. “No crees que será mejor que me encargue de la empresa”. Delia dejó su taza en el escritorio. “¿Irme de la empresa?”. Edgar se recargó en el escritorio frente a ella cruzando sus brazos. “Si, estás trabajando duro aquí, también en la asociación y la enfermedad de tu padre, es mucho peso para ti”. Ella suspiró recargándose en la silla, cerró sus ojos por un momento, Edgar se levantó acercándose y sentándose en el escritorio muy cerca de ella, frente a frente, acarició su mejilla. “Esto es mucho para ti… déjame ayudarte aquí…” Ella abrió los ojos y miró al hombre, lo amaba con locura y la
Gaby entró a la casa, Delia salió de la habitación de sus papás y llegó a las escaleras pidiéndole a su amiga. “Sube”. Gaby subió las escaleras hasta la habitación de Delia, ella se movía por todos lados terminando de empacar algunas fotos de sus padres, Gaby al ver la habitación se asombró. Delia tomó la bolsa de deportes revisando por última vez su teléfono, Gaby caminaba por la habitación anonadada. “Espero que esto, haga que te deje en paz”. Delia ignoró a su amiga y siguió en lo suyo. Gaby giro mirando a su amiga cerrar la bolsa. Delia caminó a la cama y la observó por un momento para después dejar su teléfono desbloqueado, levantó la vista y se colocó la bolsa. “Listo, hay que irnos”. Gaby asintió y salieron juntas, charlaban mientras llegaban al auto de Gaby, que estratégicamente estaba estacionado cerca del vigilante, el hombre se asomó y miró a las dos mujeres, llevaban ropa deportiva y cada una su maleta de deportes, el volvió a la caseta y abrió el portón. Delia y Gab
Delia entró al baño, ahí encontró a una chica jugando con su celular, llevaba igual y su parecido a Delia era sorprendente. “Hola”. Delia se acercó. La chica guardó su teléfono y la miró. Delia le dijo. “Hagamos esto rápido”. La chica y Delia conversaron un poco, Delia se colocó una peluca rubia rápidamente, la chica se peinó el cabello como Delia, ya estaba teñido igual, sus facciones eran tan parecidas que podrías confundirlas fácilmente. Al final Delia le entregó un fajo de dinero diciendo. “Lo único que tienes que hacer, es salir en 5 minutos después de que me vaya y deambular por todo el lugar tratando que no te vean el rostro”. La chica entendió y se quedó ahí viendo a Delia mirarse por última vez en el espejo, ella respiro profundo y salió. Camino hasta la entrada, se encontró de frente con uno de los guardias, pero la ignoró al ver su cabello. Delia salió del lugar, Gaby la miraba de reojo. “Suerte”. Susurró y siguió tomando su bebida. Después de cinco minutos la chica
Ella negaba con la cabeza asustada. “Yo… te amo Edgar… Sé que es mi hermana, pero no tengo la culpa de enamorarme de ti, haría cualquier cosa porque te quedaras conmigo… Delia no te ama y nunca lo hará como yo lo hago”. Edgar se río levantándose. “Sabes… dudé muchas veces sobre su relación de hermanas, pero confié en ti… fue lo peor que pude hacer”. Paula le contó la historia de que eran hermanas, al principio no lo creía, pero ella le mostró pruebas de ADN y fotografías donde su suegro y la madre de Paula estaban juntos, Delia amaba a sus padres y adoraba el gran amor que se tenían, no permitiría que se desilusionara, así que optó por pedirle a Paula que lo ocultara de Delia, él se encargaría de ayudarla y apoyarla en secreto. Ramon entró, observó a Paula en el suelo y a su jefe de pie cerca. “Señor…” Edgar levantó la vista mirándolo, estaba molesto por que lo interrumpió. Ramon se acercó y le entregó la tableta. Edgar observó la noticia… Era sobre él y Paula, todas las foto
Martha fue a buscar una bolsa grande y empezó a despejar cada foto, ella estaba triste, lo único que deseaba es que Edgar fuera feliz, lo había cuidado desde pequeño, el perder a sus padres lo marcó y cuando conoció a Delia, él volvió a renacer. Era un hombre feliz y cariñoso, nunca se imaginó que él hiciera esto, engañar a su esposa, ella sabía perfectamente que la amaba mucho, hasta llegar al punto de obligarla a estar con él, pensó que con el tiempo las cosas se arreglarían entre ellos, pero nunca se imaginó tal escena. Edgar llegó a la oficina, Ramon lo seguía, una de las secretarías entró detrás de los dos hombres. “Señor, le llegó este sobre”. Edgar se sentó en la silla y cansado se rasco los ojos. “Déjalo en el escritorio”. Ella entendió que el jefe no estaba de humor y salió. Ramon observó el sobre y leyó de dónde venía. “Señor, es del juzgado de lo familiar”. Edgar vio el sobre y lo tomó abriéndolo. Saco los papeles leyendo el título. -Demanda de divorcio- Edgar no pod