Apartó la sábana que se le pegaba y se encontró totalmente desnudo y la imagen del torso también desprovisto de ropa de Lukyan llegó a su mente. Su exquisita clavícula, la piel blanquecina que necesitaba de rayos del sol para broncearse, el pecho plano pero con pezones regordetes, pero que cabrían perfecto en sus manos para masajearlos hasta estar satisfecho, el abdomen plano, la estrecha cintura... Se tocó el puente de la nariz y recordó los no muy decentes movimientos que había hecho en su momento febril. ¿Por qué demonios no recordaba más? ¿Habían llegado hasta el final? ¿Lo había tomado? ¿Lo había marcado? Su mente divagaba entre lo que parecía verdad y su imaginación. Se quedó sentado en el borde de la cama apretándose la cabeza cuando la puerta fue abierta y un Lucian sonriente y más alegre que lo que Dante había visto en años lo saludó. -Mi buen amigo, por fin despertaste- saludó todo sonrisas el alfa. Un temblor cruzó la columna vertebral del alfa moreno que lo hizo sentar
-No te preocupes, alfa- recalcó la última parte- Te invitaré cuando cierto alfa- volvió a recalcar- Me ilumine sobre los detalles de esa próxima boda y de ¿padrino?-su metal de voz fue peligrosamente helado. -De eso hablaría contigo en el viaje de regreso- Dante puso una mano sobre su hombro y él la palmeó apartándola- Y te juro que lo del padrino no vino de mí-intentó aclarar el malentendido. -Claro que me contarás- no es que estuviera realmente molesto, solo no toleraba que se tomaran decisiones que tenían que ver con él y no lo incluyeran, al menos como oyente. -Dante me aseguraré que la próxima vez que visite tu manada saludarlo a él como alfa en vez de reina porque por el camino que vas...-dejó caer insinuante. -Por el camino que voy no es de tu incumbencia-replicó Dante molesto. Lukyan cerró los ojos. Ahí iban otra vez. -¿Cómo está él?- los interrumpió -Descansando- los rasgos faciales de Lucian se suavizaron- Está mejorando rápidamente-el recuerdo de su recién recuperado
Después de recuperar la vista se había percatado que la imagen que tenía en su cabeza, de lo que recordaba, no estaba distorsionada, más bien lo real superaba con creces la imagen en su mente. Con razón había quien se lo comía con los ojos. La belleza y lo sexual en su rostro estaba esculpido con el mejor cincel y aquellos labios con los que había tenido contacto estaban mucho más apetitosos de lo que se sentían. Por no mencionar lo que se marcaba del cuello hacia abajo. -No te voy a mentir, tengo más de 600 años. He estado con el número necesario de hembras buscando tener un cachorro, siempre he querido tener uno propio o cientos-declaró con sinceridad su sueño. Lukyan sintió como su interior se removía ante su afirmación tan llena de sentimientos, aquel lobo estaba anhelando tener su propia descendencia; ya entendía un poco más la desesperación de estar con él. La voz con deje de dolor de él lo inquietó de pronto. -Tal vez no estoy hecho para ser padre- lo miró y sonrió levemente-
Lukyan solo pudo negar. Le había demostrado más de una vez que en nada se parecía ni a Sylas ni a ningún lobo que hubiera conocido antes. Él sonrió y dejó un beso sobre su nariz antes de volver hacia sus labios. -Permíteme tocarte, no iremos más allá si tú no lo deseas, déjame enseñarte los secretos de tu maravilloso cuerpo- La respiración de él apenas de oía. Su mente trabajando en varios sentidos sin saber si ceder o no. Si lo hacía, como lo había hecho la primera vez, podía volver a caer en aquel círculo vicioso que casi lo destruye. Aun si su interior le decía que Dante no era de esa forma, confiar tan rápido no era algo que se podía lograr después de todo por lo que había pasado. Al ver la incertidumbre en sus ojos, el alfa le agarró de ambas muñecas. -Ven- le hizo rodear su cuello con los brazos quedando casi de puntillas teniendo que calzarlo en una raíz, cosa que le dio gracia. Era pequeño y delgado, pero por alguna razón sentía que ese delicado cuerpo podría darle todo lo
