Caí al suelo, en medio de la nieve. Qué amor, te comenté. El viento levantó una capa de nieve que cayó sobre nosotros mientras los dos hombres se cernían uno sobre el otro, peleando. Tuve miedo. Ambos cuerpos chocaron. Me sorprendió que de inmediato no se transformaran. Pelearon como humanos, desnudos, uno sobre el otro. — ¡No te la vas a llevar! — le gritó Valentín.Mael le dio una patada en el estómago que lo lanzó un par de metros atrás, y ambos se pusieron de pie, uno frente al otro. Yo, casi en medio de los dos. — Tampoco voy a permitir que se la lleven ustedes, para que la sigan usando y manipulando como lo están haciendo. ¿Acaso crees que ella está en el cielo como para dejarse manipular? Ella está con nosotros porque quiere. — No importa — dijo Mael, apretando los puños — . Si te la vas a llevar, vas a tener que pasar por encima de mi cadáver.Valentín lo observó fijamente. Sus ojos claros se oscurecieron por la rabia que llenaba su cuerpo en ese momento. — Lo mismo te dig
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