Miri Baus
Emanuel era engreído y hasta déspota en su manera de actuar, y le molestaba bastante que su vecinita prescindiera de su saludo y que con su hermano fuera pura simpatía.
Hasta que coincidieron una madrugada, a la salida de una discoteca y terminaron teniendo relaciones sexuales.
Al día siguiente él la humilló apenas la vio, es que estaba acompañado por su futura esposa y evitó problemas.
Solange sintió que el mundo se le venía abajo, la noche anterior le había entregado su virginidad y creyó que habían comenzado una relación.
Las consecuencias llegaron al mes siguiente, cuando a Solange le faltó la regla, ella, con odio hacia Emanuel, por las humillaciones recibidas, nunca confesó de quién era el bebé.
Sus padres estaban avergonzados de que su hija adolescente estuviera embarazada y la enviaron a Italia, con una tía que nunca pudo tener hijos.
La vida cambió para Solange, porque fue recibida con verdadero cariño.
Años después, al fallecer su tía, ella se convirtió en la dueña de un imperio económico.
Sus caminos se cruzaron nuevamente al tener negocios en común.
La vida para Emanuel, en el plano personal, había cambiado, descubrió que su esposa lo había engañado, que el que creía su hijo, no lo era y que el interés de la mujer que tenía a su lado, era lo que regía su vida.
Sin embargo, él seguía siendo el arrogante como siempre.
La atracción que sentía por Solange era tan fuerte, que se convirtió en una obsesión, pero al no reconocerlo, solamente planeaba hacerla pasar malos ratos, desatando momentos desopilantes.
Hasta que descubrió que tenían un hijo en común y dejó de lado su infantil comportamiento, dando paso a un amor pocas veces visto.