Me incorporo súbitamente, con el corazón agitado y el cuerpo completamente cubierto de sudor. Inhalo profundo y miro a los alrededores, nerviosa y aterrorizada, para asegurarme de que estoy en casa. Suspiro con alivio y me llevo la mano hasta el corazón al darme cuenta de que me encuentro en mi habitación. Por fortuna, Robert no está a mi lado. No quiero que haga preguntas, que no estoy dispuesta a responder. No tengo idea de cuál fue el detonante que provocó mis pesadillas, pero cada vez que cierro los ojos, una cadena de acontecimientos que sucedieron en un pasado cercano, amenazan con acabar con mi paz y mi tranquilidad. Desde que Robert apareció en mi vida, no volví a tenerlas. Así que me preocupa que hayan regresado y que, en esta oportunidad, sean más recurrentes que antes.Aparto la sábana de mi cuerpo y saco mis piernas temblorosas de la cama. Me niego a dejarme intimidar por mis recuerdos. Me dirijo al baño y, al entrar, me detengo frente al espejo del lavamanos. Manchas oscu
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