Rompimiento

Lily

Respiro antes de pasar a la sala, y cerrar la puerta, veo el ceño fruncido de mi padre, y ni siquiera se me pasa por la mente lo que el imbécil este pudo decirle.

—Buenas— saludo en general a ver con que me sale, de seguro el idiota de mi ex ya les lavó el cerebro. 

—Lily ¿nos puedes explicar por que te quedaste todo el fin de semana en la calle? Micah estuvo muy preocupado— fulmino con la mirada al idiota que deberían darle un premio al mejor actor. Es que si pudiera ir a abofetearlo sin consecuencias de mi padre, lo haría con gusto. —tampoco respondías a las llamadas.

Respiro para llenarme de paciencia y no mandar todo al carajo, no quiero desafiar a mi padre, sé y estoy segura de que no terminaría para nada bien. 

—estaba en casa con mi tía Clau, pasé el fin de semana con mi prima, cuando estoy con ella se me olvida el resto.

Paso de largo ignorando a Micah, parece que hubiese pasado bastante tiempo después de lo que me hizo, ya no soporto verlo. 

—invité a tu novio a comer— eso me hace detenerme y mis venas parecen hincharse de la rabia—me dijo que su familia quiere invertir en un nuevo negocio que les dará muchas ganancias.

Evito rodar los ojos. Las técnicas de Micah para ganarse a mi padre es hablarle de dinero, lo conoce tan bien que es capaz de buscarle un negocio gordo con tal de ponerlo de su lado, y lo peor es que su familia puede hacerlo y lo apoyarían como siempre lo hacen. 

—esta bien papá, ya comí algo en la uní, así que no se preocupen por mi.

Todos se me quedan mirando, pero no me detengo, subo las escaleras, y se que debo contar hasta 10, y tendré al imbécil aquí tocando a mi puerta.

Me tiro en mi cama y dejo mi mochila a un lado, estiro mis brazos y cierro los ojos, 3 segundos después la puerta se abre, ni siquiera toca el idiota. 

—preciosa, debemos hablar— no respondo, respiro profundo para no patearle el trasero aquí mismo —no me ignores Lily, prefiero que me insultes o grites antes de hacer como si no estuviera aquí.

Aprieto los ojos llenándome de calma, no quiero golpearlo y armar una escena que haga que tenga también una discusión con mis padres. Aunque mi paciencia es limitada. 

—Micah, no sé de que carajos quieres hablar— me pongo el antebrazo en los ojos lista para dormir después de mandarlo a la m****a —y por favor cierras la puerta cuando salgas

—¡No!— su tono hace que me quita el brazo de la cara, viéndolo cruzarse de brazos como si fuera muy digno —Lily estaba borracho…— se excusa como si eso me convenciera. 

—si— lo interrumpo —tan borracho que supiste quien era cuando me viste en la ventana, tan borracho que tuviste problemas para que se te parara el pito. No me vengas con cuentos Micah y retírate que no quiero hablar contigo.

—pues que sepas que no te dejaré tranquila, tu eres mi novia, así seguirá siendo.

—en tus sueños— le saco el dedo del medio y se va con grandes zancadas y dando un portazo.

¿Qué se cree esté? ¡será imbécil! Cree que conmigo se hace lo que le da la gana, pero no. Le mostraré que se puede ir a la porra y ya no me importará. Así me toque besar a otros delante de él para que me deje en paz.

No suelo ser así, pero cuando me buscan el lado malo, lo sacan. Quiso hacer algo pensando que yo no lo vería, ahora ¡que se joda!

Como no me puedo dormir con esta rabia que cargo encima, busco mis audífonos y pongo música, Imagine dragons es lo que me gusta mas.

Tarareo cada una de sus canciones mientras suena y me logro relajar, pero cuando pasa el tiempo, la imagen de ese tal Brad llega a mi mente. Abro los ojos asustada de pensar en ese idiota ¿Me habré vuelto loca? Yo creo que la poca cordura que tenia se me fue.

Debo buscar la manera de que los estudios se me hagan mas fáciles, tantas matemáticas no las entiendo, es que no le veo ni cabeza ni cola, debo buscar a algún tutor que me ayude a captar las cosas, y que Todo esto sea sin que mis padres lo sepan, no quiero tener a papa detrás de mi queriéndome “ayudar”

No sé en que momento me quedo dormida, pero me despierto cuando escucho que tocan a la puerta. Doy el adelante y entra mi madre con una bandeja de comida y una sonrisa que me llena el corazón y me recuerda por que carajos sigo haciéndole caso a las locuras de mi padre.

—Cariño, a mi no me engañas— dice cuando cierra la puerta con el pie y yo me incorporo —Se que no comiste en la universidad. Así que te traje esto.

—¿Cómo haces para conocerme tan bien?— me levanto y la ayudo, me siento en la cama con la bandeja y palmeo a un lado para que ella venga conmigo

—Porque te parí, y aunque a veces no lo parece, conozco hasta cuando algo te molesta, como el estudiar algo que no quieres— ¡Joder! Que no le diga a mi padre. Se ríe al ver mi expresión —No le diré nada, asi que quita esa cara.

—Gracias mamá.

—¿Ahora dime que pasó con Micah?— me tenso y ella se pone seria

—No creo que…

—Lily, no me ocultes las cosas, se que algo pasó— me advierte con su tono de regaño, pero que sigue siendo amoroso.

—¡Me engañó!— su ceño se frunce —Cuando fui el viernes a la discoteca, vi su auto afuera, me acerqué y estaba haciéndolo con otra— sus ojos se abren en sorpresa para después verlos llenos de odio.

—De haberlo sabido antes, me encargo de correrlo.

—Mamá, sabes que mi padre no lo hubiera dejado ir, es tan machista que capaz es de pedirme que lo perdone solo para seguir haciendo negocios. No se que viste en el.

Voltea a otro lado y se que algo me esconde, pero como se ve en sus ojos que es doloroso, no la presionaré.

—Tranquila, yo tengo todo arreglado, no diré nada a papá, dejare que todo siga su curso, aunque no pienso volver con ese idiota.

—¡Esa es mi niña!

Después de compartir con ella, decido armar un plan, primero para alejar a Micah como sea, el segundo para alejar a Brad que al parecer me persigue, y tercero para no quedar como idiota con el papi bello de mi profesor de matemáticas, ¡Dios! Solo pensar en ese hombre me da taquicardia y no en el corazón.

Me río con eso, si me escuchara mi padre, me deshereda de una vez y me quita el apellido. Si supiera todas las cosas que me pasan por la mente, me mandaría al manicomio sin pensarlo.

Miro la hora y se que debo dormir, o mañana tendré unas ojeras de mapache, y no quiero que mi día comience mal viéndome como el fantasma de la avenida 86.

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