Falco terminaba todos los papeles de un bulto para empezar con el de las cuentas. La presión de que su alfa no estuviera en la manada le ponía mucha responsabilidad sobre sus hombros que no debía ni podía delegar a nadie.Agradecía que su esposo se estuviera encargando de las demás cosas, como la organización de los nuevos integrantes, el seguimiento de los suministros y de inventar excusas para todos aquellos que preguntaban por qué no veían a su alfa hacía días, incluso cuando su celo ya debía haber terminado. Además, la pregunta de donde estaba su prometido era la más común, sobre todo por parte de sus cachorros, que no paraban de interrogar a Bastian sobre el paradero de su madre.El pretexto que se habían ido con Lucian para resolver algunos asuntos urgentes, dentro de poco se desvanecería.Falco se compadecía de él. Ya las manchas oscuras aparecían por debajo de sus ojos arruinando su belleza natural. Lo oía suspirar a cada rato y aunque esta le respondía con
Falco continuó lavando el cuerpo de su esposo y compañero, esta vez desplazando sus manos por la estrecha cintura y sobre su abdomen donde se detuvo unos segundos. Bastian se dio cuenta que los ojos de él se habían quedado mirando fijamente a este punto.-¿Quieres tener cachorros?- le preguntó él casualmente.Él negó con la cabeza.-No-Bastian sonrió tranquilamente sin que sus palabras le dolieran. Para ser sincero, sabía de la carga de trabajo que tenía por ser beta, y más ahora que tenía que estar velando con muchas más cosas como el hecho de acaban de reunificar las dos manadas y los cambios que vendrían con la nueva reina. Pero, no se le había pasado por alto las veces que lo había visto mirando a otras parejas con sus crías envueltas en sus brazos y las pequeñas caritas inocentes.-Disculpa que por ser macho no pueda darte cachorros- pasó sus dedos por la mejilla masculina para dejar un beso en la otra, aunque su tono salió apagado.-N
Satisfecho, no era la palabra adecuada para describir como se sentía Dante en estos momentos. Apreciaba con una ligera sonrisa el contorneo del cuerpo de Lukyan al caminar unos pasos delante de él. Reconoció que le encantaba verlo de tan buen humor ahora. Suspiró complacido y se sacudió el cabello que llevaba alborotado y ligeramente húmedo por las acciones anteriores de ambos.Se pasó la lengua por sus labios y sintió todavía el sabor del lobo sobre ellos. La idea de recorrerlo completo y saborearlo, ahora que ya habían entrado en más confianza, se materializaba poco a poco.Lo vio detenerse hasta que se ubicó a su lado y puso una mano sobre la curva de su espalda baja, un lugar que le gustaba tocar más de lo que quería reconocer y que mostraba hasta donde él tenía posesión de él.-¿Ocurre algo?- le preguntó suavemente.Lukyan giró su rostro hacia él y sus ojos otra vez le quitaron el aliento, eran simplemente hermosos. Él era hermoso.-Estamos c
Falco y Dmitri los recibieron en la entrada. A pesar de que el rostro del beta no mostraba alteración, sus manos como puño y el ceño ligeramente fruncido le dio a entender a Dante que le daría un puñetazo en el medio de la nariz si no se ponía a la distancia adecuada. Así era la confianza que se tenían.-Bastian- le indicó con la cabeza al lobo y dejó que él hiciera su magia, calmando a su esposo.-Hermano- Dmitri lo abrazó con una palmada en la espalda -Futura reina- hizo una leve inclinación de la cabeza hacia Lukyan y volvió su atención a su gemelo para gritarle-¿Se puede saber qué te pasa? Casi nos jalamos los pelos intentando contener a este beta que no se le podía hablar porque estaba tan tenso por tanto papeleo. No te vuelvas a desaparecer así, al menos di para dónde vas-Dante sonrió levantando sus hombros con